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Protestas callejeras obligan a Francia a suspender impuesto a combustibles

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Benjamin Cauchy, uno de los miembros de los chalecos amarillos, afirmó que la suspensión del impuesto a los combustibles es apenas un primer paso y precisó que los ciudadanos franceses no quieren migajas
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El gobierno de Emmanuel Macronpresidente francés, suspendió durante seis meses el aumento que le impuso a los combustibles debido a las protestas sociales que provocó.

En cuanto el gobierno francés anunció el aumento del precio de los combustibles, en las calles surgió un movimiento sin líder ni ideología, un clamor que lo único que exige es que no haya más impuestos y que se recupere el poder adquisitivo.

El movimiento de los llamados chalecos amarillos sumió en una crisis política al gobierno francés y lo llevó a revisar sus políticas económicas o por lo menos a detenerlas.

La revuelta callejera de los chalecos amarillos tuvo como resultado varios enfrentamientos entre los ciudadanos y la policía y obligó al gobierno francés a detener el impuesto que les aplicó a los combustibles.

Edouard Philippe, primer ministro francés, anunció que congelarán durante seis meses los precios del gas, de la electricidad y combustibles.

Aseguró que ningún impuesto vale la pena para poner en peligro la unidad de Francia y precisó que el enojo social de los franceses viene de muy lejos y que habría que estar ciego y sordo para no percibirlo.

“Ningún impuesto merece poner en peligro la unidad de la nación. Esta cólera, que viene de lejos y durante mucho tiempo ha estado muda, hoy se expresa con fuerza y de forma colectiva. Habría que estar sordo y ciego para no verla y escucharla”.

El movimiento de los chalecos amarillos asegura que la suspensión del aumento a los combustibles no es suficiente y exige que se aumente el salario mínimo y que se les aplique a los más ricos un impuesto por sus fortunas.

Benjamin Cauchy, uno de los miembros de los chalecos amarillos, afirmó que la suspensión del impuesto a los combustibles es apenas un primer paso y precisó que los ciudadanos franceses no quieren migajas.

“Los franceses no quieren migajas”.

Otros integrantes de los chalecos amarillos aseguran que la medida que adoptó el gobierno francés es sólo una maniobra para detener la crispación social que se vive en Francia.

Crédito de la foto @grancocolio

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