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Egresados IBERO Puebla dialogan sobre pandemia y salud emocional

  • Redacción e-consulta
Dos grupos intergeneracionales de exalumnos convivieron desde la virtualidad
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Es común recurrir a las viejas glorias en busca de contención emocional. La extrañeza que supone darse cuenta de que el covid ya es una realidad perfectamente normalizada demanda hacer una pausa y reflexionar al respecto. La IBERO Puebla propició un par de espacios virtuales para ello en el que sus comunidades de egresados de Veracruz y Oaxaca fueron los actores principales.

Durante la bienvenida al encuentro, la Mtra. Elia Irigoyen García, directora general de Vinculación, destacó la respuesta favorable por parte del estudiantado de nuevo ingreso frente al inicio del semestre híbrido. Con miras a que el siguiente encuentro sea presencial, enfatizó que las reuniones con exalumnos suponen “un bálsamo para el alma” que cobra más valor en el contexto coronavírico.

Por su parte, el Dr. Carlos Escandón Domínguez, integrante de la Junta Jesuita de la universidad, deseó que la unión entre los integrantes de las comunidades foráneas de Egresados impulse el ejercicio de las habilidades al servicio de sus respectivos estados. “No se olviden de que ustedes son parte de nuestro corazón. La IBERO Puebla es su casa”.

 Sin miedo a sentirse mal

Todas las emociones cumplen funciones específicas que deben ser comprendidas con base en la experiencia de vida de cada persona. Clasificarlas en el binomio de lo positivo y lo negativo puede alterar esta comprensión y conducir al privilegio de las primeras y la discriminación de las segundas.

 Como expuso el Dr. Quetzalcóatl Hernández Cervantes, coordinador del Doctorado en Investigación Psicológica de la IBERO Puebla, los ciclos emocionales se ven marcados por lo que sentimos, dónde lo sentimos, qué representa esa sensación y a qué acciones nos conduce.

La pandemia ha sido sinónimo de pérdida. Todas las personas han tenido que desprenderse de algo o alguien que era preciado: desde familiares y amigos hasta libertades, posibilidades económicas y tranquilidad. Si bien se trata de un proceso inevitable, mencionó que es posible gestionarlo de manera sana. “Si no asumimos que es parte natural de nuestra condición el ir perdiendo, vamos a asumir que es algo malo”.

 Sobre la experiencia de convivir de manera permanente con la muerte, recordó que la conciencia sobre la finitud de la vida debe ser un aliciente para repensar la condición humana de manera colectiva. Esto debe conducir, aclaró, a asumir fenómenos como la violencia o la vejez con racionalidad, mas no con cinismo.

Aun cuando puede decirse que “nacemos para morir” y que la pérdida es inminente, el experto en suicidología recalcó que estas condiciones deben conducir a una autoevaluación permanente, a la construcción de lazos de ayuda comunitarios y a la aceptación de la vulnerabilidad humana. “En la medida de lo posible, debemos centrarnos y decir ‘en el aquí y en el ahora, ¿qué necesito?’”.

En la sesión de diálogo abierto, los asistentes externaron sus preocupaciones derivadas de su situación laboral durante la pandemia. Quetzalcóatl Hernández recordó que las personas no deben separar su dimensión personal de la laboral, puesto que ambas parcelas conforman una misma realidad integral.

A nivel nacional, la movilidad laboral es limitada. La mayoría de las personas no podrían transitar de un empleo a otro con facilidad, lo que conduce a fenómenos como el síndrome de burnout causado por cargas excesivas de trabajo. Pese a ello, destacó que ninguna actividad productiva debe ponerse por encima del bienestar personal.

Otro de los conflictos típicos del encierro ha sido la conciliación del espacio laboral y el personal para la modalidad del teletrabajo. Al respecto, el académico aseguró: “el trabajo se metió a nuestras casas. Íbamos a la oficina, un espacio destinado para ello. Todos hemos pasado por la pérdida de privacidad”. Con ello, animó a la audiencia a respetar sus horarios de descanso y esparcimiento.

 El espíritu de la identidad universitaria se hizo presente en ambas reuniones. Fue en este clima que los presentes conocieron el programa Sigue adelante impulsado por la oficina de Procuración de Fondos. Dicha propuesta busca convocar a empresas y particulares a participar en un plan de apoyos económicos destinados a la población estudiantil becada, misma que representa el 64% de la matrícula de licenciaturas.

Antes de la tradicional rifa de artículos institucionales y pases a cursos y talleres, la representante del Capítulo de Egresados de Veracruz, Edith Monroy, exhortó a los presentes a renovar sus horizontes de esperanza y tomar acciones para aportar a los demás.

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