Ya es mediodía del Viernes Santo en la capital de Puebla y cientos de personas escuchan a Jesús defenderse del demonio en el desierto: “Qué valor tendrían las escrituras, crees que mi padre no pudiera mandar una legión de ángeles para salvarme, por favor, aléjate de mí, no me atormentes más, aléjate Satanás”,

Se trata de Lucio Flores Moreno que este año representa a Jesús de Nazaret en la obra “El Eterno Redentor” del médico Jorge Morales Flores, que este 2019 cumplió 59 años de realizarse de manera ininterrumpida en la junta auxiliar de Ignacio Romero Vargas, una de las más violentas de la ciudad.

A Flores lo acompañan no sólo los 600 actores de la representación de la Pasión de Cristo y los espectadores, sino comerciantes ambulantes que desde temprana hora hicieron su agosto en abril. Los asistentes compraron por igual tlacoyos, gorditas y helados, que agua, sombreros y ropa.

Flores concluye con éxito la escena del desierto: Jesús no se ha dejado vencer por Satanás, pero su trabajo no termina ahí, aún faltan pasajes claves por transcurrir: el enjuiciamiento a manos de Poncio Pilatos, la crucifixión, muerte e incluso la ascensión al cielo, escenas que concluirán cerca de las siete de la tarde y para las que el actor se ha preparado física y espiritualmente por más de un año.

De repente, un estruendo cimbra la tranquilidad con la que los espectadores observan la Pasión de Cristo: en el predio aparecen dos gladiadores, pelean, se lanzan golpes y recuerdan a los asistentes las peleas épicas de los circos romanos, pero no, no es Roma, es la “Romero Vargas”.

En la obra que desde hace más se cinco décadas se escenifica en el predio de la “cohetería” participan más de 600 actores del grupo artístico San Pablo Tarso, casi todos vecinos y familiares de esta junta auxiliar.

A escena también es llamada María de Magdala, la mujer que Jesús salvó de la lapidación por haber cometido adulterio y que después sería una de las primeras testigos de su resurrección. “Que tire la primera piedra el que esté libre de pecado”, se escucha decir a Lucio Flores.

Después siguieron los milagros de Jesús: la sanación de un ciego y de un paralítico, para que más adelante, el “señor” regresara a Nazareth en una entrada triunfal, montado en un burrito, conocido como el “Domingo de Ramos”.

Ya son las 16 horas y Flores levanta una copa en medio de los espectadores, está representando la última cena del señor y la institución de la eucaristía y aunque ya han transcurrido casi siete horas del inicio de la representación, el número de espectadores no disminuye, hay más de mil.

Cerca de las 19 horas la obra avanzará al enjuiciamiento de Jesús, Pilatos se lavará las manos y enviará a Jesús a prisión por petición de los pobladores de la provincia romana de Judea, que elegirán al delincuente Barrabás para que sea liberado.

En esta ocasión la obra “El Eterno Redentor” también abarca la asunción de Jesús, además de la crucifixión que es el momento cumbre del Viacrucis. 

Foto: Agencia Enfoque