México SA de CV

  • René Sánchez Juárez
.

La instauración del neoliberalismo en nuestro país comenzó en 1982 con el sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado, quien fuera el primer presidente que instrumentó medidas para aminorar la participación del Estado en las decisiones económicas y favorecer una economía de mercado a través de la firma del acuerdo general de aranceles “GATT”. En el sexenio de Salinas de Gortari la privatización de empresas paraestatales, como Teléfonos de México, Ferrocarriles, la Banca y la Televisión nacionales así como la reforma al artículo 27 constitucional  fueron el preámbulo para la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLC); sin embargo, el sector energético seguiría siendo estratégico y prioritario en la Constitución, que explícitamente prohibía la participación de capital privado en la explotacion de los hidrocarburos como el petróleo y el gas natural.

Después de dos administraciones panistas que no fueron capaces de negociar una reforma energética ni de cambiar el modelo económico neoliberal heredado de Salinas y Zedillo, tuvo que ser un gobierno priísta el que nuevamente aliado al PAN abriera el sector energético al capital privado nacional y extranjero, para perforar, extraer, transportar y comercializar el petróleo y gas natural, por lo menos así lo decía el primer dictamen enviado por Peña Nieto al Poder Legislativo y en donde el PAN aprovecho para incluir al sector minero.

La sesión en el Senado de la República se convirtió en un monologo por parte de los senadores de la izquierda PRD, PT y MC, ya que sus homólogos del PRI, PAN, PVEM y NA hacían “oídos sordos”por táctica legislativa como la llamó el presidente de la Comisión de Energía el senador Penchyna a los argumentos de técnica juridica y legislativa que evidenciaban las contradicciones en el dictamen y que restaban a las leyes mexicanas importancia ante los tribunales y la legislación internacional ademas de los razonamientos políticos y económicos que hacían énfasis en mantener al sector energético como un área estratégica y de seguridad nacional, incluso el senador Manuel Bartlett presentó documentos provenientes del senado de los Estados Unidos que evidenciaban el interés del gobierno norteamericano sobre la renta petrolera. Llamó la atención el voto en contra del dictamen de los senadores panistas Corral de Chihuahua y Ruffo de Baja California.

Una vez aprobado el dictamen fue enviado a la Cámara de Diputados quienes presurosos pasaron por alto el Reglamento el cual precisa que debió haber sido analizado en Comisiones, y en una sola sesión votaron a favor los integrantes del PRI, PAN, PVEM y NA. También con algunas voces que se manifestaron en contra como el caso de los diputados panistas Verónica Sada de Nuevo León, Patricia Lugo de Colima, Eufrosina Cruz de Oaxaca y Alfredo Zamora de Baja California sur

La crónica de una privatización anunciada era clara, el PRI y el PAN lo acordaron desde el Pacto por México, haciendo a un lado al PRD que sólo fue su compañero de viaje en la Reforma Fiscal. Sin embargo, en la calles nadie se siente satisfecho por la entrega de nuestro petróleo a compañías extranjeras, nadie -salvo las grandes compañías petroleras- festeja la aprobación de la reforma, esta propuesta no fue tampoco tema de campaña en las plataformas electorales del PRI, ni del PAN o del PVEM.

Las voces en contra de la Reforma Energética no sólo son por parte de la izquierda, también la sociedad civil se ha hecho presente, el obispo de Saltillo Raúl Vera calificó la reforma como “asquerosa”;  ademas de artistas e intelectuales quienes han manifestado su descontento.

El mandato popular expresado en las urnas debe ser tomado en cuenta, no es ético que una vez llegados al poder, los partidos políticos hagan a un lado sus plataformas electorales y se legisle por consigna del poder presidencial y no por mandato ciudadano. El voto popular no debe ser considerado como un cheque en blanco bajo el pretexto de la democracia representativa. Una vez más el Congreso mexicano ha dado muestras de su falta de legitimidad y sólo se ha convertido en la oficialía de partes del presidente.

Ahora la lucha se concentrará en poder aprobar la Ley de Consulta Ciudadana que ya se encuentra en el Senado de República y se haga escuchar la voz de la sociedad que no esta a favor de la reforma energética.

Opinion para Interiores: 

Anteriores

René Sánchez Juárez

Politólogo y Maestro en Ciencias Políticas. Académico de la BUAP. Sindicalista y dirigente FROC-Puebla. CONLABOR. Ex Diputado Local y Federal