Pongo a su consideración un mapeo de las ejecuciones que se han dado lugar en Puebla capital, del 1 de mayo al 30 de septiembre de 2021.

El mapeo se construyó a partir de los datos del Ejecutómetro y después lo vacié en Google Earth Pro, a efecto de darle seguimiento visual e identificar patrones en los lugares donde son dejados los cadáveres. Posteriormente, se mudaron los datos de Google Earth Pro a Google Maps.

Si observa la presentación de los resultados en Google Maps, encontrará 31 ubicaciones y cada una de ellas se refiere a un evento de ejecución. En un evento puede encontrarse uno o más cadáveres, por lo que no consideré el número de cuerpos sino las ejecuciones propiamente dichas.

Si se fija, usted notará que la mayoría de ejecuciones están concentradas en una franja territorial.

¿Qué une a Bosques de Chapultepec, Clavijero, Xonacatepec, San Miguel Espejo, La Resurrección, El Capulín, San Miguel Canoa, San Francisco Totimehuacán, el Hotel Encore (el que está por el C5), la colonia Agrícola Zaragoza, Guadalupe Xonacatepec, Santa Bárbara, Talamsa, Playas del Sur y Alpuyeca?, por citar algunos lugares.

Si usted las ordena por ubicación geográfica, esas posiciones forman un corredor horizontal que atraviesa Puebla capital, de lado a lado, mediante la conexión entre cinco Juntas Auxiliares. Le explico.

Narcografía de la guerra

El extremo noroeste de Puebla Capital remata en una especie de triángulo isósceles que es San Miguel Canoa. Si siguiera usted caminando imaginariamente por ahí, se toparía con La Malinche; a la izquierda de esta Junta Auxiliar, está San Pablo del Monte y Teolocholco (Tlaxcala). A la derecha, se encuentra el municipio de Tepatlaxco de Hidalgo.

Vecino de San Pablo del Monte (hacia el sur, digamos) se encuentra Cuautlancingo y si se traza una línea horizontal imaginaria, se encuentra usted con San Jerónimo Caleras, San Pablo Xochimehuacán, San Sebastián de Aparicio, La Resurrección y Santa María Xonacatepec, hasta llegar a Amozoc.

Esto quiere decir que si usted controla el centro-oeste (Cuautlancingo y San Pablo del Monte) y del otro lado de Puebla Capital hiciera lo propio con el nororiente (Amozoc), el territorio natural a conquistar es lo que está en medio de esos extremos; es decir, San Miguel Canoa.

Hacia el sur de Canoa y entre el polo extremo centro-oeste y el nororiente, usted se encontrará con una serie de lugares en donde se han cometido ejecuciones: en el centro-oeste, a Santa Bárbara y al Hotel Encore y en el extremo contrario, a Xonacatepec. TALAMSA y La Resurrección quedan “en medio” de estos dos puntos.

Así, el 41.94 por ciento de las ejecuciones cometidas en Puebla Capital se han dado entre el extremo 1 (Cuautlancingo-San Pablo del Monte) y el extremo 2 (Amozoc), teniendo como límite norte, a Canoa.

Por su parte, el 25.81 por ciento se ha dado en el sur, al tiempo que el 22.58 por ciento se ha cometido en otras zonas. Como bisagra con la franja territorial que le describí, puede usted considerar al oriente, con poco más del 9.6 por ciento.

Valga lo anterior en la lógica del control territorial de esa franja, en términos de cinco delitos: narcomenudeo, cobro de piso, robo de transporte y autotransporte, así como tráfico de toda clase de mercancías robadas.

Las preguntas son: ¿Quiénes están aportando los muertos en esta línea horizontal? ¿Quiénes controlan a las Juntas Auxiliares y a los municipios de Cuautlancingo y Amozoc? Y, los ejecutados, ¿son de los que controlan las plazas o de los que pretenden hacerse de ellas?

Las respuestas solo tienen como explicación a los mandos criminales-territoriales de las Juntas Auxiliares involucradas en esa línea horizontal imaginaria y eso hace pensar en la herencia de “El Negro”, quien dejó a distintos personajes al mando y éstos terminaron asumiendo rumbos, a ratos complementarios y a ratos, divergentes.

Adicionalmente, uno de los actores más importantes en esta trama delictiva, tiene su domicilio en Canoa y posee numerosas bodegas en las inmediaciones de la zona.

Parece pleito de actores locales y efectivamente lo son, pero bajo la égida de dos grupos, Zetas y CJNG. Este tema tiene rencillas personales, familiares y de grupo, que por incapacidad se dejó crecer a niveles de espanto.

No en balde los habitantes de La Resurrección y Canoa decidieron armarse para protegerse de una ola de violencia que a nadie le ha importado. Hace algún tiempo, lancé la voz de alarma de lo que ocurría en estas dos comunidades y la respuesta que recibí fue “es importante, pero no urgente”.

Ahora es importante, urgente y están en riesgo cotidiano los habitantes de esas Juntas Auxiliares, no porque ellos sean el botín, sino porque viven en una zona que reúne lo peor de Puebla: la lejanía, combinada con la ausencia de seguridad, falta de infraestructura y una pobreza indigna.

Si aun así, en las oficinas estatales de costumbre no alcanzan a entender las especificaciones del problema, se sostiene la hipótesis que he señalado largamente: miedo, negligencia o complicidad. Y con estos datos, hay quien quiere lavarle la cara a la administración municipal inmediata anterior de Puebla. Que la redima Jodoroswky.