“Lo que no se hace visible, No se ve”

  • Rocío García Olmedo

De ahí la importancia de recordar los significados históricos en torno a la conquista de la igualdad de derechos en términos de ciudadanía para las mujeres. Y hacerlo cuando todavía se escuchan voces que demuestran una falta absoluta de comprensión, acerca de lo que es la igualdad de derechos en términos de ciudadanía; como la que recientemente tuvimos acceso de conocer por la red social tuiter del hoy Senador Panista Javier Lozano Alarcón.

Recordar que México fue uno de los últimos seis países en América Latina que reconoció a las mujeres este derecho, que si bien es una conquista de las sufragistas, también México tuvo que hacerlo por las presiones internacionales que para entonces ya tenía.

Cómo no recordar las palabras de Hermila Galindo en 1916 en su texto Soy una mujer de mi Tiempo: “Es de estricta justicia que la mujer tenga voto en las elecciones de las autoridades porque si ella tiene obligaciones para con el grupo social, razonable es que no carezca de derecho”

Logro social que ya no tiene marcha atrás; aún con esas voces retrógradas. Movimiento que no sólo luchaba por el voto; esta lucha era la representación; por el derecho a tener derechos.

Desde entonces ya se exigía el derecho a la educación y a la salud; derechos laborales, jornadas y salarios justos; derechos sexuales -como lo señaló Hermila Galindo en aquella época- y desde entonces también, una lucha por la construcción progresiva de nuestros derechos. Agenda Pública de Transformación que ha sido construida a partir de las propias mujeres.

Progresividad y vigencia de derechos para todas y todos que transforme lo público y lo privado, por ello  la importancia de acelerar los procesos; y de ahí fundamental la Iniciativa de Reforma al Código Federal de Instituciones Políticas y Procesos Electorales (COFIPE) presentada por el Presidente Enrique Peña Nieto, que nos permita transitar en ese proceso civilizatorio de que más mujeres obtengan una representación política, para ir reduciendo esas brechas en la participación de las mujeres en el ámbito de la política y la innegable sub representación; y de ahí también, la importancia de esa medida afirmativa que permitirá que más mujeres ocupen plazas de trabajo de mayor jerarquía en el IFE, hoy ocupadas en un 78.20% por hombres y sólo 21.80 % por mujeres al incorporar en la Convocatoria de la Comisión del Servicio Profesional Electoral el Concurso Público de plazas donde sólo participen mujeres.

Y por ello también, recordar a las poblanas que se organizaron para sumarse a la lucha por el reconocimiento del derecho a votar y ser electas:

CARMEN CABALLERO DE CORTES fundadora y presidenta de la Agrupación Civil “Mujeres Poblanas” que se convierte en la primera directora femenil, en el PRI, LUZ ASOMOZA DE BAUTISTA, LIC. CONCEPCION SARMIENTO, CONSUELO I DE VALDEMAR, BLANCA ROMANO DE RUIZ, ROSALIA OROPEZA, ANGELA PARRA, AMELIA JOFRE, ANGELES FLORES DE BERISTAIN, IRENE RAMIREZ, AURORA ARTIME, LUZ GOMEZ DE ROMERO, XERUTZA RANGEL, FABIOLA GARCIA ROSSETTI DE STEFANONI, ANA MARIA GARRIDO, BERTHA YEVERINO MUÑOZ, DOLORES PRIETO, CONSUELO GAMBOA, DOLORES MARIN, GUILLERMINA CANO, AIDA PARDO DE OCHOA, PITA PARDO DE PERALTA, MA. DE LOS ANGELES FLORES FERNANDEZ DE LARA, ADORACION YOUSHIMATZ  MORALES.

