El maus

  • Alejandra Fonseca

Laura es una mujer productiva de 50 años. Divorciada con hijos casados y fuera de casa, le ofreció su concuño un trabajo de contabilidad y captura de datos en su empresa dada la experiencia que ella tiene por haber llevado la contabilidad en el negocio de su padre durante muchos años. Ella le dijo que no sabía usar una computadora pero que si el trabajo significaba aprender, y que le tuvieran paciencia mientras aprendía computación, aceptaba feliz. El concuño, a sabiendas de que Laura es una mujer muy dedicada y eficiente, le dijo que con mucho gusto y que la esperaba el siguiente lunes para enseñarle lo que tendría que hacer.

Laura llegó a la oficina muy puntual. Con agrado el concuño la guió a su lugar y le mostró la computadora que usaría. Él se sentó frente a la computadora, la prendió y le empezó a enseñar las hojas donde debía vaciar los datos que le serían entregados.

El concuño le señalaba el “maus” en la pantalla y le decía: “Mira, esta flechita es el ‘maus’. Lo que tienes que poner en cada celda de esta página, le das ‘clic’ en cada una y ahí pones la cantidad que corresponda.”

Con mucha paciencia el concuño le fue vaciando lo de una factura. Laura convencida de entender, se le hizo fácil. Después el concuño le enseñó a manejar el ‘Word’ de la misma manera.

Terminada la primera clase, el concuño dejó a Laura en su asiento con la computadora prendida. Después de un buen de intentos de encontrar el ‘maus’, Laura, angustiada, le llamó a su hija y le dijo:

--M’ija, no encuentro al ‘maus’.

--Es la flechita que sale en las páginas.

--Sí m’ija pero no sale.

--A ver mamá, cierra todas las ventanas.

--Espérame tantito. (Y Laura se fue a cerrar todas las ventanas de la oficina) Ya mi amor, ya cerré las ventanas, pero no entiendo que tienen que ver las ventanas con el ‘maus’.

--Es que cuando tienes muchas ventanas abiertas puede ser que no veas dónde está el ‘maus’.

--Pero es que lo llamo y lo llamo y no sale.

--¿Lo llamas?, le pregunto la hija divertida

--¡Si! 

--¿Qué le dices?

--‘Maus’, ‘maus’, ‘maus’, ‘maus’ y no aparece.

--Ay mamá, el ‘maus’ es un aparatito pequeño en forma de semicíruclo que está junto al teclado, conectado a la computadora, ¡no sale, se maneja desde ahí! ¡Y las ventanas son las páginas que tienes abiertas en la pantalla de la computadora!

--¡Ay m’ija, y yo cerrando las ventanas de la oficina, y llamando al ‘maus’!

  

alefonse@hotmail.com

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Alejandra Fonseca
Psicóloga, filósofa y luchadora social, egresada de la UDLAP y BUAP. Colaboradora en varias administraciones en el ayuntamiento de Puebla en causas sociales. Autora del espacio Entre panes