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El 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental

  • Redacción
Padecimientos mentales afectan relaciones familiares, laborales y de pareja
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El cuidado del físico en las personas es tan importante como los es la salud física, expresó Patricia Guízar Sánchez, académica de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM

Mantener una adecuada salud mental en los seres humanos es tema poco atendido. Las personas, generalmente, se ocupan del cuidado físico cuando hay manifestaciones de dolor, pero dejan de lado el aspecto psicoemocional, expresó la académica.

Por ello se requiere un equilibrio entre el cuerpo y la mente para estar bien consigo mismo y con el entorno, de ahí su importancia en el individuo.

Guízar Sánchez recalcó la necesidad de disminuir el estigma para acceder a los servicios de salud mental, una barrera sociocultural que priva a las personas de la posibilidad de recibir atención integral oportuna.

Según la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica en Adultos, 28.6 por ciento de los mexicanos de entre 18 y 65 años ha padecido al menos una vez en la vida un trastorno mental, y sólo uno de cada cinco afectados recibe tratamiento especializado, detalla la especialista universitaria.

Las alteraciones como depresión, ansiedad, consumo de sustancias y suicidio, afectan el sistema nervioso y se manifiestan en el comportamiento, las emociones y en procesos cognitivos como la memoria y la percepción. Además, impactan la salud física y limitan considerablemente la calidad de vida de quienes los padecen y de sus familias, precisa.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en países de ingresos medios y bajos más del 75 por ciento de las personas con trastorno mental no son tratadas, afirma la especialista en psiquiatría infantil, a propósito del Día Mundial de la Salud Mental que se conmemora el 10 de octubre.

Uno de los padecimientos mentales más comunes en México y el mundo es la depresión, que se caracteriza por bajo estado de ánimo, sentimientos de tristeza y desesperanza asociados con alteraciones de comportamiento, grado de actividad y pensamiento; afecta a 15 por ciento de la población nacional, y se prevé que para 2030 sea la primera causa de discapacidad mental en jóvenes y adultos, alerta la profesora de la Facultad de Medicina.

Ante ello, la universitaria considera que a pesar de los avances científicos, la salud mental está en crisis a nivel global y nuestro país no es la excepción, sobre todo en estos momentos de crisis sanitaria por la COVID-19 y en los que se han documentado algunas alteraciones cognitivas y problemas de depresión secundarios en pacientes recuperados de la infección, aunque aún no están catalogados.

La pandemia –prosigue– ha traído consigo varios retos, tanto a la población como a los trabajadores de la salud, quienes presentan estrés o síndrome de Burnout (agotamiento físico y mental, además de falta de motivación para su desempeño), y ansiedad por la cantidad de trabajo, inexistencia de tratamiento para la COVID-19, y el fallecimiento de los pacientes.

Durante el distanciamiento físico se observa un incremento en los sentimientos de soledad y desesperanza, así como de los trastornos de ansiedad y depresivos en población infantil y juvenil a causa de la incertidumbre que genera la pandemia, el cambio brusco en su rutina, el aislamiento social y en el caso de alguno de ellos duelos complicados por la pérdida de algún familiar sin la posibilidad de despedirse.Con información de la UNAM

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