Íconos de la gastronomía mexicana hay muchos, pero el tamal, sin duda, es uno de los platillos que la mayoría disfrutamos. Un buen “tamalito”  acompañado de su atole es uno de los desayunos que representan a la cocina mexicana. Cada región tiene sus propios sabores y maneras de prepararlos: los hay oaxaqueños, los hay jarochos. Pero te has preguntado ¿cuál es el origen de este platillo? Hoy te diremos cual es la interesante historia y origen de los tamales.

Comencemos por su nombre, la palabra “tamal” proviene del náhuatl “tamalli”, que significa “envuelto”. De origen indígena, el tamal está preparado con masa de maíz cocida y envuelta en hojas de distintas plantas (plátano, maíz, maguey, entre otras) y rellenos de verduras, chile, salsa, carne, pollo o fruta, dulces o salados. 

El origen del tamal es difícil de rastrear,  varios países de América dicen ser la cuna de este platillo; sin embargo, no hay pruebas suficientes ni definitivas  para asegurar que proviene de un país en particular. Diversos estilos y modos de preparación del tamal han sido desarrollados en casi todos los países del continente americano, por mencionar algunos: México, Perú, Argentina, Chile, Bolivia, etc. 

A pesar de lo anterior, hay registros históricos que apuntan que el tamal puede tener origen o mayor despliegue en México. Por ejemplo, el escritor novohispano Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, en su escrito “Historia antigua de Méjico”, hace el siguiente comentario acerca de los tamales: “Una comida bien conocida en estos países, y muy usada, especialmente por los indios; son unos 'pastelitos' de masa de maíz, rellenos de diversos guisados de carne y pescado en figura de bollo, envuelto en las mismas hojas de las mazorcas del maíz, y cocidos dentro de una olla de barro sin agua”. 

Además, existe evidencia que muestra que las culturas predominantes en México llevaron el maíz a otras culturas y regiones, de igual manera, no solo llevaron el maíz sino la manera de preparar alimentos y platillos con él. 

Otro registro interesante, se encuentra en la obra de Fray Bernardino de Sahagún, de manera precisa podemos encontrar una referencia a los tamales en su libro “Historia General de las cosas de Nueva España”: “Comían también tamales de muchas maneras; unos de ellos son blancos y a manera de pella, hechos no del todo redondos ni bien cuadrados… Otros tamales comían que son colorados”

Sin embargo, no hay aún pruebas completamente determinantes de que el origen de los tamales on mexicanos, pero lo que sí podemos destacar es que somos el país que mayor variedad de tamales, rellenos y estilo tenemos: según algunas estimaciones se calcula que hay entre 500 y 5 000 tamales distintos en todo el país. 

Posteriormente con la llegada de los españoles que trajeron nuevos  ingredientes europeos, como la manteca y la carne de cerdo, el tamal se enriqueció. La consecuencia fue una diversificación del alimento en las regiones del país, donde el platillo cobró vida propia en cada territorio al que llegó.  

Los tamales  tienen una larga historia, de más de 500 años, son un emblema de la gastronomía mexicana y seguramente continuarán evolucionando. 

En México, los tamales son una parte fundamental de la dieta nacional, son un platillo tan importante que los podemos encontrar también en fiestas y celebraciones tales como el Día de la Candelaria, el Día de Muertos, bautizos, posadas, festejos navideños o simplemente es el acompañante ideal de las épocas de frío o de reuniones familiares. 

Cada año en la Ciudad de México se festeja La Feria Latinoamericana del Tamal, en los primeros días de noviembre, coincidiendo con la celebración del Día de muertos. En la semana previa al 2 de febrero, se celebra la Feria del Tamal, en conmemoración del Día de la Candelaria.