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No Miren Arriba (Don’t Look Up, EUA, 2021)

  • Gilberto De Lara García
El largometraje obtuvo cinco nominaciones a los Premios Oscar de este año
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La sátira política en el cine de ciencia ficción no sólo ha sido un vehículo muy eficaz para exhibir las carencias y vicios de los líderes en turno, también es el lente para analizar desde otra perspectiva los matices de la sociedad.

No miren Arriba” de Adam McKay no se aparta de esas características, pues hace señalamientos muy puntillosos de los asuntos más polémicos que hoy atraviesa el planeta.

McKay, conocedor de los entretelones y del comportamiento de la vida pública norteamericana, cuyos mejores botones de muestra son las destacadas “La Gran Apuesta” (2015) y “El vicepresidente” (2018), en esta ocasión opta por algo menos dramático y nos presenta un filme de humor negro que tiene en el egoísmo político, la ambición industrial y la hecatombe planetaria sus principales premisas.

La hipersensible doctorante en astronomía, Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence) descubre que un cometa se dirige hacia a la Tierra, una vez que el hallazgo y la inminente devastación se confirman por su maestro, el científico de medio pelo Dr. Randall Mindy (Leonardo Di Caprio), la magnitud de lo que se aproxima únicamente encuentra eco en el Dr. Clayton Oglethorpe (Rob Morgan) Jefe de la Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria de la NASA (como lo indica el director, ¡si existe ese puesto!).

Tras el descubrimiento, el trío científico emprende un tortuoso peregrinar para reclamar acciones urgentes, como respuesta enfrentan caras de incredulidad y rechazo, comenzando por la blandengue Presidenta de los EUA Janie Orlean (una Meryl Streep muy descafeinada) y hasta de la mismísima jefa de la NASA, quienes minimizan las contundentes evidencias. Sólo un programa televisivo de espectáculos les abre “la oportunidad” de informar, sin embargo, los insulsos conductores preferirían comentar si hay vida extraterrestre o si la trayectoria del meteorito podría desviarse a la casa de la ex suegra de uno de ellos. La desesperación por advertir lo que viene provoca que Dibiasky estalle al aire en uno tras otro exabrupto, no hace falta más, mensajera y mensaje son descalificados en automático.

McKay dibuja medios de comunicación y redes sociales cargados de frivolidad, apoltronados en el confort que proporciona la intransigencia, diseñados para audiencias dóciles y una clase política ambiciosa obsesionada con la aceptación de potenciales electores. Si para esto último debe montarse un teatro de falacias, bien vale cooptar al científico disidente o hacer un llamado nacional para “No mirar hacia arriba”, como si pudiera decretarse la prohibición de la catástrofe. El único objetivo es conservar el poder por encima, incluso, de la posible extinción de la especie humana.

Si bien hay cintas imprescindibles en la comedia negra apocalíptica, desde la delirante “Dr. Insólito o cómo dejé de preocuparme y amar la bomba” (S. Kubrick 1964), pasando por la caótica “Marcianos al Ataque” (T. Burton 1996) o la inspiradora y más alejada del humor ácido “Wall-E” (A. Stanton 2008), “No Miren Arriba” de Mc Kay va más allá de algunas constantes del género: disección de políticos egocéntricos, subalternos ineptos y superficiales, comunicadores huecos y el exterminio del planeta. También le mide el pulso a la actualidad con pinceladas atinadas sobre la indolencia de la sociedad y lo perverso y mezquino que pueden resultar los multimillonarios controladores del Big-Data y del poder político.

Pese al forzado tono de fábula amarga en la segunda parte que le suma minutos innecesarios y a un par de giros de tuerca que bien podrían suprimirse, “No miren arriba” representa, en estos tiempos pandémicos, una vía no convencional del humor negro para reflexionar sobre grandes pendientes que hoy polarizan nuestras comunidades, particularmente, los prejuicios, la intolerancia y el desprecio al conocimiento científico, amenazas reales que no vienen del espacio exterior.

Ficha técnica

·         No Miren Arriba (Don’t Look Up, EUA, 2021).

·         Dirección: Adam Mckay.

·         Producción: Adam McKay, Kevin Messick, Scott Stuber.

·         Guión: Adam Mckay.

·         Fotografía: Linus Sandgren.

·         Protagonistas: Leonardo Di Caprio, Jennifer Lawrence, Rob Morgan, Cate Blanchett, Meryl Streep.

·         Duración: 138 min.

·         Disponible en Netflix.

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