Las empresas familiares en la cadena de valor de la gran empresa

  • William Henry Steinwascher Sacio

Cuando hablamos, o leemos, sobre negocios familiares nos queda la impresión de que son un tipo de empresas a las cuales nosotros no estamos vinculados. Los planes de estudios de los programas de negocio de la mayoría de universidades públicas y privadas abordan, si es que lo hacen, de manera muy superficial la realidad de las empresas familiares y se enfocan en brindar contenidos especializados para la dirección profesional de empresas corporativas. Por otro lado, nuestros alumnos o aspiran a trabajar en grandes empresas formales y constituidas en donde podrán crecer y desarrollarse profesionalmente, o piensan en crear sus propios emprendimientos.  Estas aspiraciones académica y profesional han generado, junto con otras causas, que veamos a las empresas familiares como tipos extraños de organizaciones alejados a nosotros, cuando en realidad son el caso más común de empresas que tenemos cerca, que pueden ser grandes empresas y ser profesionales a la vez. El día de hoy quiero llamar su atención sobre la presencia, rol y retos que representan las empresas familiares dentro de la cadena de valor de las grandes compañías o corporaciones.

Los productos y servicios que consumimos en la actualidad son elaborados a lo largo de una cadena productiva en la que participan un gran número de compañías. Nosotros sólo los identificamos con la marca y las empresas que las fabrican, pero tras eso hay una red inmensa de empresas proveedoras de insumos, materias primas, servicios logísticos, administrativos y de comercialización, entre otras actividades. Muchas de esas empresas son micro, pequeñas y medianas empresas familiares, o están en camino de serlo dependiendo la etapa de su ciclo de vida en la que estén. Las grandes compañías que contratan los servicios de estas empresas depositan en ellas actividades importantes de su cadena de valor, invierten en capacitación y desarrollo de proveedores y distribuidores, y les conceden conocimiento y experiencia importante sobre el proceso productivo y atributos de sus productos y servicios.  Los ejecutivos que contratan los servicios de estas empresas deben hacerlo con una orientación de largo plazo, viéndolos como socios, y entendiendo la dinámica familiar que tienen muchas de estas empresas; sin embargo, las exigencias y urgencias operativas y funcionales hacen que las vean como relaciones de corto plazo.

Presencia de las empresas familiares

Las empresas familiares ingresan a la cadena de valor de los corporativos como proveedores o distribuidores de la compañía. Como proveedores, las empresas familiares se pueden especializar por el tipo de insumo, materia prima o servicio que ofrecen. Cuando los proveedores son muchos y todos proveen de los mismos productos y servicios la compañía tiene la seguridad de poder disponer de un alto poder de negociación y no correr riesgos de abastecimientos, pero cuando el insumo, materia o servicio que el proveedor les brinda es una verdadera fuente de ventaja competitiva las empresas deben prestar mucha atención a sus socios, y a la estabilidad y capacidades de ellos. Las empresas que se asociación como distribuidores, a través de alianzas, sociedades, representaciones o franquicias son más fáciles de estandarizar, pero requieren de mayor control y supervisión por parte de los corporativos ya que realizan muchas actividades de la corporación, como son la gestión de clientes, el uso de las marcas, la prestación de servicios e incluso el manejo de los precios. Estas empresas familiares, socias de las grandes empresas, las vemos como agencias de autos, tiendas de conveniencia, franquicias de restaurantes o farmacias, estaciones de combustible, empresas de mensajería, etc.

Rol en la cadena de valor

Los ejecutivos de las grandes compañías son hábiles y experimentados para el desarrollo y alineación de las operaciones de las empresas que se integran a su red de proveedores y distribuidores, convirtiéndolos en una importante fuente de capacidad competitiva. Pero eventualmente van a tener que lidiar con los retos particulares de las empresas familiares, como son la superposición de intereses empresariales y familiares, los objetivos no económicos, múltiples representantes y tomadores de decisiones, los conflictos familiares y la necesidad de establecer procesos de sucesión. Cuando las empresas familiares de una cadena de valor más grande no superan estas situaciones toda la cadena se ve afectada y la capacidad competitiva del corporativo se debilita frente a sus competidores. Superar esto requerirá un trabajo extra de identificar nuevos socios que ocupen esa posición, realizar inversiones de dinero y tiempo en capacitación y formación, así como pérdida y/o fuga de capital intelectual.

Retos para los grandes corporativos

Estas características que tienen las empresas familiares son riesgos para las empresas corporativas, riesgos que se pueden administrar con la finalidad de brindar sostenibilidad a la posición competitiva del corporativo. Requiere desarrollar la sensibilidad hacia las características, dinámicas y necesidades de nuestros socios familiares por un lado, y por otro establecer con ellos objetivos y planes estratégicos de crecimiento, desarrollo directivo y sucesión empresarial. Como primer frente, los corporativos deben ser sensibles sobre los ciclos de vida familiar, empresarial y patrimonial, los miembros de la familia y los roles que cada uno ejerce tanto en la familia como en la empresa y la propiedad, así como la capacidad de la familia y empresa de poder efectuar exitosamente la sucesión. El otro frente a enfrentar es pensar en sus socios al momento de establecer sus planes estratégicos. Incluirlos en su planeación estratégica corporativa y establecer objetivos y metas con ellos para promover la formalidad, preparación, organización y evaluación de desempeño como parte de su crecimiento. Esto facilita que la gran empresa que lidera la cadena de valor cuente con socios más establecidos, comprometidos y con mejores capacidades para sostener y apoyar el crecimiento corporativo, y transferir generacionalmente el conocimiento que requiere la gran empresa.

La empresa familiar es algo común en la actividad empresarial de la mayoría de grandes compañías, ya sea por ser su propia realidad o por que diariamente se realizan transacciones con ellas. Los profesionales, hombres de negocios y ejecutivos de las empresas deben identificar qué tan estrecha es su relación con empresas familiares y qué tanto su éxito empresarial y su potencial de crecimiento dependen, o dependerán, de estas empresas y sus relaciones. Atender esta realidad y sus retos en el presente puede significar cosechar beneficios sostenibles y económicos en el futuro.

William Steinwascher

william.henry@itesm.mx

@billsteinwa

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William Henry Steinwascher Sacio

 

Consultor en empresas familiares, y profesor de asignaturas en diferentes universidades de México a nivel posgrado y pregrado. Doctor y Maestro en Ciencias Administrativas en el Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México, Maestro en Banca y Finanzas en la Universidad de Lima (Perú) y Licenciado en Administración en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega (Perú). Sus áreas de consultoría e investigación se enfocan al desarrollo de estrategias empresariales y financieras, gobernabilidad corporativa y sucesión empresarial. Ha publicado artículos sobre sus áreas de interés académico en revistas arbitradas, y presentado artículos en congresos nacionales e internacionales. En su experiencia profesional ha desempeñado funciones de Desarrollo de Negocios, Planeación Estratégica, Inteligencia Comercial y Administración de Ventas en instituciones de educación superior  y en empresas de servicios medioambientales, construcción, telecomunicaciones  y autotransporte. En su experiencia académica ha impartido clases de estrategia, finanzas, emprendimiento y gestión a nivel licenciatura, maestría y doctorado desde el año 2009.