Recursos genéticos, riqueza desconocida por pueblos y gobiernos

  • Alberto Jiménez Merino

Es muy común y frecuente que nos espantemos por el uso de variedades transgénicas, plantas creadas por la introducción artificial de genes al núcleo de su célula. También por el saqueo histórico de plantas y animales realizado por extranjeros. Pero muy poco conocemos de las especies que tenemos, de las que se han llevado, de las que hemos perdido y de las que aún nos quedan.

En un esfuerzo por saber lo que tenemos, durante la administración estatal de Puebla 2005-2011, se integró el Catálogo de Recursos Genéticos de Importancia Económica, que describe en mil 400 fichas igual número de especies que tienen algún valor económico actual o potencial, en las comunidades del estado, ya sean alimentos, medicinales, materiales de construcción, combustibles, forrajes para animales, fibras, aceites, cercos, ornato y otros.

Cuando en 2005 se presentó una tendencia alcista en el precio de los alimentos, ya muy comunes hoy, integramos el Catálogo de Opciones Alimenticias del estado de Puebla, que se constituye por 306 cosas para comer en nuestro territorio, entre cultivadas y silvestres, de pesca y caza. Mucha gente se ha sorprendido al saber que esto o aquello son comestibles. Las familias más pobres destinan hasta 70 por ciento de su ingreso para obtener alimentos y, si no tienen ingresos, reducen el número de comidas o la cantidad.

En respuesta al alto costo de los medicamentos para atender las principales dolencias de la gente, se integró el Catálogo de Plantas y Productos Medicinales del estado de Puebla; 436 plantas y 20 especies animales tienen usos medicinales en nuestro estado. Las familias más pobres destinan entre 20 y 40 por ciento de su ingreso para la compra de medicamentos. Los que no tienen ingresos no se pueden curar, porque los medicamentos de los centros gubernamentales no alcanzan para todos.

También integramos el documento Cadenas Productivas Agropecuarias y Acuícolas de Puebla, consistente en 468 productos: 99 especies animales, 14 especies acuícolas y 355 plantas que constituyen la actividad económica del estado en sus variantes de cultivadas, de recolección y caza, que concurren a mercados y que representan ingresos para las familias rurales y abasto para las urbanas. Puebla tiene 30 cadenas productivas con diferentes grados de integración. Son los granos, frutas, flores y follajes, cítricos y café las más importantes.

Todo lo anterior sirvió de base para la planeación básica indispensable de lo que se hizo en el campo, sin esto, la atención al sector agropecuario sólo se puede hacer por corazonadas, caprichos o modas.

Fue publicado en su oportunidad y aún continua disponible en www.jimenezmerino.com.mx para los usos legales de quien considere le pueden ser de utilidad.

Somos un país megadiverso, nuestra biodiversidad alcanza casi 10 por ciento de la riqueza mundial. Somos un cuerno de la abundancia donde hay casi de todo, todo el año, en parte porque poseemos todos los climas tipificados en el mundo.

Tenemos más de 57 razas y cientos de variedades de maíz, más de mil 500 especies de orquídeas, sólo como un ejemplo de la riqueza existente.

En Puebla, la Acamaya de la Sierra Norte y Nororiente es un alimento que en el campo se cotiza en más de $400/kg; los insectos comestibles que son más de 35 especies tienen en promedio precios de $100 /kg, entre ellos destacan los escamoles y gusanos de maguey.

El Bagre del Balsas siempre se ha cotizado por arriba de $100/kg y el Ajolote, no obstante su importancia en la alimentación y la salud, es una especie acuícola desconocida en las comunidades que la tuvieron.

Somos un país y un estado ricos en recursos naturales, especialmente en biodiversidad, que muy poco hemos estudiado, provocando la sobreexplotación y la pérdida de las especies de mayor valor, por su excesiva utilización al no tener el manejo racional que permita su conservación y/o multiplicación.

Muchas especies las conocerán nuestros hijos y nietos sólo en los museos, si es que en los que se construyan hay algún espacio para la historia natural.

Las consecuencias de no conocer desde la escuela lo que tenemos en las comunidades son la gran pobreza que flagela a millones de mexicanos y poblanos, y el acelerado deterioro ambiental que hemos hecho, permitido o alentado ante la falta de políticas públicas que garanticen un desarrollo socioeconómico para las presentes generaciones sin poner en riesgo el futuro de nuestros hijos y nietos.

Seguimos siendo comunidades ricas donde vivimos muy pobres.

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Alberto Jiménez Merino

Ingeniero Agrónomo. Exrector de la Universidad Chapingo. Trabajó como secretario en 3 administraciones estatales. Consultor FAO. Tiene 3 Doctorados Honoris Causa y 15 libros escritos. Candidato del PRI a la gubernatura 2019.