El futbol mexicano está podrido

  • Abel Pérez Rojas
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“Son incalculables los efectos nocivos

del futbol convertido en espectáculo”

Abel Pérez Rojas

(1ª de 3 partes)

Para los fanáticos mexicanos al futbol, la semana pasada fue el acabose. La selección mexicana de futbol – el autollamado “Gigante de CONCACAF” – fue eliminada de la Copa Oro por la modesta Selección Nacional de Panamá, la selección 51 de la clasificación de la FIFA y cuyos máximos logros han sido un subcampeonato en la Copa Oro 2005 y el campeonato y subcampeonato en la Copa Centroamericana 2009 y 2007 respectivamente. La selección panameña jamás ha participado en un campeonato mundial de futbol ni en juegos olímpicos.

La exclusión mexicana en Estados Unidos estuvo precedida de desorganizadas actuaciones ante representativos débiles; la baja en la primera ronda de la Copa Confederaciones y una raquítica eliminatoria mundialista que le tiene al borde de la eliminación.

Para los fanáticos mexicanos el problema de la selección de futbol está en la mala dirección técnica de José Manuel “Chepo” de la Torre.

Ante la relevancia que tiene el futbol profesional, en particular el actuar de la Selección Nacional, en la salud emocional y económica de los mexicanos, es necesario realizar un proceso reflexivo al respecto y no sólo quedarnos con la opinión de los fanáticos de a pie y de los medios de comunicación.

Es sano realizar algunas puntualizaciones:

La Selección Nacional de Futbol no es la selección de México ni de los mexicanos. Explico. La Selección Nacional de Futbol es el representativo de los dueños de los equipos de Primera División y en particular del grupo que controla dicha división. Para nadie es un secreto que el duopolio televisivo es quien impone condiciones a la mayoría de los equipos y a la Selección Nacional. Por lo pronto tienen la exclusividad de transmisión de la Selección Nacional en los próximos 10 a 15 años.

Por otra parte, como el futbol mundial ha sido monopolizado por la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), se han creado lagunas, vacíos y excepciones que soslayan las legislaciones nacionales. Por ello, a nivel mundial el futbol profesional se ha convertido en uno de los negocios globales y de control social más efectivos. México no es la excepción.

Si la Selección Nacional de Futbol fuera de los mexicanos debería de haber pasado por un proceso de nacionalización o por lo menos por la tutela, supervisión u orientación de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) que es la “institución del gobierno mexicano, encargada de desarrollar e implantar políticas de Estado que fomenten la incorporación masiva de la población a actividades físicas, recreativas y deportivas que fortalezcan su desarrollo social y humano, que impulsen la integración de una cultura física sólida… que promuevan igualdad de oportunidades para lograr la participación y excelencia en el deporte”.

Por si fuera poco una de las fórmulas exitosas del negocio del futbol profesional es polarizar a los mexicanos; así los “azulcremas” no pueden ver a los “rayados” y los “escarlatas” a los “azules”, etc.  Han creado partidos para acentuar la confrontación: el “clásico joven”, el “clásico de clásicos”, etc. Alcanzada la división, la Selección Nacional aparece como la tierra sagrada de los “patriotas” que es recinto para que todos dejen los colores de su equipo y asuman la misma piel: la tricolor. Como puede ver todo esto es falso patriotismo.

Continuaré con este análisis,  por lo pronto le sugiero que si verdaderamente quiere apoyar a México vea menos futbol, ejercítese y lea más.

Abel Pérez Rojas (abelpr5@hotmail.com / @abelpr5 / facebook.com/abelperezrojas) es poeta, comunicador y doctor en Educación Permanente. Dirige Sabersinfin.com. 

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Abel Pérez Rojas

Poeta, comunicador y gestor de espacios de educación. Estudió Derecho (BUAP), Maestría en Formación Permanente y Doctorado en Educación. Ha impartido conferencias y cursos de posgrado en instituciones públicas y privadas. Su obra poética consta de cinco poemarios. Es fundador de Sabersinfin.com.