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Fernanda Melchor, los ochenta años del Principito y su legado

  • Jipsy Herrera
En la Fiesta del Libro Puebla 2023, la escritora veracruzana abordó la importancia del trabajo de traducción y la lectura
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La lectura es una de las actividades más placenteras que se pueda realizar, e inculcar este hábito y amor por los libros es un acto que debería construirse a través de generaciones. En la Fiesta del Libro Puebla 2023 un conversatorio que tuvo como eje central una obra fundamental en la formación literaria fue “Ochenta años del Principito”, en donde se contó con la presencia de la escritora Fernanda Melchor.

La narradora veracruzana habló sobre las enseñanzas que este clásico del autor Antoine de Saint-Exupéry ha dejado en los lectores. De igual manera expresó la importancia de poder traducir y adaptar más libros como este, con la finalidad de que todos tengan acceso a ellos. En el conversatorio participaron el docente y traductor Pedro Pérez Luna; la responsable de la mediateca de la Alianza Francesa, Mónica Díaz García y Fabián Valdivia, director general del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP).

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En la conmemoración de los ochenta años del libro El Principito, la escritora abrió la ponencia contando su experiencia al leer esta obra clásica. Un libro que descubrió en su niñez gracias a una amiga de su madre, y que le permitió enamorarse de la lectura al adentrarse en la fantástica historia del niño llegado del espacio.

Melchor expresó que fue un deleite y un placer leer sobre las aventuras y los misterios que guarda este libro, pero que lo fue aun más darse cuenta que es una obra en la que por primera vez se defienden los ideales de un niño, y en la que pudo notar esa experiencia sobre la inocencia de los pequeños ante el egoísmo, la violencia y la terquedad en la que muchos adultos viven.

“El Principito fue el primer libro que me hizo descubrir, así fascinada, que es verdad que los adultos se equivocan”.

En su análisis respecto a la obra uno de los temas en los que profundiza la historia es el hecho de que se puede notar una referencia al sacrificio que muchos niños hacen por satisfacer las expectativas de los adultos, dejando atrás su verdadera esencia. Mencionando que es una lección que hasta la fecha la inspira y entristece al mismo tiempo, al darse cuenta de que no se puede evitar la muerte de la inocencia.

“Es un libro que es, claro tierno, lleno de estas frases maravillosas y poéticas, pero también es un libro duro”.

Con esta visión en mente la escritora expresó que esa es una de las razones por las que la obra de Saint-Exupéry se ha preservado por tantos años, además de convertirse en un clásico de la lectura.

La autora de Temporada de huracanes, habló sobre el trabajo que realizó como traductora del libro; compartiendo que fue una experiencia un tanto maravillosa como difícil, y una gran oportunidad para traducir este cuento del francés al español de México. Reveló que fue una labor deliciosa y tormentosa, ya que, al momento de realizar la adaptación, muchas de las frases que leyó en la versión castellana de El Principito le “estorbaban”, siendo que son frases que con los años se quedan grabadas en la mente de los lectores.

“Mientras traducía, recordaba exactamente las palabras que el traductor original había empleado, entonces luchaba mucho con eso.”

Una de las mejores anécdotas que Melchor tuvo durante la traducción del libro fue la idea de cambiar una de las frases más emblemáticas de la obra, “dibújame un cordero” por “dibújame un borrego”, refiriéndose precisamente a que la adaptación se hizo con términos más mexicanos. Sin embargo, su propuesta fue rechazada, puesto que es una novela que muchos han leído y que, de acuerdo con sus editores, este cambio podría significar que los lectores no se sintieran identificados con la historia.

Expresó también que realizar este trabajo para el público mexicano fue un gran reto, ya que el francés es un idioma bastante preciso y conlleva una labor detallada adaptar las frases sin perder la esencia de la historia original.

En este mismo evento, se presentó también Pedro Pérez Luna, quien realizó una traducción de El Principito al totonaco. Durante su presentación mencionó que uno de los libros que marcó su infancia fue precisamente el de la historia del niño que se enamoró de una rosa y que se hizo amigo de un zorro. Compartió que durante sus estudios de primaria tuvo la oportunidad de hojear esta obra, sin embargo, al no entender el idioma español, guió su lectura a través de las ilustraciones del libro.

El docente habló también sobre la importancia de la traducción de los libros, pues considera que de esta manera se pueden dar a conocer los valores y saberes de cada pueblo, así como las costumbres. Además, expresó una de las preocupaciones que lo abordaron al entrar a la universidad, la cual fue darse cuenta de que muchas lenguas se estaban perdiendo, entre ellas el totonaco.

Compartió también que muchas de las palabras escritas en el cuento original no cuentan con una traducción acertada o que simplemente no existen en su lengua materna que es el totonaco. Por lo que algunos términos como “baobab”, “elefante” o “desierto del Sahara” tuvieron que ajustarse al contexto de la cultura totonaca. De igual manera comentó que fue una labor ardua que implicó realizar varias pruebas por parte su equipo y los lingüistas, hasta obtener la versión final del libro.


La escritora Fernanda Melchor y Fabián Valdivia, director general del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP)

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