Entonces no se puede

  • René Sánchez Juárez
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El gobierno federal ya contaba un tablero de ajedrez donde tenía establecidos los temas y los tiempos para comenzar el próximo año con nuevas expectativas, en el sector fiscal, educativo y energético. Sin embargo, obstáculos internos y externos modificaron esa situación y pusieron al gobierno en una circunstancia extraordinaria. Era conocida la oposición a sus reformas por actores políticos naturales y otros legales.

Uno de los obstáculos externos no contemplados por las autoridades federales fueron las lluvias que afectaron a la mayoría de las entidades federativas, las cuales castigaron a millones de mexicanos y con ello mantienen la atención prioritaria de las dependencias y de la opinión pública.
 
La recuperación no va a ser fácil, las empresas aseguradoras estiman el costo en más de 75 mil millones de pesos, diez veces más que las afectaciones en el 2005 en Quintana Roo.
 
El gobierno federal ya contaba con la presencia de Andrés Manuel López Obrador como un opositor natural, quien está dividiendo su agenda entre la organización de reuniones estatales para conformar debidamente a su Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) en un partido político, y así poder contender oficialmente en las elecciones intermedias de 2015, y las manifestaciones en el Distrito Federal en contra de la Reforma Energética y ha encontrado con los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación un respaldo en contra de las reformas del gobierno federal.
 
Otro actor político que el gobierno federal sabía que tenía que sortear es precisamente a la CNTE, los maestros más combativos cuando de defender sus intereses se trata, con su movimiento en el DF y tomando fuerza al interior del país, con apoyo de maestros del SNTE aún por encima de las decisiones de su Comité Ejecutivo, los docentes han estado manifestando su descontento con el gobierno federal, por una Ley que más que educativa es laboral y con ello el control del sector educativo se volvería a centralizar dejando a un lado a los sindicatos y hasta los gobiernos estatales.
 
Puede ser que con ayuda del FMI, del BM y recursos propios el gobierno federal pueda apoyar a la reconstrucción de los daños ocasionados por las tormentas, que con el uso legítimo de la fuerza pública y la aprobación de la reforma educativa pueda contener a los docentes; sin embargo, la aprobación de las reformas hacendaria y energética no sólo tiene que lidiar con AMLO o con un grupo de la sociedad que se encuentra totalmente en contra de gravar el ingreso, colegiaturas, hipotecas y hasta mascotas, lo cual afectaría gravemente a la clase media.
La negociación más difícil será con sus opositores legales, es decir, los partidos políticos quienes venderán caro la aprobación de dichas reformas. Tanto el PAN como el PRD, quienes se han visto beneficiados por coaliciones electorales ahora van a cabildear con el PRI la reforma político-electoral y con ello poder acceder a nuevas posiciones o incluso llegar a la presidencia en 2018.
 
Bajo este contexto, el spot publicitario del gobierno debería decir: los partidos y el gobierno federal apoyarán las reformas energética y hacendaria, entonces sí se puede; pero antes deben aprobar una reforma político-electoral, entonces no se puede.

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René Sánchez Juárez

Politólogo y Maestro en Ciencias Políticas. Académico de la BUAP. Sindicalista y dirigente FROC-Puebla. CONLABOR. Ex Diputado Local y Federal