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Aterrador y brillante: así es ‘La debutante’ de Carrington

  • Dalia Estrada
En “La debutante”, Leonora Carrington habla de su estadía en el manicomio de Santander
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En 1937, Leonora Carrington comenzó a escribir seis cuentos que conformarían un compilado que debería ser leído por todo amante de los relatos surrealistas, siniestros y brillantes, pero debido al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la migración y problemas de Carrington, dichos textos se publicaron y mantuvieron en su idioma original (francés) por mucho tiempo hasta 1987 cuando Marina Warner y Paul de Angelis comenzaron a trabajarlos y sumaron dos contenidos que dieron vida al libro “La casa del miedo: memorias de abajo”.

Dicho texto es ahora un compilado de siete cuentos y una breve biografía de Leonora que abarca los años de 1940 hasta 1943, en el que narra los años encerrada en el manicomio de Santander, España, luego de huir de Francia tras la segunda captura de Max Ernest (quien entonces era su pareja) por parte del ejército alemán.

Dicho acontecimiento marcó la vida de Carrington de una manera inesperada, sobre todo por la participación de su padre en el encierro, no obstante, logra escaparse y asentarse en Nueva York con Renato Leduc, quien se vuelve su esposo.

De esta manera, obtuvo la ciudadanía mexicana y luego de vivir un año en Estados Unidos, emigraron a México, país donde Leonora retomó la pintura y sus textos.  

Foto: Carrington acompañada de su esposo Emérico Weisz Schwarz, ​conocido como Chiki Weisz

Dentro de este libro existe un cuento que en más de una ocasión ha inquietado a sus lectores y es que Carrington tenía la magia de crear con animales extraños un aura que parece normal, que hace pensar que vivir con criaturas extrañas no parezca descabellado ni tampoco el final que plantea. Dicha ficción recibe el nombre de “La debutante” y fue publicado por primera vez en París en 1939 con sólo 535 ejemplares.  

El increíble personaje principal del zoológico  

La historia es contada por una narradora omnisciente, la cual habla en tercera persona y desde un papel de demiurgo, es decir, que conoce todas las acciones pasadas, presentes y futuras de todos los personajes, así como sus pensamientos y sus deseos más íntimos. 

Este cuento habla acerca de que a ella le gusta ir al zoológico y pasar más tiempo con los animales que con las niñas de su edad, justo como Leonora lo platica en su biografía, cuando señala que prefería pasar más tiempo con los caballos que en el colegio.

En este caso, la niña tiene por mejor amiga a una hiena, a la cual le enseña a hablar nuestro idioma y la hiena el suyo, pero también este peculiar animal tiene la cualidad de convertirse en otros animales.  

La mañana del primero de mayo la niña le cuenta que su madre ha organizado un baile y que no quiere ir, de hecho, odia los bailes y más los que son organizados en su honor. La hiena expresa que a ella le gustaría ir y acuerdan que sea el felino quien vaya en su representación, pues el baile será de noche y las luces ayudarán a que no se vea y pueda disfrazarse.  

La hiena logra familiarizarse con el atuendo y las actitudes humanas, por lo que no parece levantar sospecha. Usa el vestido que la niña usaría, con tacones y guantes, pero eso sí, cada vez que la hiena está cerca desprende un olor que la exhibiría frente a los demás y que, de hecho, llama la atención de la madre de la niña cuando ésta entra a su cuarto para ver cómo va.  

Lo difícil era esconder su cara, pero la hiena tenía un plan para ello, así que entre ambas acuerdan que le arrancará la cara a la criada y la utilizarán para esconder a la protagonista del baile. Los sorpréndete es la naturalidad con la que nuestro narrador acepta la propuesta y que de todo el cuerpo que se come el felino sólo deja los pies.  

Al cabo de un rato, todo parecía ir bien, nuestra narradora se encuentra a lado de la ventana leyendo “Los viajes de Gulliver” cuando un murciélago dentro de su habitación la desorienta y más tarde entra su madre exclamando: 

“Acabamos de sentarnos a la mesa -dijo-, cuando el ser ese que ha ocupado tu sitio se ha levantado gritando: “Conque mi olor es un poco fuerte, ¿eh? Pues no como pasteles”. Se ha arrancado la cara y se la ha comido. Después ha dado un gran salto y ha desaparecido por la ventana”

Posible significado y diferentes interpretaciones  

Existen muchas representaciones haciendo alusión a este texto, una de ellas es una pintura propia de Leonora que se titula “La posada del caballo del alba” (1937), dicha representación bien podría ser un ejercicio de écfrasis (cambio de representación: de lo visual a lo verbal).

El cuadro representa a Leonora en una silla mientras que la hiena se sitúa frente a ella, como en un ejercicio de platica, como si estuvieran tramando el plan de la criada. 

De acuerdo con Jean Chevalier, la hiena es una alegoría del conocimiento, saber y a la ciencia, pero a pesar de sus extraordinarias facultades, a menudo queda como un animal de pesadez, grosería e ingenuidad que llega al ridículo o la tontería, justo como pasa en el cuento, cuando por un comentario se retira del baile.

Dentro del cuento también hay un grabado (imagen 2) que realizó la propia Carrington, en la cual apreciamos a nuestra narradora acercándose a su madre a acordar su debut.

Otras ilustradoras famosas han tomado este cuento para crear sus propias ilustraciones, una de ellas a cargo de Maëlle Doliveux, donde fusiona el cuerpo de la hiena con el rostro de Leonora y que se publicó en un artículo de The New York Times en 2017. 

Esta y otras imperdibles obras de arte se pueden apreciar en la página del Museo de Leonora Carrington www.leonoracarringtonmuseo.org , el cual se ubica en el estado de San Luis Potosí, México

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