Emprender un negocio en plena contingencia sanitaria es prácticamente un reto, pero para la familia Coello García representó luchar contra la corriente para iniciarse como panaderos, debido a que se quedaron sin empleo al inicio del confinamiento por Covid-19.

La idea surgió luego de que Angélica García Castañeda y Esaú Coello García, se quedaron sin trabajo, uno antes que el otro, pero, al final ninguno tenía recursos para sobrevivir, mientras las empresas en Tehuacán cerraban y se seguían generando despidos.

Angélica proviene de una familia de panaderos, su papá, Eustaquio García Morales, fue quien durante toda su vida se dedicó a hornear y vender pan, todo el producto que elaboraba era vendido, al grado de que personas de otros estados buscaron el sabor inigualable, lo cual era muy bien sabido por su hijo mayor, quien la convenció de empezar a realizar el pan.

Fue así como García Castañeda se animó a realizar el pan, apoyándose de una vieja receta que ha permanecido en poder de la familia desde hace más de 30 años, al principio solo fue para el consumo propio, pero después empezaron las ventas en redes sociales.

Las porras por parte de su hijo mayor, Esaú Coello García no se hicieron esperar, más tarde se sumó su hijo menor, Yael, al igual que su esposo, quien siempre la ha apoyado de manera incondicional. 

Fue así que desde el pequeño horno de la estufa de su casa empezaron a preparar pan, y aunque al principio solo preparaban unas 19 piezas, actualmente realizan hasta 150, mismas que son entregadas entre los vecinos y otras colonias en Tehuacán,  incluso han tenido pedidos desde la Ciudad de México y Puebla capital.

Cabe hacer mención que el producto se entrega casa por casa a través del servicio de envío y los pedidos que son cerca los realiza su hijo menor y esposo en una bicicleta.

La familia señaló que tomando en cuenta que varias personas pueden estar sufriendo por la falta de trabajo, realizan pan específicamente para regalar, aparte del de la venta.

Sin duda, después de la contingencia sanitaria nada volverá a ser como antes, pues a varios les cambió la vida, algunos descubrieron una manera de aprovechar la naturaleza, sembrando sus propios productos, otros a cocinar sus propias tortillas, a esta familia les dejó  el gusto por hornear pan y a siempre analizar las opciones que se tienen para salir adelante, incluso han pensado en comprar un horno más grande para preparar piezas en gran número  y dedicarse de lleno a la panadería.