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En el PRI, los negocios sepultaron a la política: Aguilar Sarao

  • Jean Lenin Corona
La renovación del partido pasa por remover a Javier Casique, señala.
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Los recientes cambios políticos en Puebla han provocado una extrema polarización. Las voces de cada una de las fuerzas políticas tienen mucho que decir al respecto y la juventud tiene algo especial que aportar pues la de los jóvenes es  una postura fresca, renovada y hasta cierto punto idealista pero necesaria para la construcción democrática que necesitan el país y Puebla.

Es el caso de Miguel Tonatiuh Aguilar Sarao, joven con menos de treinta años, politólogo por la UNAM, con experiencia como asesor en la Cámara de Diputados y analista en BANSEFI, además de Secretario de Organización de la “Red de Jóvenes por México” en Puebla, el sector juvenil del PRI, sin contar que antes del proceso electoral del 2018 se desempeñó como responsable de la Unidad de Transparencia en el Comité Directivo Estatal del mismo partido.

Aborda en breve diagnóstico la situación general del estado de Puebla, en dos vertientes: la situación política y la seguridad.

El ascenso de Moreno Valle incubó la polarización

 “Las diferencias que hoy observamos en el estado tienen su origen hace más de 8 años, cuando el grupo de Moreno Valle ganó la gubernatura. Esto llegó a dividir fuerzas dentro y fuera de Acción Nacional, dejando a Moreno Valle con un control político del estado, con la coacción de los actores políticos o con la compra de voluntades”, resume.

Aguilar Sarao destaca que sobre la violencia en el estado puede hablar de manera más personal pues es originario de Tepeaca, municipio del Triángulo Rojo.

Señala que una de las razones de los altos niveles de violencia en Puebla fue la complicidad, por omisión, de las últimas dos administraciones estatales, aunque reconoce que es un problema de décadas anteriores, cuando ya se presentaban casos de municipios enteros controlados por el crimen organizado.

El PRI se entregó a los gobiernos no priístas

Al referirse al papel del Partido Revolucionario Institucional en estos ocho años, focaliza su crítica en los líderes partidistas y acusa que hubo entreguismo no sólo de la dirigencia estatal sino del Comité Ejecutivo Nacional del PRI y hasta del presidente Enrique Peña Nieto.

“Durante los ocho años anteriores, el PRI no supo ser una oposición responsable ya que, por ejemplo,  en el Congreso del Estado, en las dos anteriores legislaturas, no hubo intención alguna de oponerse a los caprichos de Rafael Moreno Valle y de Tony Gali. La muestra es el proceso de persecución política contra  Eduardo Rivera: cuando la bancada del PRI aprobó la persecución y cuando Moreno Valle la detuvo, la bancada voto a favor de la solicitud del gobernador en las dos ocasiones. Ellos (los diputados y dirigentes del PRI) entienden que una oposición responsable no rebota propuestas emanadas del Ejecutivo. La justificación que encuentran es que no están para entorpecer las tareas de gobierno. Una oposición responsable cuestiona y alza la voz cuando es necesario y no simplemente entrega el poder a cambio de favores de varios tipos”.

Miguel Tonatiuh Aguilar puntualiza que el resultado de esa actitud fue la pérdida de posiciones en el congreso y ayuntamientos.

Además acusa que el Comité Directivo Estatal del PRI abandonó a sus candidatos en el reciente proceso electoral. Y  pone como ejemplo que cuando coordinó la campaña del distrito federal 7, para diputado federal con cabecera en Tepeaca, se entregaron apenas 150 sombrillas para todo un distrito federal, aparte del notable alejamiento de la dirigencia con la base.

La sujeción del PRI y los negocios de EPN

El joven cuadro priísta relaciona la sujeción del PRI con la estrecha relación entre Rafael Moreno Valle, su grupo y los negocios que hizo con el presidente Enrique Peña Nieto.

Señala que una de las constructoras mexiquenses que tuvo gran cantidad de contratos de obra pública en el gobierno de Peña Nieto cuando fue gobernador del Estado de México, estaba inmiscuida en la construcción del segundo piso de la autopista México Puebla.

“Este puede ser un buen ejemplo de cómo el llamado Grupo Atlacomulco (del que emanó el presidente Peña Nieto) dilapidó el futuro del partido por tratos económicos. Un político que busca el poder económico en vez del poder político, está perdido en su oficio”.

La crisis del PRI se puede entender en sus dirigentes actuales, dice en otro momento de la entrevista: “pongo como ejemplo el caso Puebla, en el que la dirigencia actual no tiene la capacidad de generar cohesión entre los distintos grupos al interior del partido ya que su actual presidente, Javier Casique Zarate, no conoce el estado. Un estudiante de tercer grado de primaria que curse la materia de Identidad Poblana conoce más el estado que él. También se debe replantear la candidatura de  Enrique Doger en el siguiente proceso electoral, dado que su posición de una alianza con PAN nos convertiría en el nuevo PRD”.

Al enfatizar en la necesidad de renovar la dirigencia actual del PRI, Aguilar Sarao hace señalamientos: “hay malos hábitos enraizados, al grado que durante las administraciones de Eduardo Rivera y de Tony Gali varios liderazgos priístas aparecieron en el rubro de Ayudas Sociales, del gobierno municipal en turno”.

Opina también que el PRI no debe competir en las elecciones extraordinarias pues no está en posición de hacerlo a pesar de que se crea que el próximo proceso electoral va a ser una competencia pura de estructuras, debido a que el electorado está muy desgastado por tres elecciones seguidas (2016, 2018 y 2019).

Miguel Tonatiuh Aguilar Sarao concluye la entrevista describiendo la transformación del PRI de abuelo rico a padre millonario a nieto pordiosero.

Los priistas jóvenes –dice- ya aprendieron de la generación que dilapidó el legado revolucionario y hoy hace tratos para garantizar su sobrevivencia política.

La tarea por emprender – subraya- es la de renovar las formas de hacer política.

Foto: Especial

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