El liderazgo en los jóvenes para la protección de sus derechos

  • Germán Molina Carrillo

El liderazgo en los jóvenes no es demostrar quién habla más fuerte, tiene más amigos o asiste a mítines para apoyar tal o cual causa, más bien consiste en alcanzar un  equilibrio personal para lograr la toma de decisiones correctas, es decir, lograr empoderarse, lo cual consiste en un proceso integral para contar con el control  sobre los recursos externos y los propios, que conduzca a la autonomía y la independencia. Así, quien logra contar con tales características, está consciente de la influencia que ejerce sobre las personas, lo que le permite incentivarlas para que trabajen en forma entusiasta por un objetivo común, tomando decisiones acertadas para el grupo.

Uno de los objetivos de ser líder es hacer patente que las personas son sujetas de derechos y obligaciones, por tanto tiene el compromiso de promover el conocimiento de los mismos, y sobre todo, de velar por el adecuado respeto a los derechos humanos del equipo u organización que dirige.

Tenemos que de los avances más significativos para nuestra sociedad es el respeto a la persona y sus derechos, pues los coloca en el  núcleo de la actividad del Estado, y en el marco de la reforma constitucional en materia de derechos humanos de 2011, quiero resaltar el papel tan importante que pueden desempeñar los jóvenes líderes al hacer patente entre sus grupos de interacción, que  los derechos humanos no pueden ser violados impunemente, que las personas no pueden renunciar a ellos, que no se puede violar un derecho y respetar otro y que los derechos tienen vigencia mientras la persona viva, sin importar dónde y en qué condiciones se encuentre.

En esta época existe un problema global que violenta los derechos humanos e impide el desarrollo integral de las personas y de la colectividad en el país: la trata de personas. En México cada año miles de personas son víctimas de esta nueva forma de forma de esclavitud, la cual es un flagelo, además de presentar un desafió a los gobiernos, pues significa una grave amenaza a la convivencia armónica de los pueblos y constituye un brutal ataque a la libertad y a la dignidad de los seres humanos; por lo que es un problema de orden público mundial, por su vinculación a los flujos migratorios, a la situación de pobreza y a la peligrosa actuación de la delincuencia organizada trasnacional, agrava la tensión política y social, al interior de los países y afecta las relaciones multilaterales de los estados de la región

La trata de personas, de acuerdo con datos del Informe Mundial Sobre la Trata de Personas 2012 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, (UNODC), es el delito más rentable después del narcotráfico y el tráfico ilícito de armas, pues las ganancias ilícitas generadas ascienden a cerca de 36 mil millones de dólares. Según cifras de la Agencia Investigadora del Congreso de los Estados Unidos, es un problema mundial que cobra al año de dos a cuatro millones de víctimas. Según la ONU, las mujeres, niñas y niños conforman los sectores más afectados por este delito (22% son menores de edad, 66% mujeres). En México, hay entre 16 mil y 20 mil niñas y niños como esclavos sexuales y es un país de origen, tránsito y destino de víctimas de este delito. La trata de personas lastima a las víctimas, a sus familias y agravia a toda la sociedad; también es una violación a los derechos humanos y un problema de seguridad pública, que repercute en las personas con mayor condición de vulnerabilidad.

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Germán Molina Carrillo

Abogado, notario y actuario por la Facultad de Derecho de la BUAP; doctor en Derecho por la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Es director fundador del Instituto y del Centro de Ciencias Jurídicas de Puebla y de la Revista IUS; autor de más de siete obras jurídicas, ponente, moderador, comentarista, y conferencista.