Es un movimiento supra político porque llama a la justicia y a la moral

Agricultores, jóvenes, estudiantes, partidos políticos, policías, sindicatos, se van sumando a la lucha

Una tensa calma se vivió estos días en Francia ya que al pasar un mes del movimiento “Chalecos Amarillos”, se han dado algunas coyunturas sociales inesperadas, así como retrocesos en algunas decisiones por parte del gobierno y lamentablemente, fuertes manifestaciones de violencia y represión.

Ha sido una larga semana para el país, las sirenas no han dejado de sonar, la cólera no ha dejado de expresarse en las calles, las lágrimas no han dejado de rodar y la sangre no ha dejado de correr.

Si bien el gobierno a principios de semana dio a conocer que no aumentaría el impuesto a la gasolina, esto no fue suficiente para tranquilizar el ambiente tan tenso que siguió al sábado primero de mes y es que no han dejado libre ni las calles, ni al Eliseo, ni las mesas de debate, ni ciudad sin protestas.

Un estado francés obeso e impotente.

Desde el domingo dos hasta hoy viernes, no hubo movimiento que no se uniera a esta protesta social que ha ido tomando fuerza.

La extrema derecha ha reaparecido en escena así como los socialistas, movimientos sindicales, ambulancias que asaltaron de madrugada la Asamblea Nacional exigiendo mejores condiciones de trabajo y prestaciones, huelgas de los jóvenes de nivel bachillerato que paralizaron algunas arterias de las ciudades francesas así como la toma de universidades, agricultores, policías, manifestaciones de estudiantes frente a Campus France por el alza de precios para aquellos que no son (somos) europeos y presiones para que el gobierno no firme el “Pacto de Marrakech”.

Es un momento decisivo histórico para el quinquenio de “Júpiter”.

Justo ayer las imágenes de unos jóvenes hincados  con las manos en la cabeza indignaba al país por el uso de la fuerza excesiva de la policía francesa. Videos testimoniales de Mantes-la-Jolie le dieron la vuelta al mundo.

C’est fini la fraternité!

No hay interlocutores para el presidente de “En marche La République”. Macron, señalan los expertos, carece de una base política que le permita entablar diálogo con los actores principales, no hay una figura capaz de negociar entre la sociedad civil que sigue enojada y el gobierno.

Edgar Morin incluso habla sobre los “Chalecos Amarillos” como un “Movimiento supra político porque llama a la justicia y a la moral en un país donde el poder favorece a los ya favorecidos y, desfavorece a los ya desfavorecidos”.

Lo que se observa en las calles no es sólo la cólera, se debe de reconocer que se trata de un movimiento que no está estructurado y que justamente eso, lo hace sobreviviente ante el guiño de parásitos llamados “Partidos Políticos”, “sindicatos”, etc.

Una guerra civil se vive al interior del país y no hay fecha para su término.

No al menos hoy.

Fotos: Rosa María Lechuga