El primer informe de gobierno revela que tendremos que esperar 5 años más para ver cristalizado el tan esperado 1%  del PIB que se destinará en materia de Ciencia y Tecnologia e Innovación.

Pero si la falta de este recurso que es prioritario para el desarrollo de nuevas tecnologías e innovación, puntos en el que el país debe invertir y apostar con el objetivo de generar nuevas fuentes laborales y de atracción a la inversión, además de que de estos puntos depende el sentido de la investigación que se desarrolle en nuestro país y aún más en la aplicación de estos conocimientos; entonces la pregunta es:

¿Qué hacer?

Esperar o reaccionar

Antes de responder, es importante tener en cuenta que  hasta ahora México es un país de Ciencia gracias a los investigadores y, mejor aún, a la gran capacidad de creatividad, improvisación y genialidad de cada uno de los laboratorios que con recursos limitados realizan investigaciones igual o mejor que en países de primer mundo, los cuales tienen a manos llenas dinero para infraestructura y vinculación con las nuevas líneas de generación de investigación.

Sin embargo, se debe de enfatizar que el primer mundo es lo que es gracias a la puesta en marcha de cada uno de los mecanismos para que la programación del futuro se dé en tiempo y forma, por lo que ahí debemos de ver al “ojo ajeno” en lo que hoy México vive actualmente.

Cuando se habla de innovación en la investigación, ésta no es proporcional a la carencia de recursos, porque si fuera así entonces seriamos un país puntero en desarrollos. Lo que sí es claro es que a mayor probabilidad de oportunidad para tener más laboratorios dotados de mejores técnicas para fundamentar la teoría, existiría mayor tiempo para el desarrollo de investigaciones punteras y éstas serían las más óptimas.

Por esta razón, el recurso de investigación que se destina a todos los centros, institutos y universidades destinadas a la generación de conocimiento debe de ser más protectora y con mejor posibilidad de que este recurso sea el adecuado, dado a que es ahí donde  se encuentra el mejor crisol de ideas y se generan nuevas aportaciones a una sociedad más progresista.

No obstante, vale la pena hacer un alto para definir el contexto de las actividades científicas y tecnológicas, lo cual se determina como: “las actividades sistemáticas que están estrechamente relacionadas con la generación, avance, promoción, difusión y aplicación del conocimiento científico y técnico en todos los campos de la ciencia y la tecnología”

Dentro de este contexto enfatizo que la educación y la enseñanza son la prioridad fundamental para que el conocimiento se realice. Esta situación se debate hoy día en la sociedad civil, la cual está enfocada al futuro de la comunidad de profesores de nivel básico y medio superior, al cuestionarse la posibilidad de la desaparición de sus derechos y cómo  en la historia del país han  sido un punto que ha marcado a la sociedad.

En este punto, la reflexión es  que si queremos un México más competitivo, entonces se tiene que marcar fuertemente a la base de la educación y aún más en cómo la formación se basa en los valores humanísticos y científicos como una necesidad de formación en la educación.

Es por ello que las reformas a la ley son una prioridad y será la forma de poder actuar ante un mundo con formulaciones distintas a lo que convencionalmente se está acostumbrado. Si bien es cierto que los cambios son buenos, la transición es lo que hace la transformación.

Si para ser eficientes o medir la eficiencia se debe examinar o someterse a una estadística, es ahí donde la nueva reforma tiene esa sensibilidad para los académicos, razón por la cual el cambio de paradigma se verá reflejado en como el estado de confort y la competitividad será cada vez más una forma de vida; la cual si bien no será de transformación, sí será para mejorar la capacidad y actitud de los que conforman un sistema educativo.

 Y mejor aún para que la generación de nuevas oportunidades revitalice a una sociedad que pueda ser atractiva a la vida global,  y qué mejor que sea propositiva ante la adversidad de un mundo mejor y con oportunidades.

En mi opinión, si nos resistimos al cambio entonces estaremos viviendo el México de siempre con la misma nostalgia y aun más con lo precario que vivimos cotidianamente.  De esta forma, se deben arriesgar las propuestas,  pues ¿acaso tenemos más que perder o se va a ganar más?

Considerando que las dos reformas, la energética y la educativa, no se den como se proponen, entonces qué podríamos generar, cuál será la factura de los próximos 5 años.

Qué venderemos si la mejor fuente que tenemos de la riqueza es conocimiento. Y si lo poco que nos falta de recurso natural sólo podemos apostarle a darle un valor agregado, entonces lo que requerimos, como mencioné anteriormente, es mejor educación y mejor transformación de los recursos.

Si es para lograr esto, entonces se debe de aumentar una medida proporcional de lo que se va a querer de una sociedad. También debemos pensar en qué vamos a vender en bruto o en derivados de la transformación.

 Por eso ¿es necesario esperar más años para ver cambios o es mejor poner en marcha y hacer lo mejor de uno para mejorar?

El mundo actual  ha evolucionado a partir de un cambio social, político y de las guerras, pero la mejor transformación esta en las mentes que nos hacen cambiar gracias a sus opiniones y nuevas formas de sensibilizarnos con sus enseñanzas. (SRC)