Todas líderes, obreras o campesinas, de la radio, de burócratas, sindicalistas, magisteriales;  y al lado de ellas, muchas otras cuyos nombres todavía falta por rescatar; que se fueron organizando;  que instituyen en Puebla los desayunos escolares, que crean el Periódico femenil del PRI y fundan las representaciones femeniles en cada uno de los sectores de este partido político. Que se reunían en mesas de trabajo, discutían los problemas y fueron enlistando las propuestas que conducirían en la para entonces anunciada Convención Nacional de la que fueron delegadas. Documento presentado por la delegación poblana que planteaba diez propuestas, pero también “serias críticas y severos cuestionamientos que se encontraban sumergidos en las conciencias femeninas”.

Los partidos políticos así, se vieron obligados a enarbolar las causas femeninas, y en Puebla -como en el resto de los estados- al darse cuenta que con el registro de las mujeres, el padrón electoral de aquella época podía alcanzar cerca de cien mil registros (los varones registrados eran 45 mil), las brigadas para registrar a las mujeres se hicieron intensas.

Cómo no recordar que en Puebla, los dirigentes del PAN y de la Unión Nacional Sinarquista (UNS) continuaban con el “propósito de que la mujer, particularmente la católica, debería dar la batalla contra las tendencias disolventes de la familia y defender su hogar y su decoro” pero al mismo tiempo,  confesaban estar a punto de terminar una redacción de un proyecto de actividades “para apoderarse de los contingentes de mujeres, decisivos en las elecciones de 1955, año de renovación parcial de diputados al Congreso de la Unión”. El Comité Regional del PAN en Puebla nombra como jefa del Comité Femenil a Esperanza Rodríguez de Aguilar.

En cambio los dirigentes del Partido Comunista Mexicano reconocían que las mujeres” han jugado un papel decisivo en la historia del país y siempre han abanderado las causas nobles”

Y el Partido Popular Socialista expresaba que el futuro del país dependía de la acción coordinada de todos los mexicanos, hombres y mujeres, particularmente de la incorporación plena de la mujer en la vida política, “sin las mujeres no es posible construir la democracia”.

Entre tanto en el PRI surgen, las primeras mujeres que ocuparon cargos de representación, Luz María Martínez Contreras y Carmen Yáñez, presidentas municipales por San Martín Texmelucan y Pantepec en la década de los 50as,  Esperanza Ramos de Naranjo Diputada al Congreso del Estado 1963-1966 por el Distrito de Texmelucan, Esther Leal de Aguilera, Diputada Federal, Profa. Guadalupe López Bretón, Senadora de la República en la década de los 70as.

Como vemos el movimiento político en Puebla, que culmina legislativamente con el Decreto publicado en 1953, parte de las preocupaciones de las mujeres de aquella época, por sus derechos laborales, por el cuidado de los niños, por los problemas de la maternidad y de salud no atendidos, es decir, del desarrollo social; bien dice la Dra. Huerta Jaramillo “en esos preceptos las mujeres encuentran la llave para abrir la puerta, hasta entonces cerrada, de la práctica de la política institucional”.

Evidentemente esta lucha no ha concluido, seguiremos dando la batalla en esa que ha sido llamada la “Revolución pacífica de las Mujeres”  enfrentando las acciones oscurantistas que como vemos siguen vigentes, ya que “Lo que no se hace visible, No se ve.”

Fuente: 

Herrera Feria Maria de Lourdes (Coordinadora).- Estudios históricos sobre las mujeres en México.- BUAP Centro de Estudios de Género, Facultad de Filosofía y Letras.

Huerta Ana María Dolores.- Las mujeres poblanas y el derecho al voto. Significados preliminares, 1953

Correo electrónico: rocio@prodigy.net.mx

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Tuiter: @rgolmedo

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Rocío García Olmedo

Abogada, Notaria (BUAP) Maestra en Políticas Públicas y Género (FLACSO). Académica del ICJ. Regidora, Diputada local (2), Diputada Federal. Fundadora Asociación Mujeres Abogadas. Miembro de diversas organizaciones feministas.