2014: Horizontes de la conciencia de la libertad

  • Fidencio Aguilar Víquez
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Ladrona de libros es una película que muestra cómo las letras, las palabras, los libros son capaces de sostener y transmitir la humanidad a pesar de las circunstancias más adversas en que se los seres humanos puedan vivir. Siempre la literatura y la actividad intelectual han resistido y sobrevivido a los caudillos políticos enloquecidos y enfebrecidos por el poder. Porque siempre nos recuerdan nuestra humanidad, mientras que el poder tiende a ignorarla.

Cuando han surgido regímenes totalitarios, y el siglo XX nos lo ha mostrado con mucha frecuencia, lo que salva a un pueblo es su fe y su literatura, su actividad intelectual. Eso ocurrió durante el régimen soviético en la Rusia comunista, también en el régimen nazista, o del fascista, o el franquista, o en los comunistas de Europa oriental, o en las dictaduras militares en América latina, o en las dictaduras perfectas, como lo denominó Vargas Llosa, respecto del régimen autoritario priísta en la época salinista. En todos ellos, como igual podría señalarse de todo poder arbitrario y totalizante, las letras salvaron a los pueblos y a las sociedades.

Este año, 2014, que muchos miran con incertidumbre y escepticismo, se cumplen los cien años de dos personajes de gran envergadura en el mundo mexicano de las letras; se trata de Octavio Paz y de José Revueltas. Uno, educado en la plataforma de un ambiente culto, refinado; otro, educado por la vida y la experiencia del caer de una situación cómoda de los padres a la necesidad de vivir en la calle y pisar la cárcel. Y no cualquier cárcel, sino las cárceles que representaban los íconos de los lugares a donde debían terminar los enemigos del régimen político gobernante: las Islas Marías y Lecumberri.

Ambos, Paz y Revueltas, se conocieron, aunque siempre divergieron en sus posturas intelectuales y políticas; uno liberal, otro comunista, sin embargo, reconocieron lo que aportaban cada uno por su lado. Paz llama a Revueltas un espíritu puro, noble, sincero, una suerte de san Francisco de Asís del comunismo. Y Revueltas, desde la cárcel de Lecumberri, le escribe a Paz que soporta el trato carcelario porque, junto con sus pocos compañeros, lee la obra paciana.

Hay un pasaje de El laberinto de la soledad en que escribe Paz lo siguiente:

La mentira política se instaló en nuestros pueblos casi constitucionalmente. El daño moral ha sido incalculable y alcanza a zonas muy profundas de nuestro ser. Nos movemos en la mentira con naturalidad. Durante más de cien años hemos sufrido regímenes de fuerza, al servicio de las oligarquías feudales, pero que utilizan el lenguaje de la libertad. Esta situación se ha prolongado hasta nuestros días. (Paz, 2008: 134).

Esto, sin duda, es una aportación para la constante reflexión sobre los asuntos públicos en México y desde el talante mexicano. Y no porque debamos aceptar dogmáticamente lo que escribió nuestro premio Nobel, sino porque, en diferente medida, hemos experimentado históricamente esos efectos que menciona el nacido en Mixcoac y porque es una premisa básica de la reflexión sobre la política en el hacer humano en general.

Sobre Revueltas, cuyas novelas muestran, en efecto, una gran humanidad, me parece que prevalece la convicción de que ningún régimen político, por muy elaborado que sea, puede salvar los más preciado de la condición humana: los deseos profundos de libertad, amor y de justicia.

En Los muros de agua (Revueltas, 2010), la historia comienza con unos muchachos apresados en una camioneta de policía, no saben a dónde los conducen y todo está oscuro. Lo mismo ocurre en El luto humano (Revueltas, 2011), una historia que comienza en una noche en que Chonita, una niña, muere, y fuera de la miserable choza en que permanecen sus padres, está por caer una tormenta que amenaza al pueblo perdido. Esa oscuridad, igualmente, está presente en Los días terrenales (Revueltas, 2009), cuando, en otro pueblo perdido, un grupo de hombres espera la pesca para lo cual tienen que contaminar el río.

En todas estas historias, las pasiones humanas, el poderoso, el débil, el idealista, el pragmático, la víctima, el victimario, el criminal, el arrepentido, etcétera, tejen una historia de drama, desconcierto y sinsabor que termina en nada. Tal parece ser la sensibilidad de nuestro Revueltas en el “Nocturno de la noche” (1937):

Cuando la noche.

Cuando la angustia.

Cuando las lágrimas.

Su actitud, sin embargo, no era la de un hombre que no esperara o que desesperara. Pero la profundidad de sus juicios y de su propia experiencia fue extrema. En cierto sentido se me figura la postura de un estoico auténtico, cuya filosofía lleva al extremo. En una entrevista señaló:

La muerte para mí es una cuestión completamente íntima y próxima. No me importa morir en este instante, ahorita mismo que estamos haciendo la entrevista. La muerte es para mí un problema secundario, de tal modo que abordo cualquier peligro; la muerte no me interesa en lo absoluto, es una sensación natural y te puedo decir que en cierto modo la amo. (Ruiz Abreu, 1992: 37).

Habrá que estudiar a estos dos gigantes de las letras mexicanas, como a otros más, y tendremos elementos para formar ese humus necesario para recordarnos constantemente nuestra humanidad. Y recordarles a los hombres y mujeres de poder que ellos no están exentos de ella.

Referencias bibliográficas:

Paz, Octavio (2008): El laberinto de la soledad - Postdata - Vuelta a El laberinto de la soledad, Fondo de Cultura Económica (Popular, 471), México, 3a. ed. 1999, 6a. reimp., 351pp.

Revueltas, José (2010): Los muros de agua, edición original 1941, José Revueltas. Obras completas, Obra literaria, 1, Era, 1a. ed. México 1978, 19a. reimpresión, 175pp.

Revueltas, José (2011): El luto humano, edición original 1943 (editorial México), José Revueltas. Obras completas, Obra literaria, 2, Era, 1a. ed. México 1980, 22a. reimpresión, 187pp.

Revueltas, José (2009): Los días terrenales, edición original 1949 (Stylo), José Revueltas. Obras completas, Obra literaria, 3, Era, 1a. ed. México 1979, 12a. reimpresión, 232pp.

Ruiz Abreu, Álvaro (1992): José Revueltas. Los muros de la utopía. México: Cal y Arena.

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Fidencio Aguilar Víquez

Es Doctor en Filosofía por la Universidad Panamericana. Autor de numerosos artículos especializados y periodísticos, así como de varios libros. Actualmente colabora en el Centro de Investigación Social Avanzada (CISAV).