La semana pasada comentábamos sobre la vigencia del Pacto por México y su fragilidad por enfrentar dos de las más grandes reformas, como son la energética y la hacendaria. Hoy pareciera que han encontrado en la reforma político electoral la moneda de cambio que necesitaban el Partido Acción Nacional y el de la Revolución Democrática.
 
Tres reformas han sido claves para la vida electoral mexicana, en 1977 se da una apertura para que grupos inconformes pudieran participar en el proceso electoral y tuvieran en la Cámara representatividad; la llevada a cabo en 1994-96 la cual cuidadaniza el Instituto Federal Electoral; finalmente en 2007 que tuvo que ver más en la organización del IFE, así como le otorga facultades de fiscalización.
 
Cada reforma surge a raíz de crisis democráticas que se vivieron en México; la primera permitió a los grupos suversivos y proscritos que operaban en México dejar la clandestinidad y tener representación en las Cámaras a través diputados de partido; la segunda por la crisis de legitimidad con la que arribó Carlos Salinas a la presidencia y con la ciudadanización del IFE deja a un lado al poder Ejecutivo de la organización de las elecciones: la última por la elección donde se suscitaron irregularidades en medios de comunicación y gastos de campaña.
 
La propuesta elaborada por el PAN y el PRD ya está en la mesa, pretende reformar varios artículos de la Constitución para instaurar en México la segunda vuelta electoral, la creación de un Instituto Nacional de Elecciones, creación de Ley de Partidos Políticos, establecer gobiernos de coalición, reelección inmediata de legisladores y presidentes municipales y crear la figura de Jefe de Gabinete.
 
La segunda vuelta electoral es una práctica que se lleva a cabo en varios paises con éxito, le otorga al presidente electo un margen de legitimidad ya que arribaría a la presidencia por lo menos con el 50% más uno de los votos, los ciudadanos podrían votar entre dos opciones finalmente, sólo que habría que legislar por economizar las ya de por sí democracia tan cara que tenemos en México.
 
Gobiernos de Coalición y no sólo en procesos electorales cuando partidos ven la posibilidad de mantener su registro a expensas de partidos mejor posicionados en el electorado.
 
La creación de un Instituto Nacional de Elecciones, podría eficientar la labor que hacen tanto el IFE como los 32 institutos locales encargados de organizar sus respectivas elecciones, ya que sería ésta figura recien creada la encargada de organizar tanto las elecciones federales como locales.
 
Otra novedad en la posible reforma sería la reelección de legisladores y presidentes municipales para su profesionalización y los ciudadanos puedan valorar su trabajo y así darles nuevamente la confianza de seguirlos representando.
 
La reforma sin duda se presenta innovadora, habrá que observar como progresa y que es lo que sí aprueban y que es lo que nuevamente envían a la "congeladora".
 
Esa es la propuesta presentada por el PAN y el PRD, mientras el PRI propone establecer gobiernos de coalición; impulsar una ley general de partidos, y definir las leyes reglamentarias de candidaturas independientes; iniciativa ciudadana; e iniciativa preferente.
 
¿Será que esta reforma sea la moneda de cambio para aprobar las refomas que tanto necesita el PRI? y ¿hasta cuando durará la luna de miel electoral que tienen el PAN y PRD? La elección intermedia federal de 2015 nos traerá las respuesta.