La pandemia y las clases virtuales obligaron a los niños de Atlixco a permanecer en casa, después de clases no podían salir y los dispositivos móviles se volvieron la única ventana al entretenimiento, por ello Omar Rangel junto con su familia idearon Marina, Arte y Cultura un centro en donde los pequeños de la colonia Ricardo Treviño pueden realizar una actividad alterna.

Todo comenzó con la idea de un estudio para pintar y hacer cartonería, poco a poco fueron llegando los niños, los vecinitos después el primo del vecinito, el amigo del vecino y actualmente este pequeño taller recibe e impulsa la creatividad de 12 menores de edad de esa colonia, enmarcada por estar asentada en las faldas del cerro de San Miguel, lo que la hace complicada porque pareciera formar un laberinto con los andadores y pequeñas callejuelas que sirven para acceder a los domicilios.

De la mano de las figuras de cartonería se va entretejiendo el tejido social, porque los niños comienzan a interactuar de una forma sana lo que propicia el crecimiento y desarrollo humano de cada uno de ellos alejándolos del ocio, las drogas y la delincuencia.

Omar Rangel, egresado de la carrera en artes plásticas confió, que él quiere darles la oportunidad de conocerse y con base en la prueba y el error, que cada uno encuentre su talento; “así como yo, que equivocándome de carreras profesionales encontré que las artes plásticas era lo mío”.

El joven profesor también es muralista y está desarrollando un proyecto en la fachada del inmueble que alberga el taller, la primera parte ya está terminada y es una madre con su bebe en brazos, “El mensaje es claro, la educación y todo los demás viene de la madre”, señaló, del resto del proyecto se reservó lo detalles hasta que esté terminado.

El arte de Omar Rangel, sale de lo tradicional en Atlixco, del colorido turístico, amable y de rostros alegres, es más al estilo de “La lanza de traición”, mural en palacio municipal obra de Polo Castellanos, de quien fue alumno Rangel en algún momento de su formación.

Por ello este mural que está creando rompe con la homogeneidad de lo ya plasmado en la calle 16 de septiembre, una zona que ahora se caracteriza por ser turística y en donde se puede encontrar el vitromural en honor de las vendedoras del tianguis, el mural de la línea del tiempo sobre la historia de Atlixco y es la parte alta de las escaleras anchas en donde se encuentra en macromural “los Danzantes del Atlixcáyotl”.

Respecto a “Marina”, el artista recordó que son clases a muy bajo costo y en algunos casos totalmente gratis de pintura y cartonería una o dos veces a la semana. Rangel adelantó que la idea es generar, con la colaboración de varios artistas locales, un espacio de verdadero conocimiento y de introspección para encontrarse con uno mismo.