• Educación

Sale caro depender de uniformes gratuitos en Puebla

  • Laura Ruiz
Costureras advierten que la política pública lleva a padres de familia a gastar más y que su oficio se ve afectado
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Aunque uno de los argumentos de los gobiernos es que al distribuir uniformes escolares gratuitos se apoya a la economía familiar, en la práctica estos productos orillan a los padres de familia a gastar de más y a las costureras a perder ingresos.

Así lo advierten trabajadoras de este oficio que se han enfrentado a dificultades para reparar o ajustar las prendas que se caracterizan por su mala calidad.

Con más de diez años como costurera, Alejandra Jiménez explicó que los uniformes escolares gratuitos suelen entregarse sin considerar las medidas promedio de los menores y con nulo margen para poder modificarlos.

"Sí te cuesta arreglar los uniformes porque por ejemplo, si es la pretina y el resto del pantalón, te sale en 200, 250 o 300 pesos, pero si vas a un tianguis lo compras en 300 pesos de igual calidad. Los mismos que te regalan son los mismos que venden y duran poco", dijo. 

Agregó que, ante estos costos, los padres de familia prefieren quedarse con las prendas gratuitas, aunque no se ajusten a los niños, aunque el tiempo de vida útil sea menor al de una prenda que una costurera fabrica desde cero.

Entre la hechura y el material de calidad, calcula, un pantalón o una falda a la medida elaborada en un taller puede costar hasta 800 pesos

El precio es contrastante con el valor de las prendas gratuitas o las de los tianguis, pero duran por lo menos un año, si se diseñan para ajustarse al crecimiento del menor e incluso pueden heredarse a otro miembro de la familia.

"De buena calidad te dura todo el año y se lo pasas a la otra niña y si es faldita le puedes dejar tela para hacerlo más grande, siempre y cuando no engorde", explicó Jiménez.

Con la práctica de los gobiernos de distribuir uniformes escolares gratuitos quienes se dedicaban a la elaboración de uniformes escolares también vieron afectados sus ingresos.

Por su parte, Leticia Gutiérrez combinó por más de ocho años su trabajo con la elaboración de los uniformes de sus dos hijos y de algunos conocidos que respondían a un anuncio que colocaba en la puerta de su casa.

"Era un ingreso extra para mamás como yo, que a pesar de tener un trabajo tenemos una habilidad que nos permite tener un dinero extra. Estamos hablando de que, en agosto, por lo menos una lista de útiles la pagaba con el ingreso de los uniformes que hacía, hoy ya no.”

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