Vía pública, parquímetros y estacionamientos

  • Nicéforo Rodríguez Gaytán

En Puebla ciudad capital, el uso del suelo es cada vez mas manejado por franeleros, asociaciones de cuidadores que a la brava se posesionan del espacio público y a cambio de una cantidad monetaria resguardan el espacio para una clientela específica o, bien, vigilan los vehículos de aquellos que encuentran disponible un espacio. El resultado: desembolso monetario adicional, molestia, corrupción, congestión, contaminación, ruido y obstáculos para peatones locales y turistas.

Los ambulantes hacen otro tanto al comprar espacios a sus líderes en combinación con funcionarios municipales que les brindan protección. En todos los casos, a esto que llamamos corrupción, en economía se le denomina, en términos legales, pago por el uso del suelo. Es simple. El gobierno municipal no percibe ingresos propios porque solapa este tipo de actividades. La informalidad es una fuente de ingresos para funcionarios públicos, en muchos casos para fines electorales. Una solución importante para la escasez de ingresos de la comuna está en la capacidad que debería de tenerse para afrontar la posibilidad de registrar la venta de derechos de uso del suelo que los informales hacen cotidianamente. Es solo una cuestión de decisión política y una reglamentación más centrada en el interés común que no de beneficio de particulares.

Conforme las ciudades crecen uno de los problemas que más aparecen y que pocas ocasiones se les considera significativos es el referente al espacio destinado al estacionamiento de vehículos. Y no es un problema menor. Es tan significativo hoy en día, que es un potencial de  recursos importantes a la hacienda municipal.

Ciudades de países desarrollados tienen en su agenda como tema primordial el referente al estacionamiento de automóviles particulares. Londres por ejemplo, ha establecido una política de castigo al uso del vehículo particular en el centro de la ciudad. La medida no es solo con el afán de obtener recursos para la hacienda municipal, sino el de estimular el uso del transporte público. Aspecto que es importante subrayar ya que, con mucho, el desalentar el uso de vehículos particulares se establece alentando el transporte público en afán de disminuir los contaminantes, la congestión vehicular y, sobretodo, la oportunidad de que el centro  sea apreciado por los peatones, tanto locales como turistas.

Hay ocasiones en que comprender el objetivo principal de una administración municipal determinada es bastante compleja, especialmente si el discurso que expresa y las acciones que se dan a conocer no corresponden, no concuerdan, o, simple y llanamente, no coinciden.

La propuesta de instalación de parquímetros no es nueva, surgió de última hora en la administración del médico de profesión y ex rector de una institución universitaria. No se licito el proyecto, se hablo de este, pero el periodo de elecciones se aproximaba y fue desechado. Ha sido una tentación para los subsecuentes presidencias municipales.

¿Económicamente es rentable la concesión de parquímetros? Los que asesoran al Honorable Ayuntamiento deben  de explicar los cálculos realizados para aceptar tal supuesto. Considerando que tal medida será después de las elecciones a diputados federales, no antes.

Viendo el problema desde la óptica del suelo urbano, espacio público como tal, las calles son eso, espacios públicos que son administrados por el municipio, ¿por qué tenemos que pagar?. Las dudas llevan a la perspicacia y, por ende a un potencial fracaso del proyecto que se anuncia. Los otros problemas, económicamente menos puros, son relativos al impacto de la demanda que tendrá en el centro de la ciudad y las calles seleccionadas para colocar las cajas de pago por estacionarse.

¿El centro de la ciudad y las avenidas con mayor  afluencia vehicular son por definición los lugares de donde se obtendrán los mayores ingresos con la aplicación del precio por hora? Es potencialmente posible, si no se es economista.

La lógica de los modelos económicos y el comportamiento del consumidor y su relación con el precio implicarán otras reacciones…tal vez inesperadas para el presidente municipal y gobernador. Probablemente habrá una reducción de visitantes y menor uso de vehículos en el centro. ¿Esto mantendrá la misma rentabilidad proyectada? No se conocen los estudios y se duda que los miembros del cabildo  tengan una idea clara al respecto.

El otro problema es el sistema de transporte publico y de estacionamientos, además de la seguridad de los vehículos y, el inefable cuerpo de transito corrompido en el sistema vial. No hay una ley de por medio que garantice la relación concesionario y gestión municipal y entre ellos los que se supone son el elemento básico de la gestión municipal, los ciudadanos, los usuarios de los espacios públicos que pagarán un impuesto por uso de vía publica en forma de precio a una empresa particular que ganara la concesión. Lo que antes era libre, tendrá un costo a cargo de los ciudadanos, al final un negocio altamente rentable para particulares por concesión de la autoridad municipal. El espacio público se privatiza.

Valga esta reflexión, a propósito de las elecciones a diputados federales, donde partidos y candidatos, seguramente harán caso omiso de un gravamen mas en contra de  la economía de los ciudadanos….aparte de más impuestos…encarecimiento de los servicios municipales, aun mas… pagar por estacionarte…mas multas….y el salario? Los automovilistas están en la mira como una principal fuente de ingresos para particulares, con anuencia de las autoridades.

 

nish76@hotmail.com

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Nicéforo Rodríguez Gaytán

Líder estudiantil. Miembro del PSUM, PMS, PRS y PRD. Estudió de nivel medio, superior y Posgrado en la BUAP. Doctor en Ciencias Políticas UNAM. Profesor investigador, Facultad de Derecho y C.S. BUAP