Una semana de paz

.

Gracias a Dios las campañas electorales han llegado a su fin. Lo que más festejo es que no tendré que escuchar esos promocionales de la autoridad electoral; me queda claro que necesitan cambiar de publicista (en especial, el anuncio de la explicación de los requisitos de la credencial de elector, narrado por una persona que aguanta la respiración, me parece de lo más absurdo que he oído). ¿Qué sigue? Espero, con fe, una semana de paz; ¿será posible? Vamos peinando el agravio correspondiente:

1. El voto. El próximo 7 de julio es un día importante. Se establecerán estructuras, se tomarán decisiones. Yo estoy consciente, como decía Octavio Paz, que México nació tarde en la historia; en efecto, nuestra democracia es muy pequeña aún; pero, por lo mismo, tenemos que cuidarla. La manera más adecuada es fortaleciéndola, ayudándola a nutrirse con el ingrediente principal por el que fue creada: el voto. Lo más importante es votar.

Igual que Usted, querida lectora, querido lector, he vivido la frustración de la promesa de campaña que nunca se volvió realidad. Eso ha pasado, pasa y pasará. Empero, no podemos negar que, como sociedad, hemos ido evolucionando. Empiezan a verse como pasajes negros de una pesadilla social, aquéllos tiempos en que el proceso electoral se coordinaba y manejaba desde la Secretaría de Gobernación. Esos tiempos en que los procesos judiciales electorales no existían, y las cosas se arreglaban con un café en Bucareli, con una renuncia anticipada por motivos de salud o, peor aún, con un nefasto “accidente”. Esos tiempos en que los “sistemas” se caían. Tenemos que reconocer que eso, por lo menos, ya no es una realidad hoy en día. Ese logro es consecuencia del voto. De esa manifestación, aún muy imperfecta, de lo que verdaderamente significa el contrato social sobre el cual subyace la democracia.

Sé que existen opiniones sobre los candidatos; todas válidas y atendibles. No pretendo convencer a ninguno de mis 6 contados lectores, de que su voto se decida por algún candidato en específico. Lo que les pido es votar. Manifestarse. Para bien o para mal, siempre será mucho mejor el hacerlo que el omitirlo. Si no lo hacemos, la maquinaria se endurece, atrasamos el sistema, abortamos con el experimento social; el único que tenemos. Si lo hacemos, cumplimos con nuestra parte del contrato, pusimos el grano de arena, nos la rifamos, fuimos parte de la historia y no simples espectadores de la misma.

2. Las redes sociales. Además, para bien, ya no estamos solos. La existencia de este mundo tan moderno trajo un regalo maldito: las redes sociales; es regalo, porque me sigue pareciendo increíble que la tecnología nos permita conocer, al instante, lo que sucede en todo el mundo; verdaderamente es increíble. Es maldito porque no tiene un parámetro de control; lo mismo sirve para informar, enseñar o educar, que para difamar, denostar, mentir o calumniar.

Es momento de entrar a ese juego moderno, ser actores del mismo. Leyendo y enviando mensajes que nos ayuden a todos a conocer y defender nuestro proceso electoral; nuestra democracia. Sin apasionamientos, sin mentiras, sin calumnias; solamente la pura verdad. Esa verdad que siempre nos hace libres. Y quien la riegue, será exhibido; debe ser así. No importa quién sea, cómo se llame, qué trabajo tenga; será juzgado en ese tribunal popular que denominamos “redes sociales”.

Cuidemos, asimismo, a ese tribunal popular; señalemos la acusación franca, honesta, congruente, y sobre todo basada en hechos; no en juicios de valor, ni preferencias políticas, ni en intereses personales. Seamos honestos.

Con mucho agrado permítanme compartir estas ideas; creo que es importante reflexionar sobre estos asuntos en esta semana de paz. Estoy seguro que, transcurrida la misma, las siguientes semanas serán bélicas, duras, amargas; los políticos conocerán y confirmarán a sus amigos y enemigos; aprenderán la diferencia entre amigo, cuate, aliado o simple oportunista.  

 

* Maestro en Derecho. Abogado postulante y asesor jurídico.

Correo electrónico: elbuho1973@gmail.com

Opinion para Interiores: