Gas de esquisto o de lutita

  • Atilio Peralta Merino

El denominado período de “entre–guerras” se caracterizó por la  drástica transformación  que dejó  de lado y de manera definitiva al carbón como fuente de energía para sustituirla por el petróleo.

Quizá  ninguna obra   emblematice   mejor la referida etapa histórica  que  la novela de Robert Musil :  “EL HOMBRE SIN ATRIBUTOS”, en cuya trama un magnate se  aboca a realizar las inversiones necesarias que le permitan el pleno control de  los yacimientos petrolíferos rumanos.

En los días que corren, de manera análoga,  el petróleo empieza a ser sustituido por el gas, y, por su parte,  el gas en estado natural,  proveniente de yacimientos formados ex profeso por la naturaleza,  pretende  ser sustituido por el gas extraído de sedimentos sólidos rocosos mediante un complejo procedimiento  denominado fractura hidráulica.

El marcado agotamiento  y declive de las reservas de petróleo convencional pareciera evitar el retorno del escenario de los bajos precios del petróleo que vivimos en los años 80 , a grado tal,  de que los esfuerzos de la industria se encaminan a escala mundial hacía la exploración en las aguas  oceánicas  profundas.

La revolución energética del gas,  ha favorecido por su parte  en el pasado reciente  a los grandes productores mundiales  del insumo en cuestión, a saber: Rusia, Irán y Bolivia; mismos que han empezado a  sentirse afectados con el declive en los precios,  derivado de la producción norteamericano de gas de esquisto o de lutita.

Los Estados Unidos, China, Argentina, México y Australia constituirían a  la sazón las principales plazas de reservas de los hidrocarburos shale o  de pizarra  a escala planetaria, y, de más está decir, que en conjunto Estados Unidos y México conformarían una reserva de hidrocarburos de esquisto infinitamente superior a la que pueda ostentar en los días que corren Arabia Saudita de petróleo convencional.

El procedimiento para extraer gas  de las formaciones rocosas sedimentadas,  empieza por una profunda  perforación seguida de un corte trasversal del suelo, hendidura a la que se  inyecta arena, agua en cantidades enormes y químicos que afectan de manera forzosa los mantos freáticos  aun sin que medie negligencia alguna en el proceso.

 Resulta por demás evidente que el método en cuestión,   al margen de cualquier consideración de índole  ambiental,  conlleva muy  altos  costos de operación para llevara  a cabo la extracción del  gas de lutita.

¿Cómo es entonces que las compañías que explotan el gas de esquisto en Dakota del Norte han logrado abatir el precio del gas natural en los denominados  mercados de  “commoditys”? ¿acaso las referidas compañías,  operan con inusitados subsidios otorgados por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos? ¿Cuáles son los juegos en el mercado de los energéticos de los que no nos habla Ernets Moniz , el Secretario de Energía del Gobierno de Obama?.

En los años 80, la C.I.A., al unísono de que  traficada cocaína hacia Estados Unidos y armas hacía la  contra nicaragüense con auxilio de Rafael Caro Quintero entre muchos otros personajes, de manera clandestiba; negociaba la sobreproducción  de petróleo con Arabia Saudita con el deliberado propósito de desplomar las precios del energético y  descarrilar  a la extinta Unión Soviética.

En los días que corren, existen empresas de extracción de gas en Dakota del Norte,  que producen un bien a  costos elevados  mientras el precio de su producto declina  en los mercados , mientras  se debate entre nosotros una reforma a los artículos 27 y 28 de la Constitución,  cuyas repercusiones y  históricos e internacionales resultan difíciles de dilucidar.

sandrini2006@hotmail.com

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Atilio Peralta Merino

De formación jesuita, Abogado por la Escuela Libre de Derecho.

Compañero editorial de Pedro Angel Palou.
Colaborador cercano de José Ángel Conchello y Humberto Hernández Haddad y del constitucionalista Elisur Artega Nava