Bajo la intensa presión a los sistemas de atención de la salud, Japón anunció la extensión del estado de emergencia en Tokio hasta fines de septiembre, a pesar de que los contagios de coronavirus han disminuido ligeramente.

El primer ministro Yoshihide Suga indicó que el número de casos graves sigue siendo elevado, lo que mantiene la presión sobre muchos hospitales.

La emergencia actual, que iba a concluir el domingo, fue emitida en Okinawa desde mayo. A pesar de ello, las medidas se han tornado menos efectivas, pues la gente está exhausta y las ignora.

La extensión abarca un periodo en el que el gobierno de Japón se encuentra en transición. Suga ha enfrentado duras críticas por las medidas para controlar el coronavirus, las cuales han sido consideradas demasiado tardías y pequeñas para ser eficaces, así como por realizar los Juegos Olímpicos, pese a la pandemia.

Yasutoshi Nishimura, ministro de Economía y Hacienda, dijo que se necesitan estabilizar los sistemas médicos para asegurarse que las infecciones se reduzcan de manera constante y se alivie la carga sobre el sistema de salud.

Asimismo, señaló que decenas de miles de pacientes permanecen en sus casas o en instalaciones médicas improvisadas.

En tanto, el gobierno estudia un plan para atenuar las restricciones alrededor de noviembre, cuando se prevea que la gran mayoría de la población esté vacunada en su totalidad. Ello permitiría que las personas completamente inoculadas puedan viajar, reunirse y acudir a eventos multitudinarios.

Hasta el momento, alrededor del 49 por ciento de la población tiene un cuadro completo de vacunación y se anticipa que la cifra aumente a 60 por ciento para finales de septiembre. Japón tiene alrededor de 1.65 millones de casos acumulados y 16 mil 500 decesos por la enfermedad.

Con información de Milenio.