BUAP: ¿La nueva Universidad?

  • Vitaliano Torrico
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Si de hacer historias se trata, la de Raimundo García no llega a ser tal. Y es que su historia sobre la nueva-BUAP se rebela y resiente el prestigio, la fama que le rodea en el medio político y universitario, tanto más ostensibles por lo bien asentados que se hallan a lado de su “Vigésimo tercer aniversario del acuerdo original para la nueva universidad”(E-consulta 20-06-13) En el refiere que “del día 8 al 22 de junio de 1990, la máxima autoridad de la universidad –el honorable concejo universitario, se reunió para sesionar de forma unida y poner fin a una severa crisis institucional iniciada casi un año antes, que se produjo con el asesinato de el luchador social Gumaro Amaro, la detención del dirigente de la organización de los vendedores ambulantes 28 de octubre; la descomposición del rectorado de Samuel Malpica en unidades académicas de educación en salud, la creación ilegal de una junta de gobierno, la disputa por la administración del subsidio universitario en diciembre de 1989, la existencia de dos rectores el primera mitad de 1990.”(Ibid)

Así trae a la escena actual el postrero episodio virulento que vivió la UAP en esos años. Por mor de honrar la historia hay que decir que el evento que trata, la severa crisis institucional, no se inició un año antes, y menos se produjo con el asesinato de el luchador social  G. Amaro y la detención del dirigente de los vendedores ambulantes. Inició, se produjo la mentada crisis no fue tal sino un periodo turbulento que la victoria electoral de S. Malpica inauguró desplazando de la dirección de la UAP a la corriente que la hacía funcionar con cierta racionalidad. Instaladas las nuevas “autoridades” en la UAP produjeron –estas sí- alteración en su funcionamiento normal. La corriente desplazada por primera vez comenzó a organizarse para enfrentar la nueva situación que imperaba; y esto porque albergaba un sentimiento de responsabilidad de un futuro incierto, tanto que las quincenas nos llegaban incompletas, es decir, las arcas universitarias llegaron a tales extremos: de esto R. García dice “la disputa por la administración del subsidio universitario en diciembre 1989”. Si de hacer historia de la UAP se trata hay que documentar los hechos para afirmar lo que realmente ocurrió; si su propósito es mostrar la izquierda que dominó la principal universidad pública del Estado contraria a la actividad universitaria, entonces dice bien que la excesiva representación de trabajadores administrativos producto de concepción clasista de la izquierda en el consejo universitario; lo cual es tendenciosa o...

R. García dice que …el Honorable Consejo Universitario se reunió para sesionar de forma unida y poner fin a una severa crisis… La aseveración pierde deliberadamente todo un proceso de decantación en la composición del Concejo Universitario que conmemora. Pues Consejeros contrarios al malpiquismo sesionaron hasta constituirse en el Consejo Universitario que nombró a 3 de sus miembros como junta de gobierno; este hecho es en la historia(sic) de R. García la “creación ilegal de una junta de gobierno”. Y también la existencia de dos rectores en la primera mitad de 1990: es decir, tales hechos formarían parte de la severa crisis institucional. Su “historia” es así contraria a los hechos y, por lo tanto, la simple pretensión de ser tal para un politólogo uapachoso o, mejor dicho, de la nueva BUAP.

Dicho Consejo Universitario se constituyó con universitarios que la victoria electoral de Malpica desplazó de la dirección de la UAP; es decir, la corriente política que asumía la responsabilidad de restablecer el sentido común en su vida diaria. Y de ahí, asombrosamente y como por ensalmo, emergió una nueva corriente conformada -después se vio- con quienes no eran consejeros; entonces ésta cooptó consejeros de las viejas corrientes en disputa. Una vez desplazado Malpica de la rectoría, este Consejo convocó a elección de consejeros hasta conformar el Honorable Consejo Universitario que R. García, menta y le atribuye el carácter de élite universitaria; y es el que prevalece hasta el día de hoy.

