Es muy probable que se presente una quinta ola de contagios de SARS-CoV-2, quizá una sexta y séptima, pero, no se puede saber con certeza cuándo ocurra esto, señaló Rocío Baños Lara, catedrática de la Facultad de Medicina de la UPAEP.

En rueda de prensa enfatizó que aún no es momento de dejar atrás el uso de cubrebocas, pues se debe seguir con la sana distancia, el lavado de manos con agua y jabón, además de completar el proceso de vacunación o acudir a los centros de vacunación en caso de no haberse colocado alguna de las vacunas disponibles para la población.

Asimismo, expresó que las personas no pueden esperar la quinta oleada o una nueva variante del SARS-CoV-2, debemos cuidarnos todos los días, cuidar a la gente que se encuentra alrededor de nosotros y evitar que se siga propagando el virus.

En ese sentido, para conocer más sobre las consecuencias del comportamiento social durante Semana Santa, y de si habrá una quinta ola de casos de COVID-19, la Dra. Rocío Baños Lara, nos comparte los siguientes comentarios.

La reducción del número de muertes por COVID-19 gracias a la vacunación, ha dado la confianza para regresar a la vida casi de la misma manera que antes del surgimiento del SARS-CoV-2, dando paso a la presencialidad en el sector laboral y de educación, al levantamiento de las restricciones en los espacios recreativos y a la apertura de comercios al 100% de capacidad.

En este escenario se vivió la Semana Santa en México, con exceso de confianza en algunos espacios, olvido de la sana distancia y dejando los cubrebocas atrás, como si la epidemia por el SARS-CoV-2 hubiera terminado por convención. La pregunta que se antoja es ¿habrá quinta ola de casos de COVID-19 en México como consecuencia del descuido de la sociedad?

Es muy probable que en efecto se presente una quinta ola, quizás una sexta y séptima también, pero no se puede saber con certeza cuándo ocurrirán. En México, la primera ola, oleada, o pico epidémico ocurrió a finales de julio del 2020 (julio 21), siguieron en el 2021, la de mediados de enero (enero 12) y la de mediados de agosto (agosto 10); la más reciente, del 2022, ocurrió también en enero (enero 17); estos datos parecen dibujar un patrón de incremento de casos marcadamente en verano y en invierno [1]. Las curvas epidémicas son diferentes para cada país, en algunos se han presentado más oleadas, en algunos se han presentado más casos en cada oleada; pero para algunos países hay coincidencias en las fechas de las oleadas por lo que, de manera general el patrón de ocurrencia en verano e invierno parece repetirse [2].

La letalidad por COVID-19 ha disminuido importantemente gracias a la vacunas pasando del 10% en 2020 al 1% en 2022 [3], sin embargo algunos estudios muestran que la inmunidad generada por las vacunas disminuye entre dos y seis meses [4, 5]; adicionalmente sabemos que la inmunidad por la infección natural disminuye considerablemente después de tres meses [6], sumando esto a la información anterior, es evidente la necesidad de aplicar refuerzo de vacunación y posiblemente sea necesaria la inmunización anual.

Aunado a la protección de la vacuna, es fundamental minimizar las situaciones de riesgo de contagio o propagación del virus. La responsabilidad social debe continuar para garantizar el beneficio y la salud colectiva; debemos ser conscientes de que las decisiones individuales afectan a todos por ello, es necesario continuar usando el cubrebocas, continuar con la higiene de manos, manteniendo distancia física, y procurar los espacios abiertos; no debemos esperar la quinta oleada o una nueva variante del SARS-CoV-2, debemos cuidarnos y cuidar de todos diariamente.