Una a la vez

  • Alejandra Fonseca

En el momento de advertirle a su amor en ciernes: “…Aunque se me vaya el alma…”, en referencia a lo que no podría soportar, se dio cuenta que lo había repetido tantas veces como amores había tenido.

“¿Cuántos amores?.. –se preguntó-- Ni para contarlos”. No eran muchos en cantidad ¡pero fueron inconmensurablemente intensos!… “¿Pero cuántos?”, se cuestionó con afán de contar lo medible, “Varios, han sido varios…”

¿Cuál era el ánimo de contar sus amores si sabía que cada uno era incuantificable? Fue su dicho: “…Aunque se me vaya el alma…” lo que la perturbó: ¿Cuántas almas se habían ido ya, si con cada amor se fue una? ¿Cómo era posible tener alma ahora después de tanto amar? ¿En el flujo y reflujo de amores y pérdidas, en la marea y contramarea de entregas y despojos, recuperó su alma cada vez o nacía un alma nueva, fresca e inexplorada con cada amor inédito? ¿Era posible haber tenido y perdido tantas almas como amores había pasado por su vida?

“Quizá una a la vez, --se respondió--. Una a la vez, --afirmó--: Una por cada amor; cada una se va con cada amor que parte y nunca vuelve ninguno de los dos: ni el amor ni el alma. Una por cada entrega total, --¡no puede quedar más nada después de eso!--; una por cada despedida; una por cada cesión absoluta de cada centímetro del cuerpo que se convirtió en alma; una por cada desmantelamiento de la propia vida; una por cada desintegrarse para volverse a integrar de otra manera… Una a la vez…

“¿Cómo puedo enamorarme una y otra vez si mi alma la perdí desde el primer amor que dejé?

“Cada amor trae su propia alma: nunca es la misma, ni el alma… ni el amor.”

alefonse@hotmail.com

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Alejandra Fonseca
Psicóloga, filósofa y luchadora social, egresada de la UDLAP y BUAP. Colaboradora en varias administraciones en el ayuntamiento de Puebla en causas sociales. Autora del espacio Entre panes