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Los 5 secretos de García Márquez, el periodista mágico

  • Edwin García
Este 17 de abril se cumplen 6 años sin 'Gabo', Premio Nobel de literatura y periodista eterno
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Hablar del ‘Gabo’ sin vanagloriar su nombre entre el mundo de las letras sería sesgar el alcance que tuvo en 87 años de vida. Además de destacar entre el gremio periodístico y el artístico literario, se le conoce por ser uno de los precursores latinoamericanos con mayor auge en el realismo mágico.

Premio Nobel de literatura en 1982 y figura inolvidable con su partida en 2014, Gabriel García Márquez fue uno de los pocos autores que logró recibir el máximo galardón literario sin que su obra estuviera concluida.

Aunque inició sus estudios en la carrera de Derecho optó por no concluir debido a su predilección por el periodismo, oficio que muchas veces le demostró la ingratitud de la vida al no darle el sustento suficiente siquiera para comer.

Pero su vida fue más allá de las letras e incluso más allá de Macondo, por eso te traemos algunos detalles de la vida del colombiano de los que se habla poco.

 

Mediador entre Cuba y Estados Unidos

Gabo fue activista de tiempo completo y un declarado admirador de la revolución cubana, además de un gran amigo de Fidel Castro.

Hacia 1997, Castro y Bill Clinton, entonces presidente de EU, sostuvieron una serie de pláticas secretas para negociar un acuerdo migratorio entre Cuba y Norteamérica.

Aquí el facilitador fue precisamente Márquez, quien llevó a Clinton un mensaje de Fidel donde le proponía colaborar ante un complot terrorista que atentaría contra la isla, entonces fraguada entre los cuadros anticastristas de Miami.

 

Rechazado por Estados Unidos… varias veces

Debido a la postura política izquierdista que manejaba, Estados Unidos le prohibió la entrada a su territorio en 1963. Aunque esta prohibición fue removida en 1971.

Más tarde en 1984, Márquez pretendía dar un discurso en la Universidad de Columbia, pero Estados Unidos volvió a negarle la entrada tras vincularlo con comunistas y anarquistas.

Fue hasta el año de 1994 que el gobierno de Clinton le concedió la visa. El mismo presidente cenó con él y lo consideró su ‘héroe literario’.

 

La pobreza, su fiel compañera

En el momento en que Gabo redactaba El Coronel no tiene quien le escriba, se encontraba en las mismas condiciones que su protagonista. Esto se debió a que el diario El Espectador donde laboraba como corresponsal en Europa cerró por órdenes del dictador Gustavo Rojas Pinilla, trayendo serias dificultades económicas a quien entonces se desviviera por el periodismo.

Dicho medio decidió enviarle un pasaje de regreso, pero García Márquez optó por venderlo. Una vez que se terminó ese dinero fueron sus amigos quienes se encargaron de alimentarlo, especialmente el arquitecto Hernán Vieco.

No obstante, Gabo también se vio en la necesidad de pedir limosna, recoger el periódico y botellas de la calle a cambio de unas cuantas monedas e incluso de comer sobras que encontraba en la basura.

En resumen, antes de alcanzar la fama y el dinero, el escritor vivió en la pobreza extrema y en calidad de mendigo. Incluso en una de sus notas de prensa escribió que se había reconocido en el pellejo de un indigente que se topó en un puente en el río Sena.

 

Miedo a volar

Uno de los mayores temores de Gabo era a volar y muy posiblemente a las alturas, por lo que hacerlo subir a un avión era una tarea bastante complicada.

Pero esta fobia también la compartía junto con los también escritores Carlos Fuentes y Julio Cortazar. Es por eso que decidieron realizar juntos un viaje en tren por el centro de Europa.

Esta divertida anécdota se encuentra narrada en el prólogo de la obra Imagen de Julio Cortázar, de Ignacio Solares.

 

García Márquez vs Mario Vargas Llosa

El último encuentro que Márquez tuvo con el destacado escritor mexicano Mario Vargas Llosa no terminó del todo bien.

Fue un 12 de febrero de 1976 que ambos coincidieron durante la proyección de la película Odisea en Los Andes, en la Ciudad de México.

Vargas Llosa recibió al colombiano con un puñetazo en el rostro que le dejó un moretón bastante visible.

Esta pelea tuvo tres posibles explicaciones: que ambos se desentendían muy profundamente en forma ideológica; que su pelea se motivó por un lío ‘de faldas’; que Márquez y su esposa habrían aconsejado a la esposa de Llosa abandonarlo, esto debido a un supuesto amorío con una modelo.

 

Hasta siempre, Gabo.

 

Foto: Twitter

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