• Sociedad

La pausa que el COVID-19 puso al entretenimiento en vivo

  • Laura Ruiz
La industria busca reinventarse ante la salida del confinamiento y la crisis económica
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El COVID-19 nos quitó entre otras cosas las concentraciones masivas, la adrenalina de las bocinas a todo volumen, las cervezas en vaso de cartón, el cantar a gritos con nuestra banda favorita; pero también la forma de ingreso de artistas que viven del contacto del público a partir de los eventos que producen o en donde participan.

Como actividad económica, los conciertos en vivo no figuran en las prioridades de listas de reactivación. En Puebla se desconocen nuevos protocolos oficiales de higiene y seguridad para realizarlos. Quienes viven de la industria del espectáculo describen su actualidad en medio tristeza e incertidumbre.

La crisis desde Puebla

Así lo describe Edgar Alcántara, gestor artístico y promotor de espectáculos en Bacha Promotora, empresa que en la entidad produce varios shows, de los cuales destaca el Festival Catrina, el más grande de los masivos poblanos.

En entrevista telefónica hace cuenta de seis conciertos de menores dimensiones que se frenaron en Puebla al inicio del coronavirus. El festival de rock que en diciembre celebraría su quinta edición también quedó suspendido como se anunció hace algunas semanas

Con veinte años en la industria recuerda la influenza H1N1 de 2009 y reconoce que pese a esa experiencia jamás imaginó lo de hoy. Aclara que el COVID-19  ya hasta frenó la edición 2020 del Coachella Festival de California, considerado como el más grande del mundo con 250 mil almas convocadas.

"Yo pensé en cierta forma que iba a ser algo más o menos semejante pero cuando hablamos de casos mundiales ya cambia cuando hablamos de una pandemia", comentó.

Con Covid-19 y sin dinero

La influenza de hace once años puso pausa a los conciertos en México a lo mucho por dos meses. Ahora ya van por más de medio año sin trabajo. ¿Y en Puebla a cuántos les pega? Alcántara no tiene una cifra exacta, pero sí una idea que pinta un panorama negro.

Tan sólo para la realización de un festival como el Catrina se generan unos mil empleos temporales. En la lista están todos los que hacen posible que veamos tocar a los artistas. Mucho de ellos hasta están especializados para montar estructuras y equipos de grandes dimensiones.

"Tienen que contar con certificaciones. Hay gente también muy preparada que está ahorita sin trabajo, es muchísima la gente que se dedica a la industria del espectáculo aquí en Puebla y no se diga a nivel nacional", detalló.

Cuando estos trabajadores del espectáculo no forman parte del Catrina se hacen cargo de conciertos de menor aforo, incluso de fiestas particulares. Suelen tener ingresos variables a lo largo del año. Ahora que el COVID-19 se quedó de fijo están desempleados.

Una alternativa: el streaming

Las balsas salvavidas en el huracán parecen ser la comercialización de los streamings y espectáculos grabados. Ya se han visto en Estados Unidos, con televisoras mexicanas, con patrocinios de grandes marcas y en plataformas de las casas productoras de espectáculos más importantes del país.

Al inicio de la pandemia, detalla Alcántara, le tocó trabajar en una de esas producciones que en la empresa Sala Estelar se hicieron para Caloncho con artistas invitados. Tocó, cantó, preparó sorpresas para sus fans y sobre todo puso en marcha un esquema que buscó dar alivio a que quienes dependen económica de él.

"Es un concierto con causa, así le llamaba de hecho, porque en este caso del concierto de Caloncho, lo que se recaudaba por poder ver el concierto, que estuvo muy padre y con gente que participó con él, fue para pagarle al staff y a la gente que trabaja en su equipo.

"Fue un beneficio directo para todo ese crew, para el equipo de gente que está atrás que a veces no se ve. Nada más vemos al artista, pero somos un chorro de gente los que colaboramos y trabajamos directamente para que el proyecto siga detrás de los escenarios", dijo.

Asimismo está la plataforma Streamtime, lanzada por los creadores de los festivales Machaca Catrina, entre otros. En su cartelera de shows grabados se consideraron propuestas de artistas como Jumbo, Grupo Marrano, Inspector, Maco Mares, Genitallica, Okills y Chetes.

No es cualquier show 

Algunas características de estas productoras, resalta Alcántara, es que van más allá de mostrar a un grupo o artista tocando en un cuarto. Producen espectáculos completos y generan hasta 200 empleos por producción.

"Se realizan en lugares místicos y típicos de diferentes lugares de la república, o sea, este concierto no lo vas a ver en un cuarto, vas a ver que se produjo con toda la calidad para hacerlo muy mágico, con cámaras, con drones, con iluminación de leds maravillosa.”

"Un día en un rancho a las faldas de las montañas de Monterrey, el de Marrano va a ser en un rancho, el otro se grabó en una explanada muy importante, va a ser en diferentes lugares de la república y ¿por qué no?, estamos viendo la posibilidad de que en Puebla se lleven a cabo dos o tres streamings en lugares mágicos y típicos de la ciudad", explicó.

Como buen conocedor de la industria, Alcántara sabe que ni el mejor de estos shows brindará las sensaciones de un concierto en vivo, sin embargo confía en que el COVID-19 no durará para siempre y que por ahora les queda adaptarse y renovarse.

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