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Productores de Atlixco siembran alrededor de 400 hectáreas de cempasúchil

  • Ernesto Álvarez
Considerada como una flor milenaria, hay la creencia de que con su olor llegan las almas de los difuntos de visita que son esperados en sus respectivas ofrendas
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En el valle de Atlixco, durante la temporada de Todos Santos, se siembran alrededor de 300 a 400 hectáreas de flor de cempasúchil o conocida como flor de muerto, de las cuales cinco variedades son las más conocidas, cosechadas y comercializadas por la gente dedicada a esta actividad en al menos una docena de poblaciones, expuso Germán Huelitl Flores, integrante de la Crónica del Estado de Puebla.

La primera es conocida como flor naranja, china o rellena, que se caracteriza por tener pétalos más juntos o atiborrados, la segunda es lisa con pétalo más ancho, la tercera es conocida como molito, de tallo color rojizo, la cuarta es lisa amarilla y la quinta es rellena, pero quien conoce o sabe, la siembra por separado pero son las más conocidas.

Considerada como una flor milenaria, hay la creencia pero también tradición que con su olor o aroma llegan las almas de los difuntos de visita que son esperados en sus respectivas ofrendas que se montan en cada vivienda donde los familiares tienen un difunto, pero esta flor siempre está presente año con año en la temporada de Todos Santos.

Huelitl Flores agregó que poblaciones como Santo Domingo Atoyatempan, San Diego Acapulco, La Trinidad Tepango, San Félix Hidalgo, Tianguismanalco, Santa Isabel Cholula, colonia Flores Magón, colonia Revolución, son altamente productores de flor que es vendida en su mismo territorio o a veces tienen sus compradores potenciales.

En cuanto a la flor de terciopelo, originaria de Asia menor, dijo que es el complemento en las ofrendas, pero también es una variedad de la conocida como guinda que ya se aclimató en México, donde tiene mucha aceptación.

También existe una variedad que crece de manera silvestre conocida como polocte.

La producción nacional

La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), calculó en una producción superior a las 21 mil toneladas de flor de cempasúchil, más de 2 millones 451 mil plantas y más de 509 mil manojos, lo que garantiza el abasto a nivel nacional, obtenidas de una superficie de siembra que aumentó, al pasar de 2 mil 198 hectáreas en 2021, a 2 mil 289 hectáreas en 2022, y para 2023 se prevén 2 mil 448 hectáreas.

Al posicionarse México como centro de origen de la flor de cempasúchil, las autoridades trabajan para fortalecer la investigación en mejoramiento genético, con nuevas variedades, y promueven sus beneficios a la salud y en productos alimenticios, pero también está planeado la conformación de la Red de Cempasúchil, que forma parte del Subcomité de Recursos Genéticos Agrícolas de la dependencia federal, para aprovechar y proteger las variedades y su calidad, así como difundir el conocimiento de esta especie.

Otro objetivo es mantener la conservación de las especies de cempasúchil mexicano y en el desarrollo de nuevas variedades para la floricultura y la agroindustria, además de incentivar su uso en la alimentación humana, por ejemplo en la industria avícola, resaltar sus atributos funcionales para la salud.

La flor de cempasúchil refleja la mística azteca y la belleza de nuestro campo, que cada mes de octubre, estallan en un intenso color amarillo y anaranjado y están listas para ser ofertadas en presentaciones de maceta, gruesas, toneladas, manojos o docenas. (MIG)

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