Jesús Estrada y su mariachi LOS AMIGOS

  • Alberto Pacheco Márquez
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Amigas y amigos, nuevamente les saludo y les comparto otra historia, una historia que me llena de satisfacción y sobre todo de una motivación infinita para seguir descubriendo aquello  que va más allá lo cotidiano, que es mucho más que el morbo del amarillismo o de esa farándula barata que satura los contenidos, hoy contaré una historia que si bien sonará muy familiar, les aseguro que no es el típico estupor sin sentido

Hablaremos acerca del Mariachi, porque ¿quién no ha escuchado alguna vez Mariachi en su vida? Indudablemente la música de mariachi es la más representativa de la música tradicional mexicana y parte fundamental de nuestra cultura popular y por mucho, la más difundida alrededor del orbe. Pero hoy será una historia particular, una historia del Mariachi Mexicano en Polonia y en especial de nuestro amigo Jesús Estrada, quien desde hace casi 20 años ha sido embajador cultural de nuestro país en la bella Polonia a través de su música, con su Mariachi LOS AMIGOS.

Jesús Estrada originario de Guadalajara Jalisco, músico, emprendedor y sobre todo un romántico de la vida que a través de las melodías que interpreta con su Mariachi, despierta por todo Polonia el deseo de adentrarse en lo bello de nuestra cultura, de conocer nuestros valores y de disfrutar nuestra identidad, y es que el Mariachi no sólo es música y un atuendo característico, sino toda un ritual que se complementa con nuestra gastronomía, temática y ambiente, colores y muchas cosas que sólo en México tenemos y que al espectador extranjero impactan de sobremanera.

Jesús inició su aventura por Polonia hace más de 18 años, alentado por la dinámica familiar, ya que al tener a sus demás hermanos viviendo en el extranjero y una hermana estudiando en Polonia, tuvo motivo suficiente para dejar atrás otras cientos de historias en su tierra natal y así empezar a escribir un nuevo libro de vida en Polonia. “Comencé a trabajar inmediatamente al otro día de haber llegado” nos cuenta con la naturalidad que solo un hombre de trabajo mexicano entiende y es que después de un vuelo de al menos 17 horas y el cambio radical en el huso horario, es realmente titánico quererse levantar y sobre todo empezar trabajar así como si nada.

Como siempre, la adaptación a un estilo de vida diferente y un lenguaje in extremis complicado son una de las mayores complicaciones, sin embargo Jesús es fiel testimonio de que el verdadero obstáculo se encuentra en nosotros mismos y la mejor motivación para seguir adelante ha sido el gran apoyo de los polacos hacia su propuesta y que lo llevan a recorrer más de 25 mil km cada año para amenizar desde fiestas particulares, conciertos y celebraciones temáticas en todos los rincones de Polonia.

“El público lo acepta muy bien aunque aún hay mucha falta de conocimiento sobre México y el Mariachi” nos comparte Jesús, y es que muchos polacos lo llegan a confundir con música peruana o española, sin embargo, por otro lado nos comenta que es realmente satisfactorio ver como el polaco disfruta de las melodías bailables de Mariachi y esto ineludiblemente nos hace imaginar de cómo debe ser el ver a un polaco bailando EL MARIACHI LOCO, muestra inequívoca de que la música es un lenguaje capaz de romper cualquier barrera entre los ciudadanos del mundo y para ilustrar aún mucho mejor la aportación de Jesús y su Mariachi a la cultura polaca, es que incluso tocaron en el sepelio de una mujer, pues uno de sus últimos deseos fue ser enterrada al ritmo del Mariachi.

La música permite contar historias y crea el escenario de muchas otras, Jesús ha testificado a lo largo de más de 18 años la manera en la que un “palomazo” cambia caras largas por sonrisas, bostezos por movimientos quizás arrítmicos, que no son ni de lejos secuencias programadas de baile, sino expresiones naturales del gozo de las almas reunidas en torno a la alegría que se desprende de cada nota, de cada sonido del Mariachi LOS AMIGOS.

Lo anterior pone de manifiesto la verdadera cara de los mexicanos, nuestros auténticos valores, aquellos inherentes de nuestra personalidad y que pese a la desgracia cotidiana en la que muchos paisanos viven, son estos los que siempre salen a flote y sin importar el lugar o la distancia, permean y se consolidan como un activo de la sociedad como sucede en Polonia. 

Jesús por otro lado también ha sido otro fiel observador del paralelismo con el que México y Polonia se han desarrollado en los últimos veinte años y cuenta con agrado del cómo Polonia pasó de ser el país destrozado, sin infraestructura social, servicios públicos y muchas otras deficiencias a una nación en desarrollo constante y con mucha igualdad social a diferencia de nuestro país que se sigue dilapidando día con día, “con el actual presidente, es el colmo de los colmos, tendríamos que estar ciegos para no ver lo que pasa, o definitivamente ser sus paleros como los políticos o embajadores” sostiene con tristeza.

Jesús no es menos crítico al hablar de los paisanos en Polonia, “hay algunos muy envidiosos y algunos muy cerrados, y no quieren ayudar por miedo a perder lo que tienen, ya sea contactos, trabajo, etc.” Sin embargo por otro lado también afirma que no es propio únicamente de los mexicanos sino más bien de una suerte de circunstancias.

“Polonia aún es un mercado nuevo para muchas cosas y definitivamente la gastronomía, artesanías entre otras cosas que tenemos en México son una magnífica oportunidad de negocio para los paisanos” nos reafirma Jesús al hablar en un sentido más amplio sobre las posibilidades que ofrece Polonia y que en nuestra anterior historia, otro paisano afirmaba también con mucho énfasis.

Finalmente Jesús nos comparte su deseo de seguir promoviendo la música de Mariachi y la cultura mexicana y nos invita a no dejar de soñar, a abonar en los niños y jóvenes para así construir un mejor país y erradicar los malos gobiernos que hoy tienen en jaque a la nación, “los niños de hoy, serán los gobernantes de mañana, y la gente estamos podridos, ¿de dónde habrán buenos gobernantes si la materia prima está mal? Así haya reformas o no haya, México siempre va a estar mal si no cambiamos nosotros primero”.

Así llegamos al final de nuestra segunda historia, una más de las muchas que vamos descubriendo y en las cuales veo reflejado al México que añoramos y que no me queda duda, es aún posible.

Si quieres conocer más acerca de Jesús Estrada y su Mariachi LOS AMIGOS visita www.mariachi.pl y no dejes de compartir este artículo.

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Alberto Pacheco Márquez

Especialista en Desarrollo Regional y Gestión de Inversión Extranjera y Conferencista. Se desempeñó en el sector público y privado en México como en el extranjero. Dedicado a la vinculación entre México y Polonia