Con agua se ve la desigualdad

  • Said Robles Casolco

Sí, oficialmente ya es otoño y las lluvias aún están presentes, lo que nos deja un estimado superior de 200 milímetros estadísticamente con una precipitación pluvial interesante.

Desafortunadamente el indicador de milímetros de agua no sólo ha dejado devastado a cultivos, sino que ha dejado sin cobijo a más de 20 estados y Puebla en este aspecto se ha convertido en eslabón fundamental para brindar ayuda Guerrero a través de la Sierra Mixteca,  zona limítrofe  con el estado guerrerense que  ha permitido la comunicación para la entrega de ayuda a los municipios de Tlapa de Comonfort, Tlacoapa, Copanatoyac, La Luciernaga, Las Peras, Moyotepec, San Marcos, Cochoapa El Grande, Atlamajalcingo del Monte y Metlatónoc.

Esta realidad nos demuestra que ahora nos queda ayudar y no sólo dejarnos llevar por lo visto a través del ojo mediático, pues existe infraestructura que ha sido dañada y aún más nuestros corazones.

Al parecer en cada uno de estos lugares parece que sucediera lo que Juan Rulfo relató en  “Es que somos muy pobres”,  la historia de una familia  que lo pierde “todo” a causa de una lluvia torrencial, siendo este “todo” la suma de cómo se pierde lo más preciado; dejando lugar únicamente para el anhelo y la esperanza.

Sin embargo, lo que hemos visto por las lluvias en realidad es sólo una condición geográfica, que estos meses no significa precisamente que estamos tocando la furia de Tláloc, por el contrario es una alerta que nos indica que no hemos  querido ver que la contaminación y el cambio climático lo estamos viviendo como una condicionante de lo que podría venir aun con más fuerza en años siguientes.

Generalmente el consumo masivo de productos, así como el abuso indebido de los automotores de cualquier escala hacen que tengamos estos temporales. No obstante no podemos decir que las intensas lluvias será lo único que vivamos. Ya dicen los expertos que nos toca ahora el tiempo de sequía y calor extremo, por lo que no debemos dejar de lado imaginar cómo vendrá el invierno que inicia a fin de año.

Pero, las consecuencias de este cambio climático no sólo se remedia al comprar un paraguas más resistente, botas para la lluvia, protectores solares o sistemas de refrigeración más potentes. ¡Ahí no queda”. Tampoco “queda” en sólo ahorrar en algún nuevo producto para remediar el mal, pues finalmente –Yo que culpa tengo- ¿verdad?

Si el real problema es la falta de cultura y respeto al medio ambiente, la realidad también nos dice lo que debemos evitar y regresar lo que nos está pidiendo el planeta tierra.

Porque en realidad lo que se necesita es cultivar y aumentar el aprovechamiento de nuestros recursos y de nuestras capacidades para ser mejores y así promovamos una actitud más ambientalista que nos incite a proteger, cuidad y conservar lo que nos rodea.

Aclaro, no es sólo lo verde está en el entorno material sino también en los sentimientos, y lo mejor: nosotros mismos. Al ser mejores, mejoramos todo.

Finalmente, lo que no se desea es que las estadísticas incrementen en condiciones de hambruna, así como el aislamiento de poblaciones que al parecer se pensaría que están “sacados” de películas de poca calidad y sensibilidad. Si al final lo que se desea es que la brecha de la desigualdad no exista o se borre, es importante la funcionalidad, mejorar personalmente y el ánimo de crecer en el interior.

En síntesis, es necesario que podamos ayudar en los centros de acopio, pero lo mejor será que podamos comprar menos, consumir lo necesario, proteger lo que tenemos y evitar los excesos. Cuidar el ambiente es evitar dejar huella de carbón en el hogar y en cada techo que nos cubre el cielo azul.

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Said Robles Casolco

Es profesor-investigador en el área de Innovación y Tecnología del Instituto Tecnológico Gustavo A. Madero, con más de 25 años de experiencia académica en el área científica; con una producción de 31 solicitudes de patente y artículos de investigación nacional e internacionales.