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Desaparece PRI en Puebla si no repunta en 2021:Camarillo

  • Álvaro Ramírez Velasco
El aspirante a la dirigencia estatal considera que deben acabarse las “vacas sagradas” en el priísmo poblano
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Al Partido Revolucionario Institucional (PRI) la desaparición es el único camino que le espera en Puebla, si no recupera la comunicación con su base, busca la comunión con los ciudadanos, abre las puertas a quienes se fueron y enfrenta con fuerza y seriedad las elecciones de 2021, advirtió Néstor Camarillo Medina, secretario de Organización de Comité Directivo Estatal (CDE) y aspirante a la presidencia estatal del tricolor.

Su diagnóstico suena muy crudo: hoy el tricolor poblano tiene, cuando mucho, una base de 300 mil votos y requiere, con urgencia, de sumar más simpatizantes, para que en los próximos procesos electorales, local y federal, duplique su representación en los ayuntamientos, el Legislativo estatal y la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

El PRI, alertó el ex presidente municipal de Quecholac, está ante su “última llamada”, en la que incluso hay que abrir la puerta a quienes, “enojados”, admite, se fueron a apoyar al Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en 2018 y 2019.

Muchas cosas hacen falta, son urgentes: un relevo generacional y la desacralización, que no haya más esas “vacas sagradas”, que solamente por su nombre obtienen posiciones para ellos, sus hijos, sus esposas, sus novias, sus concubinas…

Deben ser abanderados -sentenció- solamente quienes “sean competitivos”. Ya no puede valer solamente el nombre, sino también el trabajo, a la hora de aspirar a cargos de dirigencia a de representación popular.

En el tricolor que imagina y promete Camarillo como presidente del CDE, serán el trabajo y la lealtad los valores que se ponderarán para la obtención de candidaturas.

Sin embargo, Néstor, el más joven de los aspirantes a la dirigencia, de quienes han levantado la mano, reconoció que todavía existe un priísmo vivo y fuerte en los municipios, pero que ahí hay una militancia a la que se ha dejado de escuchar. Por ello, la importancia de regresar a la raíz.

“El 2021 es la última llamada que tenemos los priístas en Puebla para recuperar los espacios que hemos venido perdiendo. El partido debe iniciar un proceso de renovación ya, y de inmediato tenemos que volver a nuestras bases a reconstruir lo que se ha perdido.

“Tenemos consejos políticos que ya no están vigentes, empezando por el Estatal, los municipales. Tenemos que empezar a llamar a los ciudadanos, más que a los partidos, porque antes la marca solita te daba votos, hoy es al contrario… Hay que hacer una labor titánica a partir de ya”, retó Camarillo.

-¿Qué le pasará al PRI, si no toma esta última llamada?

-Vamos camino a la desaparición, de no escuchar a la militancia, de no reagruparnos, de no iniciar ese trabajo urgente. En Puebla, vamos al camino de la desaparición. Debemos ya prepararnos para duplicar el número de alcaldías que hoy gobernamos (unas 80 de 217), para triplicar e número de diputados locales (cinco apenas) que tenemos, lo mismo con los diputados federales (dos y plurinominales).

“Yo, en esta aspiración legítima (ser el presidente del CDE) le hago un llamado urgente a nuestro partido, para que de inmediato iniciemos con los trabajos para recuperar la confianza de los poblanos y nuevamente ganar elecciones”.

-¿Puede el PRI, actualmente en el escenario que está, con un nuevo partido hegemónico, que es Morena, dar la pelea en 2021?

-Claro que sí. En la campaña (extraordinaria) de 2019 yo fui coordinador de Activismo y Promoción al Voto en el estado y, déjame decirte, que sin un peso, tuvimos casi 300 mil votos. De cinco presidencias que se jugaron (en procesos extraordinarios), ganamos las cinco, aunque una nos la tiraron en tribunales.

“Eso habla de un priísmo vivo, de un priísmo que en los municipios sigue fuerte. Hoy, nuestra base son 300 mil votos. Esa es nuestra base, de ahí partamos hacia arriba por lo menos a duplicar ese número y seamos 600 mil para 2021”.

-La dirigencia estatal actual y otras han dicho que el padrón de militantes priístas en Puebla es de más de 600 mil, ¿qué pasa entonces con las cifras?

-Seguramente ese padrón de 600 mil fue de hace 10 o 15 años. Hay que depurarlo. Ya no somos tantos y seguramente el número de afiliados reales es el número de votos que tuvimos: 300 mil, no pueden ser más.

-¿Qué hay que cambiarle al PRI, además de personas?

-Además de rostros, la actitud. Debe ser completamente diferente: de puertas abiertas, incluyente, de reconciliación con muchos liderazgos que, en su momento, han tomado otras decisiones, de sumar, de rescatarlos. También de valorar de premiar a nuestros liderazgos más leales en el partido…

-¿Hay dinosaurios en el PRI poblano?

-Yo creo que en todos los partidos debe haber gente con experiencia, digo, mal llamados dinosaurios, pero hay muchos priístas con experiencia que quieren seguir participando y que, obviamente, no se les va a negar la participación siempre y cuando sean competitivos.

“Quienes competirán son los que tengan demasiado trabajo y que sean buenos para la competencia, porque un partido político se hizo para ganar elecciones.

“Al final del día, hay muchos jóvenes, pero también hay gente adulta que sigue manteniendo el liderazgo fuerte y son muy bien vistos por la gente”.

-¿Ya no va a valer sólo el nombre, sino también el trabajo?

-Se tiene que acabar eso: las cuotas, los padrinazgos y de más, ya se tienen que terminar. Hoy tiene que ser un trabajo real tu carta de presentación, para que tú puedas aspirar a cualquier cargo de dirigencia o de elección popular.

-¿No ves ya algunos que se tendrían que jubilar?

-No. Yo creo que ninguno… Todos tendrán algún espacio en donde puedan expresarse, donde puedan trabajar…

-¿Son bienvenidos los que se fueron?

-Claro que sí. Todos son bienvenidos. Al final del día, casos de expulsión son muy conocidos, son solamente cuatro o cinco, que no creo que prosperen. Hay mucha gente que necesita ser tomada en cuenta. Ya nos dimos cuenta que con lo que traemos no ganamos.

“Necesitamos hacer una gran alianza con los que se fueron, porque se fueron molestos, y con los que se quedaron. Premiando las lealtades y abriendo las puertas a quienes se alejaron del partido”.

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