Caminar por la 2 norte...

  • Xavier Gutiérrez

Ha sido un acierto la restauración de la calle 2 Norte, aunque ya no se supo con precisión a quien corresponde el c rédito si al gobernador o al presidente municipal. Lo cierto es que la obra ahí está. Restarían, sin embargo, otras importantes tareas complementarias.

Caminarla hoy en día es sumamente placentero. El  cableado eléctrico subterráneo permite ver la belleza de la arquitectura en todo su esplendor. Muchas viejas casonas abandonadas y dañadas por el inclemente paso del tiempo, con esta gran mano de gato que les han dado se ven preciosas.

Esta calle se ha convertido en una de las caras más hermosas de la ciudad. El señorío que se aprecia en las casonas, con sus balcones, ventanas y portones, por momentos lo traslada a uno a una Puebla que se nos había perdido  a pesar de estar ahí.

La grisura de las fachadas pasaba inadvertida por los paseantes y vecinos. El comercialismo brutal de cada casa hizo también lo suyo. Viéndolo bien no están reñidos un uso utilitario de las casas y su conservación, siempre y cuando haya respeto, cuidado…y recursos para las dos cosas.

Hoy corresponde a las autoridades y propietarios, o vecinos en general, aportar lo suyo para que este paisaje urbano luzca así, siempre esplendoroso. Hay unas jardineras metálicas  recién colocadas a lo largo de esta y otras calles, y se ven muy bien, sobre todo ahora que con la lluvia tienen a sus plantas verdes y floreando. Ojalá la parte de mantenimiento de quienes ahí viven no falte  el resto del tiempo, cuando no haya lluvias.

Hay empresarios que merecen un elogio especial.  Unos emprendedores de origen jalisciense acaban de rescatar una antigua casa, ahí en la 2 Norte, entre la 6 y Oriente, para convertirla en hotel y restorán. El resultado es estupendo. Quedó la residencia impresionantemente bella. Luce elegante, pulcra, con una combinación de mobiliario y decorado de excelente gusto.

La vajilla de talavera está presente en sus mesas, la mantelería limpísima, el personal diligente y allá al fondo, en la parte de la cantina, una batería de 57 marcas de tequila desafía  grata y pecadoramente  el buen gusto del comensal que se atreve. La entrada misma a la casa es una invitación que seduce.

Ojalá que un esfuerzo de este tamaño y calidad tenga éxito. Realmente lo merecen. No estaría mal que las autoridades, turismo estatal y el ayuntamiento, contribuyeran con talento e imaginación a darle vida y movimiento a esta calle y a sus audaces empresarios.  Habría que pensar qué actividades se pueden organizar en esa área.

Por ejemplo, en las esquinas, o en los patios de algunas casas, o en los rincones que la propia arquitectura determina, o en los balcones, no sé, ofrecer algún tipo  de espectáculo ligero, acorde con la fisonomía de la calle, de la  arquitectura e historia y tradición de la ciudad, que tenga que ver con la música, el teatro o la danza, para llamar la atención de los poblanos y los visitantes hacia esta zona.

Un experimentado restaurantero me decía que esa calle en particular, tiene la gran ventaja de que “está limpia, no está manoseada –comercialmente hablando- no se ha abusado de ella ni se la ha denigrado”,  y tiene razón. Luce impecable. Pero algo, algo le falta, un toque artístico de buen gusto que lleve dos propósitos: darle atracción y vida a la calle, y de paso estimular a la gente para visitar los negocios que hay en la misma.

Otro elemento que ayudaría mucho a este fin y que, curiosa y paradójicamente se les ha escapado a las autoridades, tan dadas con frecuencia  al aplauso auto organizado: la promoción de la obra con grandes imágenes. Hace falta en el zócalo, para mostrar y, por qué no, presumir ante  propios y extraños, una gran exposición fotográfica sobre la restauración de esa arteria.

Sería magnífico ver en el zócalo enormes fotografías con las fachadas, portones y balcones y una perspectiva completa de esa  calle de sabor tan profundamente poblano. Una invitación abierta a conocer la ciudad propia, la casa de todos, y al turista, a recorrerla cámara en mano y a saborearla con los ojos, y con todos los sentidos.

Máxime que un atractivo nos lleva a otro, y a otro: al llegar a la 6 Oriente, nos vamos a recorrer dulcerías, bellos atentados ante cualquier intento de dieta; un asomo a la historia de la ciudad con la visita a la casa de los hermanos Serdán,  un brinquito al templo de San Cristóbal, un vistazo al antiguo Hostal de Velazco, con sus leyendas y espantos; un breve desvío para ver el pórtico del antiguo mercado La Victoria; las aguas gasificadas de frutas de tanta tradición en la propia 2 Norte, en fin, hay cien cosas que ver y hacer.

Ojalá no la descuiden, y  le pongan ese pequeño extra que le falta para verla siempre así, hermosa, poblana y con vida.

xgt49@yahoo.com.mx

 

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Xavier Gutiérrez

Reportero y director de medios impresos, conductor en radio y televisión. Articulista, columnista, comentarista y caricaturista. Desempeñó cargos públicos en áreas de comunicación. Autor del libro “Ideas Para la Vida”. Conduce el programa “Te lo Digo Juan…Para que lo Escuches Pedro”.