Para el politólogo ésta élite actuó –insigne por esto- según “la concepción del filósofo norteamericano John Rawls”: “estuvo dispuesta a establecer un nuevo pacto, un nuevo acuerdo, un acuerdo original que recuperar y reorientara la vida institucional de la principal universidad pública del Estado poblano. El acuerdo estuvo sustentado…(en) el regreso al principio de legalidad marcado por el Poder Legislativo en la Ley Orgánica universitaria de 1963…”(Ibid) Con él se habría eliminado “…la excesiva representación de trabajadores administrativos producto de la concepción clasista de la izquierda anuló a los consejeros ‘ilegales’, fenómeno que llevó a reconocer que la segunda junta de gobierno fue ilegal, -primera que sustituyó a rector José Garibay también lo fue, peor lo consintió el gobierno estatal- y por lo mismo el rectorado sustituto que venía operando también fue reconocido como fuera de la ley.”(Ibid)

¡El Honorable desfacedor de entuertos! Así lo reputa a dicho Consejo. Pero ¿de dónde saca el insigne tal fárrago de hechos? Porque Juvencio Monroy si fue rector –nombrado por sus méritos académicos.- excepcional en los tiempos que corren(sic)-, pero de José Garibay habría que exhumar anales universitarios si figura. Y de la Ley Orgánica Universitaria de l963 hay que decir otro tanto, porque el Honorable Consejo que menta promovió en el poder Ejecutivo y Legislativo estatal la aprobación de una nueva Ley Orgánica, cuyo anteproyecto lo presentó el extinto Alfonso Velez P., y a cuyo término fue declarada Benemérita la UAP. Entonces: ¿cuál Ley rige la BUAP ahora, la de 1963 o la del que es autor el afamado Lic. Velez? El Politólogo García añora la de 1963, tiempo en que dominaba la UAP la derecha anticomunista. Y de ahí saca la especie de que la elite, el Honorable Consejo ha instituido la nueva universidad. Por esto su alabanza, su historia(sic) laudatoria de lo que es “la centenaria universidad estatal poblana.” Pero… no es, acaso, cuatri-centenaria?

 Con tales disquisiciones –pues su relato sólo es eso- R. García postula la siguiente tesis sobre la BUAP: “gracias a la voluntad de los universitarios y de la máxima autoridad de la universidad –el Honorable Consejo Universitario- que decidió caminar en la senda de respeto a la legalidad, la BUAP hoy día es lo que es, una institución que recuperó su prestigio y el reconocimiento de la sociedad, inició un camino ad hoc a la nueva realidad económica, social y política del país, y continuó en su histórico proceso de hermanamiento, relaciones y vinculación con universidades del mundo como importante proceso de internacionalización.”

Y la BUAP ¿camina respetando realmente su propia legalidad: es decir, es lo que es porque la Institución funciona según su Ley Orgánica?

Y por hacer esto ¿la BUAP es universidad? Es decir: ¿hace lo que hacen las universidades de cualquier parte del mundo, para ser tales?

En el ranking de universidades latinoamericanas, la BUAP ocupa el lugar 77, según la consultora Quacquarelli Sismonds.- resultados publicados el 28-5-13. Y en la evaluación nacional de universidades, entre las de puebla la BUAP sólo figura por la Facultad de Contaduría, hecho que ratifica hoy -1-07-13.- con la acreditación internacional de su licenciatura en Contaduría Pública, por la CACSLA.(La opinión universitaria)

Por lo demás, su prestigio, reconocimiento…, su histórico proceso de internacionalización y otras cosas más están todos los días y a toda hora en la televisión; con los que el politólogo podía decorar aún más su relato.

Y ¿con todo esto no se encubre lo que realmente es la BUAP? Bien vistas las cosas son vientos que arrastran a que sea la Nueva BUAP.

Opinion para Interiores: