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Llaman biomédicos a una cultura de la prevención

  • Redacción e-consulta
La IBERO Puebla es sede del II Coloquio de Ingeniería Biomédica
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La biomédica se asume como la ingeniería de las segundas oportunidades. Aunque poco presente en el imaginario colectivo, esta disciplina vela por el desarrollo de tecnologías que mejoren la salud y la calidad de vida de las personas. Con esa convicción, estudiantes de una de las licenciaturas más jóvenes de la IBERO Puebla celebraron el II Coloquio de Ingeniería Biomédica.

Durante la inauguración, el Mtro. Ramiro Bernal Cuevas, director del Departamento de Ciencias e Ingenierías, exhortó a los presentes a reconocer el valor del trabajo en equipo. “Todas las bioingenierías son muy importantes. Nos están apoyando a tener una mejor calidad de vida. Lo más importante es que pensemos que sea para todas las personas, no para quienes puedan pagarlo”.

Uno de los principales retos identificados por los profesionistas es conseguir que todas las personas tengan acceso a la tecnología para la vida. “De nada sirve tener la prótesis eléctrica más desarrollada si mi usuario no podrá tener acceso a ella”, aseguró la Mtra. Ana Moreno Hernández, coordinadora de Ingeniería Biomédica en la IBERO Puebla. El diseño de tecnología, dijo, tiene que estar enfocado en la realidad de los mexicanos.

Como ilustra la crisis por el desabasto de medicinas, los sistemas de salud no están preparados para poner las tecnologías y complementos más costosos al alcance de las personas. El Mtro. José Luis Urristi Alonso, catedrático de la IBERO Ciudad de México, indicó que los procesos de producción deben buscar una atención responsable, económica y libre de corrupción. “Tampoco se debe escatimar”, aclaró.

Si bien su estrategia de comunicación es criticable, el Teletón hizo visible la discapacidad en México. Las políticas públicas apresuraron a la ingeniería civil a cumplir con mínimos indispensables para la accesibilidad, lo que supone que rampas y puentes se insertan como parches en espacios pensados exclusivamente para personas con pleno uso de sus capacidades físicas y sensoriales.

Ante ello, la apuesta es a que, a través de la prevención, los nuevos diseños de productos e infraestructura contemplen las diferentes condiciones de vida de las personas. Moreno Hernández recordó que la pirámide poblacional ha comenzado a invertirse, por lo que se debe iniciar a diseñar pensando en el boom de población adulta mayor que se avecina.

Históricamente, existe un mayor interés en la atención de enfermedades y discapacidades; la deuda se encuentra en las acciones preventivas. “Lo hemos visto con esta pandemia: nadie estaba preparado. Podemos pensar en escenarios futuros, no será la única condición que ponga en estrés a los países. Tenemos que tener esa visión de adelantarnos a lo que pueda acontecer”.

Nuevos profesionistas

Egresado a principios de los años 90, Urrusti Alonso rompió su burbuja del salón de clases en búsqueda de una primera propuesta de emprendimiento. En esa etapa adquirió conocimientos que no hubiera podido obtener en las cátedras. “La actitud es muy importante para salir adelante y vencer aquella ignorancia en cosas para las que la universidad no nos puede preparar”.

Los estudiantes deben agudizar su curiosidad para fortalecer sus habilidades profesionales. Ana Moreno impulsó al alumnado a ir más allá del diseño y la innovación para contemplar las necesidades reales de los usuarios; empatía, servicio y calidad son tres valores fundamentales para ello. “Estamos aquí para otorgarle segundas oportunidades a la gente”, aseguró.

Ambos profesionistas convocaron a los presentes a asumirse como personas en formación permanente; el autoaprendizaje será fundamental para continuar con este proceso. “A veces es ilógico que te pidan diez años de experiencia cuando sales de la carrera. Pero, si lo piensan, son ingenieros en formación desde el día uno”.

El II Coloquio de Ingeniería Biomédica celebrará múltiples espacios formativos a lo largo de la semana. Entre ellos destaca una jornada de empatía en la que la Comunidad IBERO Puebla podrá participar en talleres de canto en lengua de señas mexicana y recorridos por el campus en silla de ruedas y partidos de futbol con los ojos vendados. De igual manera, se ofrecerán capacitaciones sobre salud mental, autismo y entrenamiento para el uso de prótesis.

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