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La 4T impone a Francisco Romero como nuevo auditor de Puebla

  • Héctor Llorame
El nombramiento se consumó con 27 votos, de 41 posibles.
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La mayoría de Juntos Haremos Historia en el Congreso de Puebla impuso a Francisco Romero Serrano como nuevo auditor del estado, a pesar de su afinidad política con Morena y el gobernador Miguel Barbosa Huerta.

El presidente del Sindemex encabezará la Auditoría Superior del Estado (ASE) de 2019 a 2026, con posibilidad de ser ratificado por un periodo de siete años más.

Con votos 27 a favor, diez en contra, dos abstenciones y dos votos nulos, el nombramiento se consumó este miércoles en una sesión ordinaria del pleno, tras cuatro horas de discusión.

En la votación participaron Guadalupe Muciño Muñoz (del PT), Fernando Jara Vargas y Estefanía Rodríguez Sandoval (de Morena), a pesar de que se les acusó de incurrir en conflicto de interés por apoyar públicamente al ahora ganador desde que se postuló, hace cuatro meses.

Romero Serrano fue presidente del Consejo de Organismos Empresariales (COE) y actualmente es dirigente del Sindicato Nacional de Empresarios (Sindemex).

En la elección de 2018 y en la de este año se pronunció abiertamente a favor de Barbosa Huerta (que abanderó a Morena), tanto en ruedas de prensa como en redes sociales.

Por esta afinidad su postulación a la ASE fue reprobada por el PAN, el PRI, MC, el diputado sin partido Héctor Alonso Granados y José Juan Espinosa Torres (del PT).

A pesar de la oposición, que exigió anular el procedimiento y repetirlo con una nueva convocatoria, la mayoría reunió la mayoría calificada necesaria para el nombramiento.

El contador Juan Carlos Díaz Carranza fue descalificado con 16 votos a favor, 24 en contra y dos abstenciones, mientras que el otro competidor, Salvador Sánchez Ruanova, ya no se puso a votación.

Ven imposición de Barbosa

El PAN, el PRI, Alonso Granados y Espinosa Torres denunciaron que Romero Serrano fue impuesto por Barbosa Huerta y alertaron que como auditor será un “empleado” más del gobernador.

Al subir a tribuna, la coordinadora panista, Mónica Rodríguez Della Vecchia, colocó un cartel donde culpó de “dictador a quien impone auditor” y reclamó que el nuevo titular de la ASE actuará como persecutor de los gobiernos anteriores por instrucción del mandatario.

Lo mismo señaló Javier Casique Zárate, líder de los priistas, al reclamar que Morena está utilizando las mismas prácticas autoritarias que tanto criticó de los gobiernos del PRI y el PAN.

Alonso Granados y Espinosa Torres acusaron a su vez que Romero Serrano fungirá como operador electoral de Barbosa Huerta, pues ya lo apoyó en el pasado e incluso buscó ser candidato de Morena a la diputación federal del distrito 9 de Puebla.

Acusan favoritismo

PAN, MC, Alonso Granados y Espinosa Torres exigieron antes de la votación que no votaran Muciño Muñoz, Jara Vargas y Rodríguez Sandoval, porque tras la postulación de Romero Serrano, hace unos meses, firmaron una carta en la que le dieron su respaldo.

La oposición los acusó de tener conflicto de interés, por lo que exigió que se excusaran, pero ellos se negaron con el argumento de que no existía tal conflicto. 

Sin sus votos, el nuevo auditor no hubiera tenido la mayoría calificada ni habría sido electo, así que se tendría que elegirse otra terna de entre los seis aspirantes que no fueron finalistas.

Pasa con votos y décimas de voto

Tras la votación, Rodríguez Della Vecchia denunció que no se cumplió el número de votos que marca la ley, que es el aval de dos terceras partes del Congreso.

Al dividir en tres el total de diputados (41), dos tercios son 27.33, por lo que la panista señaló que la mayoría calificada son 28 votos, más no 27.

Su reclamo de repetir la votación fue ignorado y al final se impuso a Romero Serrano, quien rindió protesta de forma inmediata tras su designación.

Niega premio por apoyar a Barbosa

Luego de asumir el puesto, Romero Serrano negó que su nombramiento haya sido un premio a su activismo a favor de Barbosa Huerta.

En entrevista defendió que el cargo lo ha perseguido por más de ocho años, además de que prometió imparcialidad independientemente de su afinidad política.

Ofreció limpiar la imagen de la ASE y no usarla como “garrote político”, que es lo que históricamente se ha denunciado sobre el órgano de fiscalización.

Foto: Agencia Enfoque

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