Thomas Hughes y Emma Tustin fueron sentenciados a 50 años de prisión por torturar hasta la muerte a Arthur Labinjo-Hughes, su hijo de seis años, el 16 de junio del 2020, en Shirley, West Mids, Reino Unido.

El papá de 29 años y la madrastra de 32 realizaron lo que las autoridades calificaron como "una enfermiza campaña de crueldad" contra Arthur, durante sus últimos meses de vida.

Las autoridades detallaron que Hughes y Tustin lo mantenían enjaulado lejos de ellos hasta 14 horas al día, obligándolo a dormir en el suelo y comer altas cantidades de sal, lo que ocasionaba que estuviera lo suficientemente débil como para defenderse del abuso de sus torturadores

Autoridades calificaron los actos como tortura infantil y acusaron a Tustin de asesinato tras comprobarse que aplastó en repetidas ocasiones la cabeza de su hijastro contra una superficie dura y le tomó fotos mientras agonizaba en el pasillo.

Hughes también fue declarado culpable de homicidio involuntario, pero absuelto de asesinato, por alentar el homicidio, incluso enviando un mensaje de texto a Tustin 18 horas antes de la agresión mortal en el que le decía "acaba con él".

Al encarcelar a la pareja, el juez Mark Wall, dijo que el caso era uno de los más angustiosos e inquietantes que jamás haya enfrentado y condenó el trato cruel e inhumano del padre, así como el hecho de que ignorara sus gritos de ayuda.

Al dirigirse a la madrastra refirió que era una mujer manipuladora que dirá cualquier mentira y echará la culpa a cualquiera para salvar su propio pellejo.

Joanne Hughes, abuela de Arthur quien denunció sus heridas a los servicios sociales una semana antes de su muerte, también criticó a Tustin por su completa falta de remordimiento.

Asimismo, destacaron que Tustin interrumpió un embarazo después de que fuera acusada del asesinato de Arthur y también intentó suicidarse dos veces durante el juicio, debido a que ha sido intimidada en prisión.