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Reseña | Libros: Lo que está en mi corazón de Marcela Serrano

  • Emilia Rojas
Una mujer rota que viaja a la zona de los “Marcos” y ante los acontecimientos, replantea su historia
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"Si fuera una mujer maya, terminaría esta larga y enredada historia con un solo objetivo: Contar lo que está en mi corazón”.

Bienvenidos a este espacio de colaboración con el periódico e-consulta. Como lo había comentado, esta semana abordaré una obra de la escritora chilena Marcela Serrano.  Lo que está en mi corazón es una novela publicada en 2001 y finalista al Premio Planeta; texto narrado en primera persona que tiene como escenario San Cristóbal de las Casas; una ciudad que estuvo de moda para muchos extranjeros después de la revuelta zapatista de 1994. 

La autora es considerada parte del “boom de las narradoras latinoamericanas”, y es considerada una activista política, militante de izquierda y comprometida con las causas feministas. Ella vivió en París y después del golpe de estado de 1973 perpetrado por Augusto Pinochet estuvo exiliada en Italia.  En la década de los noventa aparece su primera novela Nosotras que nos queremos tanto, ganadora del premio Sor Juana Inés de la Cruz y del premio de la Feria del Libro de Guadalajara.

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Camila, la protagonista de Lo que está en mi corazón, es una traductora chilena que vive en Washington D.C. con su marido y es enviada a Chiapas para escribir un reportaje del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), a seis años de su aparición.

En este viaje conoce a Reina Barcelona, una uruguaya amiga de su madre, víctima de las persecuciones en Chile; una mujer que fue guerrillera de la Organización del Pueblo en Armas (ORPA) de Guatemala y más tarde, al caer los muros de la “utopía revolucionaria”, sintiéndose huérfana llega a Chiapas buscando una nueva ideología para “cubrir su desamparo”.

También, están presentes Luciano, el pintor italiano de izquierda, que la hace recordar la femineidad perdida hacía años; el amante furtivo con el que disfrutó “los deleites imperfectos” que la hicieron sentirse viva nuevamente y otros personajes como el francés Jean Jacques, su madre Ninoska y Paulina, una indígena Ch´ol que huyó de su pueblo para convertirse en zapatista.

¿Por qué leer Lo que está en mi corazón?

La novela de 272 páginas narra la vida de una mujer rota, a quien acompaña el fantasma de la pérdida de su bebé y la imagen revolucionaria de su madre. Camila se siente condenada a la ignominia porque “malditas sean todas las hijas de grandes madres sobre esta tierra… Nunca, de verdad, nunca, se cumplen todas las expectativas que ellas y las demás tienen de nosotras”. Y es ahí, en el sureste mexicano cuando una profunda revolución interior estremece su existencia.

A lo largo del texto encontraremos situaciones como la existencia de los grupos paramilitares en la región, responsables de matanzas de Acteal; autores de secuestros y desapariciones. También, la milenaria condición de maltrato y marginación de los pueblos originarios en los Altos de Chiapas y la Selva Lacandona, y la magia que aún encierran lugares como San Juan Chamula. Asimismo, se tocan temas como los usos y costumbres de las comunidades indígenas que condicionan el papel de la mujer a un rol histórico de abuso patriarcal, que buscó ser resuelto con la Ley Revolucionaria de las Mujeres de diciembre de 1993.

Mención aparte es el misticismo que mucho tiempo provocó la imagen del subcomandante Marcos que nació del colectivo, porque cuando el gobierno de Ernesto Zedillo “llamó a Marcos por su verdadero nombre, muchos se espantaron, como si blasfemaran al nombrarlo, él es solo Marcos, sus seguidores no quieren saber de otro nombre que ese”.

Hasta aquí la tercera entrega de una serie de recomendaciones quincenales. En dos semanas escribiré sobre la novela El Azul, entre el cielo y el agua de Susan Abulhawa.

Los invito a que me escriban…
Instagram: emilia rojas.escritora

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