¡Hay que ir a todas!, se repite por todos lados. Sí, a todas las que nos atraigan, agregaría yo. Se refiere a las corridas de toros.

La quinta corrida del serial de reinauguración en la Plaza México, tenía dos trabas para no acudir: el encierro de Villa Carmela que suele ser descastado y la inclusión en el cartel de “El Payo”; qué flojera ver al rubio torero, estaba ahí porque es el consentido de la empresa.

Ambas razones justificaron no asistir, preferí ver la toreada por televisión. Por cierto, ver las corridas por la tele tiene costo porque se transmiten en un canal de paga, dicho canal le da una lana a la empresa taurina para que le permita transmitir; así que la empresa de La México también recibe una rebanada del pastel.

Además de los inconvenientes taurinos, sucede que no es barato trasladarse desde la ciudad de Puebla hasta la Plaza México, entre pasajes, taxis, comidas, se va una lana. Agregue usted los boletos para entrar a la plaza, que los puso por las nubes la empresa y, súmele el costo de un refresco, agua o cerveza dentro de la plaza, eso es prácticamente un robo en despoblado. En fin, sale carito asistir a La México.

Vale la pena comentar que la empresa aumentó considerablemente el costo a los boletos, pero no hay nada a cambio, no mejoraron las instalaciones de la plaza y, ni un ápice, la calidad del espectáculo. Continúan con la manía de programar ganaderías de su círculo de amigos. Comprar toros de otras dehesas no está al alcance de sus mejoras, como se dice en el barrio, “no les sube el agua al tinaco”.

Sólo detalles de “El Payo” (Foto Erick Cuatepotzo)

Ya en la plaza suceden imponderables. El domingo, por ejemplo, el segundo de la tarde no tenía trapío, fue severamente protestado por el público. Los que narran en la televisión no hallaron la forma de justificarlo, que si la óptica de la plaza, que se ve de arriba para abajo, en fin. Para mala suerte de todos "El Payo" lidió tres, en lugar de dos toros, como consecuencia de la cornada a Héctor Gutiérrez.

La México va perdiendo paulatinamente su jerarquía de primera plaza. Desconozco si a los jueces les da terapia la empresa para que sean generosos a la hora de premiar o el síndrome navideño es iniciativa de las autoridades. Las orejas que se conceden en la plaza más grande del mundo, dejaron de tener categoría. Ahora, por cualquier faena, es suficiente para premiar, no importa que la estocada quedé mal colocada. Para no ir tan lejos, el domingo, Alejandro Talavante fue beneficiado, cortó una orejita insípida, la faena no fue gran cosa y la estocada quedó baja.

Enrique Braun, el juez de plaza, otorgó una oreja sin chiste para el español Alejandro Talavante (Foto FB La Plaza México)

Octavio García “El Payo” pasó de noche. Quien se llevó la tarde fue Héctor Gutiérrez, salió hecho un león. Realizó un quite por gaoneras ajustadas, emotivas, jugando los brazos, con los pies bien plantados en la arena. Con la muleta logró momentos relevantes, tandas auténticas templadas, el torero bien colocado, bajando la mano con donaire, cargando la suerte. El toro no era la gran cosa, desarrolló sentido y le pegó la cornada

No todo fue sangre. Héctor Gutiérrez le echa arte al rematar en los medios (Foto Erick Cuatepotzo)

El toro “le avisó”, Héctor se quedó ahí. Con mucha puntería “Heroico” tiró el derrote, le pegó un tabaco en el muslo derecho de dos trayectorias, una de 25 centímetros y otra de 8. Afortunadamente ya salió del sanatorio

El torero de Aguas dejó un ambiente de primera, el público tiene ganas de verlo repetir; sin embargo, el futuro de la plaza México es incierto, el serial termina el 24 de marzo. Quedan cuatro festejos, dos corridas, otra más de rejones y una novillada.

Ese pitón derecho de "Heroico" estuvo a milímetros de destrozar la vena femoral del torero de Aguascalientes (Foto Erick Cuatepotzo)

Por lo que respecta al público asistente, la localidad general prácticamente estuvo vacía, la mitad del numerado tampoco se llenó, estamos hablando de ocho o diez mil aficionados. Esa es nuestra realidad.

La próxima semana tendremos un cartelazo sin desperdicio, el mejor del serial: toros de Pozo Hondo para José Mauricio, la confirmación del español Emilio de Justo y Diego San Román.

Como decía el periodista German Dehesa: aiquir.