Elección en el PRD

  • Víctor Reynoso

Con la elección de Carlos Navarrete el pasado sábado 4 de octubre como presidente del PRD se completan las renovaciones de las dirigencias de los tres principales partidos del país. El PRI renovó en diciembre de 2011 al elegir a César Camacho y el PAN apenas en mayo de 2014 con la reelección de Gustavo Madero.

La elección perredista del sábado fue una de las más tersas que se recuerden en ese partido. Candidato único, Navarrete obtuvo el 73% de los votos de los 357 emitidos en el Consejo Nacional perredista. Con ello su corriente, Nueva Izquierda, continúa dirigiendo al partido.

Si vemos un mes atrás, a la elección del Consejo Nacional que a su vez eligió a Navarrete, tendremos una situación fue muy distinta. La elección fue fuertemente cuestionada por los grupos adversarios a Nueva Izquierda. Como muestra puede verse la editorial sin firma del periódico La Jornada del 8 de septiembre de 2014, un día después de la elección: “Elección perredista: prácticas fraudulentas”.

Los grupos derrotados declararon en esos días que acudirían a las instancias jurisdiccionales internas y externas al partido para impugnar la elección. Nada pasó. Llegado el 4 de octubre el Consejo se instaló y eligió al nuevo presidente del partido.

En parte la relativa poca conflictividad que tuvo esta elección se debió a que algunos de los adversarios más importantes de Nueva Izquierda están ya fuera del PRD o tienen al menos un pie en otro partido. Es el caso de López Obrador y sus seguidores que consiguieron el registro para una nueva organización política, MORENA. Muchos simpatizantes del tabasqueño quedan en el PRD, pero no los suficientes como para desafiar el poder del grupo ganador. Además de que seguramente no se empeñaron en hacerlo, pues lo más probable es que dejen este partido para incorporarse a MORENA a la hora de la verdad, que en este caso será la hora de las candidaturas para las elección del 2015.

Todo apunta a que el perredismo continuará la línea que sus dos dirigentes anteriores, Jesús Ortega y Jesús Zambrano, definieron. Una línea que algunos consideran de una izquierda moderna, institucional, poco rijosa, que busca atraer el voto de las clases medias. MORENA buscará atraer a la izquierda más beligerante. Ninguno de los partidos la tiene fácil. Su desafío es ir más allá del reparto de los votos duros del perredismo, y atraer a nuevos votantes. La crisis de imagen del PAN y el desgaste de la presidencia de Peña Nieto pueden favorecerlos, pero no se ve un escenario claro al respecto. Ni el proyecto “modernizador” de Nueva Izquierda ni la opción de MORENA parecen ser muy atractivos al electorado mexicano en este momento.

En cuanta a la forma de la elección, y vistos rápidamente, parecería que el PRD y el PAN intercambiaron papeles. El perredismo había elegido a sus dirigentes nacionales llamando al voto no solo de toda su militancia, sino en algunos casos de toda la sociedad. El PAN se había restringido al voto de poco más de sus 300 consejeros nacionales. Ahora fue al revés: el PAN convocó a toda su militancia y el PRD limitó la elección a sus consejeros nacionales. ¿El PAN se perredizó y el PRD se empanizó? Sería exagerado afirmarlo, pero los cambios en los dos partidos son interesantes y hablan de cambios de más fondo.

Además de que tener un solo candidato, “de unidad” decían los priistas, elimina la competencia interna y así reduce notablemente los costos políticos de la misma. Con esto, se asemeja al PRI, cuyos tres últimos presidentes electos, Humberto Moreira, Pedro Joaquín Coldwell y César Camacho, han sido candidatos únicos.

El PRD deja atrás elecciones muy conflictivas, como de 2008, que se realizó en marzo per terminó hasta noviembre de ese año, pues las impugnaciones llegaron hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, donde se decidió el triunfo de Jesús Ortega frente Alejandro Encinas. El desgaste y descrédito que un proceso así, donde los mismos integrantes del partido se acusan de fraude, es enorme.

Por eso es un logro, en este sentido preciso de ausencia de conflictos, la elección perredista reciente. Pero la política es más que la ausencia de conflictos, o su resolución. Los partidos deben tener proyectos viables y narrativas e imágenes que sustenten a estos proyectos. Algo, pero al parecer no mucho, tiene en estos puntos el PRD. Como siempre, la decisión está en los votantes, ahora en julio del 2015.

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Víctor Reynoso

El profesor universitario en la Universidad de las Américas - Puebla. Es licenciado en sociología por la UNAM y doctor en Ciencia Social con especialidad en Sociología por El Colegio de México.