Consejos técnicos escolares: “la dicha inicua de perder el tiempo”

  • Juan Martín López Calva
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                          “…-ignoraba yo aún que el tiempo es oro-
cuánto tiempo perdí -ay- cuánto tiempo…”

Renato Leduc.

Tal parece que en México las mejores iniciativas están condenadas a terminar en el fracaso por la pesada y casi indestructible cultura burocrática que corre por las venas de nuestros gobernantes y la resignación pasiva que marca el ADN de los gobernados.

En el caso del sistema educativo hemos visto pasar a lo largo de las últimas décadas muchos programas y proyectos que buscan la innovación educativa en distintos aspectos pero que han sido progresivamente absorbidos por la lógica burocrática del sistema o se han planteado sin considerar los elementos estructurales que los hacen de entrada, imposibles de realizar.

Durante la gestión del ex presidente Ernesto Zedillo como Secretario de Educación Pública por ejemplo, se amplió el calendario escolar a doscientos días “efectivos” de clase. ¿Por qué las comillas? Porque lo doscientos días no han sido nunca efectivos dado que, aunque la SEP vigila celosamente que las escuelas sigan operando y los niños asistiendo hasta la fecha marcada en el calendario oficial –o lo más cerca posible de esa fecha-, exige a los centros educativos entregar toda la documentación -calificaciones finales incluidas- para el cierre administrativo del período escolar, desde varias semanas antes de la fecha de terminación de cursos.

Lo anterior hace que las últimas semanas se conviertan, según hemos escrito aquí y en otros espacios, en “semanas de nada”, puesto que tanto alumnos como maestros y padres de familia saben que en realidad el proceso de enseñanza-aprendizaje terminó y se dedican a simular que se sigue trabajando normalmente y literalmente a entretener a los educandos perdiendo tiempos muy valiosos para su formación.

En el ciclo escolar recientemente iniciado en la mayor parte del país –porque sabemos que hay zonas de excepción como Oaxaca, donde triste e impunemente los maestros no han iniciado las clases- la SEP ha decidido que el calendario se extienda todavía más, con lo que muy probablemente las “semanas de nada” sean todavía más que las de ciclos anteriores. La razón parece positiva: dedicar un viernes de cada mes a la realización de reuniones de los consejos técnicos escolares.

El consejo técnico escolar, según el documento oficial de “Lineamientos para la organización y el funcionamiento de los consejos técnicos escolares” publicado por la Secretaría de Educación Pública a nivel federal, es el “órgano colegiado encargado de tomar y ejecutar decisiones comunes enfocadas que el centro escolar cumpla de manera uniforme y satisfactoria su misión”. (p. 8)

Según el mismo documento normativo, participan en el consejo el director, subdirectores y todo el personal docente de la institución en todos sus niveles y tiene dos etapas de sesiones: la intensiva que se realiza los cinco días previos al inicio del ciclo escolar y la ordinaria que se lleva a cabo a lo largo del ciclo escolar de acuerdo con las disposiciones que la misma autoridad defina.

La iniciativa es positiva en sus intenciones porque busca promover el trabajo colegiado para la toma definición de un plan de mejora de cada escuela y la toma de decisiones para su instrumentación.  Existe además una guía que busca orientar el trabajo de estos espacios colegiados y estimular la participación hacia el logro del objetivo central. Se trata del documento: El consejo técnico escolar: una ocasión para la mejora de la escuela y el desarrollo profesional docente, editado por la misma secretaría.

Promover la mejora de la escuela mexicana desde la muy triste realidad en que hoy se encuentra y que se puede constatar en los llamados “rasgos de normalidad escolar mínima”.

Porque estos rasgos de normalidad son: “Todas las escuelas brindan el servicio educativo los días establecidos en el calendario escolar, todos los grupos disponen de maestros la totalidad de los días del ciclo escolar, todos los maestros inician puntualmente las actividades, todos los alumnos asisten puntualmente a todas las clases, todos los materiales para el estudio están a disposición de cada uno de los estudiantes y se usan sistemáticamente, todo el tiempo escolar se ocupa fundamentalmente en actividades de aprendizaje, las actividades que propone el docente logran que todos los alumnos participen en el trabajo de la clase” y finalmente, “todos los alumnos consolidan su dominio de la lectura, la escritura y las matemáticas de acuerdo con su grado educativo”.

El hecho de que seis de los ocho rasgos se ocupen de cosas que deberían darse por supuestas en cualquier institución educativa y cinco de ellas se refieran a que el tiempo de escuela se dedique a la educación, lo cual resultaría obvio en cualquier sistema educativo que funcione razonablemente, nos habla de que existen serios problemas de pérdida de tiempo en la vida cotidiana de las escuelas.

En este contexto, que la misma SEP propicie mayor pérdida de tiempo obligando a todas las instituciones públicas y privadas a suspender un día de clase completo para una reunión de consejo técnico que se exige realizar en ¡CUATRO horas! cuando el contenido de las sesiones se puede abordar fácilmente en dos horas efectivas que podrían programarse sin tener que suspender días efectivos para sustituirlos con “días de nada en las semanas de nada” del fin del ciclo escolar, resulta realmente terrible en una realidad educativa que pide a gritos terminar con la “dicha inicua de perder el tiempo” que sigue dominando la vida escolar.

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Juan Martín López Calva

Doctor en Educación UAT. Tuvo estancias postdoctorales en Lonergan Institute de Boston College. Miembro de SNI, Consejo de Investigación Educativa, Red de Investigadores en Educación y Valores, y ALFE. Profesor-investigador de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).