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PAN ve en UDLAP acoso del gobierno a las instituciones

  • Norberto López
Tenemos que huir de la ignorancia, la ineptocracia, la ideología y la ira, expresó Romero Hicks
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El diputado federal del Partido Acción Nacional (PAN), Juan Carlos Romero Hicks, consideró que el hostigamiento que han experimentado desde el poder la Universidad de la Américas Puebla (UDLAP), el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), es absolutamente inadmisible y es muestra de la persecución a la autonomía universitaria.

 “Estas casas de estudio que han sufrido el embate, son orgullo nacional e internacional y una gran referencia en el mundo de las ciencias”, señaló.

 Durante la inauguración del foro “Libertad Académica y Autonomía en Riesgo: Los Agravios”, Romero Hicks manifestó que le duele como mexicano, como universitario y legislador que el régimen en turno se haya especializado en algo que es absolutamente mediocre, la destrucción de las instituciones.

Demandó que la autonomía es un derecho de los universitarios, una obligación del estado y una tarea que se ejerce por toda la comunidad.

“Pensar no es un privilegio, es un derecho. Cuando un gobierno le teme a la sociedad está enfermo, cuando le teme a la comunidad académica está en terapia intensiva, y hoy, lo que tenemos es un país en crisis en donde lamentablemente desde algunos espacios del gobierno federal se está atentando contra la libertad”.

“La libertad académica es la libertad de cátedra, la libertad de investigación y la libertad de pensamiento”, puntualizó el l ex rector de la Universidad de Guanajuato.

Aseveró que la comunidad universitaria debe tener voz y debe ser escuchada: “Tenemos que huir de la ignorancia, la ineptocracia, la ideología y la ira”, expresó.

Sostuvo que no se ha entendido que para promover la igualdad no solamente hay que apoyar con programas sociales y algunas transferencias directas temporales, “hay que comprometerse con el gran trabajo de la producción y el acceso al conocimiento libre y científico”.

En tanto, el legislador por el estado de Puebla, Mario Riestra Piña, destacó que la libertad de pensamiento crítico termina siendo la conciencia nacional, por eso se debe garantizar la autonomía universitaria.

Apuntó que las características mínimas tienen que ver con la libertad de cátedra, la libertad de investigación y con la libertad de expresión.

Destacó el lamentable caso del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) que ha sido agraviada por la directora del  Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla, con la destitución de su rector general, la desaparición de los fideicomisos, el incumplimiento del pago de los estímulos para los trabajadores académicos, el retraso de las becas para los estudiantes y el nombramiento de un director que no cumple con los procedimientos legales.

Deploró que en los últimos años diversas instituciones comparten los agravios y el hostigamiento que se genera desde el poder.

“Se requiere una política de ciencia y tecnología con un enfoque democrático, plural y de libertad de pensamiento crítico”, exigió.

Por su parte, Antonio Lazcano Araujo, profesor emérito de la UNAM, lamentó que en los últimos tres años se haya presentado una larga lista de daños y ofensas hacia el aparato académico nacional.

 “Una de las muestras más claras de la ineptitud política de la doctora Álvarez Buylla se da en el desmantelamiento del aparato administrativo del Conacyt, provocado por despidos de funcionarios de carrera y sustitución por personas elegidas por razones de incondicionalidad política”, denunció.

Indicó que el listado de los agravios y ofensas que su autoritarismo le ha provocado a la comunidad académica es un reflejo del rencor, la ineptitud y la falta de comprensión de lo que significa la libertad como un componente esencial de una política científica”.

Dijo que el inventario de errores y ofensas en los que la directora del Conacyt ha incurrido en contra de las comunidades académicas y científicas del país, “son el reflejo de una actitud autoritaria para entrometerse en la vida privada de las universidades, afectando su autonomía, lo que es violatorio de la ley”.

“La ausencia de un proyecto de política científica ha sido sustituido por el lenguaje cursi de un nacionalismo étnico mal articulado y demagógico que pretende enfrentar el conocimiento empírico con el científico”, concluyó.

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