¿Cultura de la protección civil?

  • María Teresa Galicia Cordero

El 27 de mayo pasado, se llevó a cabo la instalación del Consejo Nacional de Protección Civil, ¿el propósito? construir un México menos vulnerable y más seguro para  el futuro; pero el futuro llegó más rápido de lo esperado, la naturaleza decidió y tomó desprevenidos a todos  cuando las estrategias planeadas aún no se habían concretado.

Estas  seis estrategias incluían: crear y operar el sistema nacional de alertas, contar con infraestructura y mayor capacidad de resistencia ante fenómenos naturales, hacer campañas de difusión preventivas y de protección civil, actualizar el Atlas de Riesgos, establecer el Programa Nacional de Respuesta ante siniestros, emergencias y desastres así como crear cinco regiones con representación nacional de protección civil.

Lo cierto es que en este país,  la prevención no forma parte de nuestra cultura y todo lo “resolvemos” una vez que pasó, lo que es sumamente preocupante.

 Poniéndolo en contexto: ¿Qué hubiera pasado si en junio se hubiera tomado la decisión que se acaba de implementar? Dejar de publicitar en los medios de comunicación  los logros gubernamentales o los beneficios de las reformas del gobierno federal para difundir las  acciones  y tareas a realizar ante los peligros naturales. En nuestro país la inversión en la prevención de  desastres es 30 veces menor que lo que se gasta en las emergencias y en la reconstrucción

Duele saber la cantidad de mexicanos sumidos en la desgracia, sobre todo la población más marginada y pobre del país  para quienes los apoyos necesarios se tardarán en llegar o nunca lo harán. Las regiones en donde el desastre fue mayor  es en donde hay mayores índices de pobreza.

Hemos escuchado de manera insistente,   que llovió como no se había visto desde hace años  y que desde   1958 no se había presentado  un cruce de huracanes como este. Ignoramos tal vez, que el  planeta está presentando cambios observados en el sistema climático desde 1950 “no tienen precedentes ni en decenios ni en milenios”.

Así lo afirma un informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático IPCC, de expertos de la ONU, con una certeza del 95%. En él se afirma que las continuas emisiones de efecto invernadero causarán más calentamiento y cambios en todos los aspectos del sistema climático, y aunque existen voces poderosas que lo ocultan, la actividad humana es la causa dominante.

Seguimos sin tomar en cuenta las causas ya identificadas en desastres anteriores: deforestación, azolve de cuencas hidrográficas, nula planeación urbana y rural, pobreza, obra pública mal hecha, corrupción, descoordinación institucional etc. (Restrepo, 2013).

Nada hemos hecho para impedir que las  selvas,  nuestros bosques  y los diversos ecosistemas se sigan destruyendo de manera creciente. La desforestación  impide que las raíces de las plantas y árboles   sirvan de protección natural para evitar los deslaves. No se siembran árboles y si se siembran, casi ninguno sobrevive. Aquellos campesinos que aún resguardan los nichos naturales se les persiguen, se les encarcela y hasta se les mata por intereses que nada tienen que ver con el cuidado y la protección a la naturaleza.

Por otro lado, es impostergable la toma de decisiones en cuanto a la asignación del personal que realice las tareas relacionadas con la protección civil en cada  comunidad, municipio, estado y el país. La capacitación es base   para que se tomen las decisiones adecuadas en materia de prevención o ante los peligros naturales para evitar que se conviertan en desastres como los que acaban de pasar. No aceptemos más puestos políticos en donde se requieren  profesionales especializados y técnicos.

 Y en este tema y muchos más, los ciudadanos tampoco estamos exentos de responsabilidades, nuestra toma de decisiones también define los resultados que como país vamos teniendo. Las    pérdidas humanas, económicas y de infraestructura de este desastre  son incalculables y a mediano plazo nos afectará a todos.

Los científicos explican que si no actuamos ahora, no habrá salida. Rebasaremos el punto en el que todavía podemos detener el impacto del calentamiento global con las consecuencias que estamos presenciando. Nuestros líderes políticos tienen que empezar a  admitir que tienen que actuar y nosotros en nuestros hogares y comunidades también.

 

Referencias

Restrepo I. (2013) “La naturaleza no tiene la culpa”. La Jornada

http://www.ambientum.com/boletino/noticias/El-IPCC-confirma-los-impactos-del-cambio-clim%C3%A1tico-en-su-nuevo-informe.asp Consultado el 1 de octubre de 2013-

 

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María Teresa Galicia Cordero

Doctora en Educación. Consultora internacional en proyectos formativos, investigadora social, formadora de docentes e impulsora permanente de procesos de construcción de ciudadanía con organizaciones sociales. Diseñadora y asesora de cursos, talleres y diplomados presenciales y en línea. Articulista en diferentes medios.