PROSPERA, evolución de Oportunidades para revertir la pobreza mexicana

  • Alberto Jiménez Merino

Oportunidades, un programa con 17 años de antigüedad que atiende hoy a 6.1 millones de familias, con méritos reconocidos internacionalmente, no ha resuelto el problema de la pobreza de los mexicanos. La cantidad de personas en esta indeseable condición es prácticamente la misma desde hace décadas, destaca el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, durante el mensaje con motivo de su Segundo Informe de Gobierno.

Aún recuerdo los presupuestos iniciales de Oportunidades, por allí de los 45 mil millones de pesos. Este 2014, invierte 73 mil millones y todo parece indicar que mientras más se invierte contra la pobreza, ésta aumenta más. Porque dar solamente apoyos económicos ayuda pero no resuelve, contiene el problema, mantiene la paz y en cierta forma la convivencia. Se invierte en paz y eso es una ganancia, pero algo falta.

Oportunidades es apenas el primer piso del edificio del desarrollo de las comunidades. No es verdad que lo proyectos productivos resuelvan la pobreza. Hay evidencias que cuando a familias pobres se les apoya con recursos para proyectos productivos en primera instancia, sin resolver las necesidades alimentarias, se comen los proyectos y éstos entran a la categoría de fracasos.

Más grave es la situación, cuando los programas no tienen apoyo para  capacitación y asistencia técnica, o por lo menos para la motivación y orientación básica de las personas y sus familias. Y los dos programas más importantes de asistencia social, Oportunidades y PROAGRO, no tienen capacitación ni asesoría técnica, y cualquier programa de apoyo que no tenga soporte con desarrollo de capacidades, no puede tener impactos positivos.

La situación se complica cuando vemos que las necesidades de los más pobres no forman parte de los contenidos del sistema educativo nacional. Hemos crecido aprendiendo las tablas y los quebrados, la historia y la geografía universal, pero muy poco sabemos de los recursos naturales de las comunidades, de los talentos y habilidades personales, de las artes y los oficios que mueven la economía nacional y que son menospreciados ante la ilusión de formar universitarios que luego tienen problemas para incorporarse a la vida laboral.

Por todo esto, adquiere relevancia la instrucción de Presidente de la República: “ordené rediseñar, mejorar y enriquecer el programa Oportunidades, tomando en cuenta las recomendaciones de los expertos y académicos que lo han evaluado y estudiado durante todos estos años. De esta manera, Oportunidades crece, evoluciona y se transforma en PROSPERA. Y a partir de hoy, con el decreto que crea la Coordinación Nacional de PROSPERA, Programa de inclusión social, será la principal estrategia para combatir la Pobreza en México”.

Los beneficiarios de Oportunidades seguirán recibiendo los apoyos que han tenido hasta hoy, pero además tendrán nuevas alternativas para incorporarse a la vida productiva a través de tener acceso a 15 programas de esta naturaleza.

Entre los nuevos apoyos está el facilitar el acceso a los beneficiarios a la educación financiera, el ahorro, los seguros y al crédito. Sólo 2 de cada 10 mexicanos tienen educación financiera que obtuvieron de sus padres. No hay entre los pobres, apoyos para promover y desarrollar la cultura del ahorro, pero está comprobado ampliamente que hasta el más pobre puede hacerlo.

Las cuentas de la vida, la cuantificación de las necesidades básicas para vivir, la forma de ganar, gastar, ahorrar e invertir serán de gran relevancia para las familias cuando se incorporen en su conocimiento y lenguaje.

Satisfacer las necesidades alimentarias de las familias enseñando a pescar y criar los peces, en sentido metafórico y no dando el pescado, juega un papel relevante. No puede haber una vida digna sin agua, alimentos, vivienda, educación digna e ingresos dignos. La puerta de entrada para trabajar con madres de familia es apoyándoles sobre como pueden mejorar la alimentación de sus hijos.

La capacitación a beneficiarios de PROSPERA y de PROAGRO, en donde hay mas de 3 millones de beneficiarios, no puede esperar. Y el anuncio de 1.15 billones de pesos en crédito a PYMES y 44 mil millones de pesos a pequeños productores, es una gran muestra del compromiso y la voluntad política del Ejecutivo Federal para atender de raíz el problema de la pobreza que flagela a millones de mexicanos.

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Alberto Jiménez Merino

Ingeniero Agrónomo. Exrector de la Universidad Chapingo. Trabajó como secretario en 3 administraciones estatales. Consultor FAO. Tiene 3 Doctorados Honoris Causa y 15 libros escritos. Candidato del PRI a la gubernatura 2019.