Viernes sin clase, puede ser un tiempo bien aprovechado

  • Laura Angélica Bárcenas Pozos
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En días pasados salió el calendario que publica la SEP para el curso escolar 2013-2014, en este ya se determinó que un viernes de cada mes no habrá clases para que los profesores lo puedan dedicar a trabajar en consejos técnicos y en base a esto hay una clara preocupación de la sociedad porque no hay claridad sobre lo que harán los docentes en este tiempo y si será suficientemente aprovechado para mejorar la calidad de la educación básica en nuestro país.

Dialogando con profesores que pertenecen a este sector, aseguran que ellos mismos no saben en qué invertirán este tiempo y temen que se convertirán en reuniones políticas o administrativas. Lo que sí saben es que los directores de las instituciones educativas serán los responsables de lo que suceda en estas reuniones, así que pensé que podría compartir con los directivos un poco de lo que me parece que deberían hacer los profesores para aprovechar este tiempo de la mejor manera posible y que esté orientado a formar a los docentes.

Mi experiencia como profesora y también como formadora de docentes, me ha llevado a concluir que el trabajo de academia a largo plazo es el que más incidencia tiene en la modificación de prácticas docentes y varios autores que trabajan el tema de cambio educativo como Fullan, aseguran que estos esfuerzos se pueden convertir en espacios de reflexión, análisis y solución a problemas comunes que enfrentan  los profesores y lo consideran una buena decisión pues asegura que la labor docente es una labor que se práctica en la soledad y que los profesores difícilmente hablan con otros miembros de su gremio sobre los problemas que enfrenta en su práctica. Por lo que me queda claro que bien aprovechados los consejos técnicos, pueden ser una buena inversión de tiempo para la educación en México.

Mi recomendación para los directivos es que se parta de un diagnóstico de necesidades, que se construya a partir del diálogo y que estas necesidades se clasifiquen de más a menos “importantes” y de más a menos “urgentes” y que se inicien los trabajos con aquellas que caigan en el rubro de más “importantes” y más “urgentes”.  Que busquen literatura especializada sobre el tema que sea leída previamente por los profesores para que sea dialogada y discutida por todos en una especia de asamblea. Pueden apoyarse en los profesores más preparados, aprovechando el esquema de formación que ha predominado en los últimos años en nuestra entidad, en donde varios centenares de profesores han cursado posgrados en educación en instituciones de educación superior. También podrían acercarse a estas instituciones y buscar orientación o apoyo de expertos sobre la literatura que podrían revisar.

Otro tiempo de estas reuniones se podrían dedicar a intercambiar estrategias exitosas o que les estén dando resultado para el desarrollo y evaluación de competencias, considerando que el currículum que están implementando tiene este enfoque. Es importante que se centren en estrategias colaborativas, de aprendizaje situado, aprendizaje basado en problemas y aprendizaje significativo. Además de que se revise cómo se construye una rúbrica, una lista de cotejo, un portafolio, una bitácora o cómo se desarrolla un proyecto para valorar los desempeños de los alumnos.

Se puede invitar a expertos en determinadas sesiones que les hable a los profesores sobre diversos tópicos educativos que en siguientes asambleas deberán seguir discutiendo hasta que haya un lenguaje común sobre el asunto tratado y esto puede ser acordado desde un inicio y en base al diagnóstico de necesidades. Además se pueden atender problemas comunes y propios de la institución, del entorno,  o de los estudiantes siempre y cuando estén relacionados con lo académico.

Sería importante que se llevara registro de las decisiones que se van tomando y de los diálogos que se van construyendo, para dar continuidad a los procesos formativos, así que se sugiere que se levante un acta y que la secretaria se vaya rotando entre los profesores. Un punto que no puede dejarse de mencionar es que es de vital importancia es que los profesores sientan que obtienen un provecho de este tiempo, que parta de necesidades reales y que permite construir un bagaje pedagógico sólido.

Este tiempo, incluso, puede ser aprovechado para organizar actividades culturales que vayan más allá de alumnos y maestros extendiéndose a la comunidad, como círculos de lectura para padres, sesiones de cine comentado, donde padres, tíos, abuelos, hermanos mayores tengan acceso a cine de arte y de calidad, invitar compañías de teatro universitario, sesiones de danza o presentaciones de bandas o grupos musicales. Es decir, puede aprovecharse el tiempo de la escuela para elevar el capital cultural de las familias de nuestros alumnos, que según varias investigaciones representa una base para el desarrollo de los alumnos.

Solo me queda por decir que creo que la SEP ha tomado una buena decisión al destinar un tiempo para que los profesores trabajen en su propia formación y que de aprovecharse bien puede representar una mejora de las prácticas docentes y de la calidad de la educación.

 

La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.

Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com

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Laura Angélica Bárcenas Pozos

Doctora en Educación, Maestra en Educación Superior y Profesora de Educación Media Básica en Matemáticas. Profesora de todos los niveles educativos. En la Ibero-Puebla coordina Orientación Educativa, Formación docente y es académica de tiempo completo